Extra: Cumpleaños Dieciocho

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ESTRELLA

- ¡Despierten!... ¡Es hoy!, ¡Es hoy! - gritó Patricia, entrando a nuestra habitación.

- Deja de gritar - comentó Ricardo y sin abrir los ojos, se tapo el rostro con la almohada.

Perezosa me incorpore e intenté terminar de despertar, sentía los párpados pesados, con los ojos entrecerrados ví como Paty se lanzó sobre Ricardo e intentó aplastarlo con su pequeño cuerpo.

- ¡Auch! - se quejó - Enana tus huesos pesan.

Ella le retiró la almohada y comenzó a golpearlo con esta, dando inicio a una guerra de almohadas, en la que termine por incluirme.

- ¿Que está pasando aquí? - escuchamos la voz de mamá.

Nos detuvimos y giramos hacia el marco de la puerta, papá nos observaba divertido, mamá tenía el ceño fruncido y lentamente soltamos las almohadas a la espera del regaño, nos sorprendimos cuándo ambos soltaron un par de carcajadas.

- ¡Monstruitos, Feliz Cumpleaños! - gritaron al mismo tiempo nuestros padres y nos mostraron un par de cupcakes de chocolate, nuestros favoritos.

Uno tenía una vela con el número uno y otro con el número ocho, antes de soplar las velitas pedimos un deseo, luego bajamos a desayunar, en el comedor nos esperaba el resto de la familia, los abuelos fueron los primeros en acercarse a felicitarnos, regalándonos un par de sudaderas a juego.

Siguieron nuestros tíos Emily y David, la tía junto con mamá se pusieron nostálgicas al mencionar que habíamos crecido demasiado rápido, a Ricardo le regalaron un vídeo juego y a mí un par de libros que completaban mis sagas.

Las gemelas Alexa y Alicia también se unieron a las felicitaciones, mencionaron que su regalo al igual que el de Paty, era la fiesta de está noche, Ricardo y yo nos habíamos reído de la ironía de las cosas, las preadolescentes de casi trece años, estaba más que emocionadas de realizar una increíble celebración.

Mientras que nosotros que éramos los que cumplíamos la mayoría de edad, solo queríamos algo tranquilo con la familia, pero Patricia que era todo una experta en la manipulación, terminó por convencernos usando su carta de hermana menor.

El resto de la mañana y parte de la tarde la pasamos en compañía de nuestra familia, me encantaba verlos reunidos en nuestro hogar, conviviendo de forma alegre y pacífica, amaba tener una familia unida, mí celular vibró en el bolsillo delantero de la sudadera, lo tome y encendí la pantalla, era un mensaje.

✉️ Tic - toc, tic - toc... Deben tomar una decisión, el tiempo se terminó⏳

De la impresión, el celular se me resbaló de las manos y se escuchó un golpe sordo e hizo que todos centrará su atención en mí.

- ¿Todo bien Estrellita? - preguntó papá, sonaba preocupado.

Ricky que se encontraba del otro lado de la sala, rápidamente se acercó a mí y me rodeó los hombros con un brazo, "respira y sígueme la corriente", murmuró en mí oído.

- Sólo está nerviosa por la fiesta - mencionó mi mellizo.

La tensión disminuyó al escucharlo y retornaron las actividades que estaban realizando con anterioridad, cuándo todos estuvieron ocupados y distraídos, Ricky me tomó de la mano para subir a nuestra habitación.

- También recibiste un mensaje - comentó cuándo estábamos adentro y había cerrado la puerta.

Asentí mostrándole el celular, suspiro antes de volver hablar.

- Revisa la página, hoy publicaban los resultados.

Tomé la tablet que se encontraba cargando en la mesa de noche, entre a la página de la universidad, dí click en la lista de ingresos y busque nuestros nombres.

- ¡Nos aceptaron, oficialmente somos universitarios! - murmuré al encontrar nuestros nombres.

Se que debería estar feliz, pero alejarme de mí familia me ponía sentimental, Ricky observó la pantalla y nuevamente soltó un suspiro, pasó un brazo por mis hombros.

- Hay que hablar con nuestros padres y convencerlos que debemos irnos.

Asentí.

Desde hace un tiempo, nos habíamos postulado para una beca universitaria en el extranjero, no queríamos separarnos de nuestros seres queridos, pero llevábamos un tiempo recibiendo mensajes anónimos y temerosos, decidimos que lo mejor era distanciarnos por un tiempo.

La noche llegó y nos prometimos disfrutar de la fiesta, que se llevaría acabo en la casa de las gemelas, al llegar lo primero que notamos fue el exceso de adolescentes, todos parecían asistir a nuestra escuela y eran de diferentes grados, algunos nos felicitaron al vernos.

- Esto se va a descontrolar - mencionó Ricky, mientras entrábamos a la casa y la estridente música invadió nuestros oídos.

- Volvamos a casa - sugerí, un poco asustada.

Él me dedicó una enorme sonrisa y comentó en mi oído, "disfruta el momento, sólo se vive una vez", me tomó de la mano para caminar hasta la sala, dónde se encontraba la improvisada pista, nuestra hermanita y las gemelas bailaban sin control, parecían ser el alma de la fiesta.

Ricky se les acercó y nos unimos a ellas, pronto el alcohol empezó a circular, regresamos a casa pasadas las tres de la mañana, mis hermanos estaban un poco alcoholizados y venían más alegres de lo normal, a mí no me gustaba el alcohol así que me tocó ser la conductora resignada.

Al día siguiente, ambos despertaron malhumorados y con dolor de cabeza, resaca creo le llaman, intentaron disimular delante de nuestros padres pero fracasaron, papá no los regaño sólo les recordó las consecuencias de ingerir alcohol y como buen médico, les mencionó el daño que causaba al organismo.

Ricardo se sintió culpable por sus acciones y por haber dejado que Paty tomara, siendo menor de edad, ambos terminaron pidiendo disculpas por ser irresponsables, al finalizar el desayuno les pedimos a nuestros padres reunimos en la sala, era el momento de hablar, nos observaron extrañados.

Tomé la mano de Ricky antes de hablar, informamos sobre nuestro ingreso y que debemos viajar en un par de días, debíamos instalarnos lo más pronto posible e iniciar con los cursos propedéuticos, la noticia los sorprendió y cuestionaron si ya habíamos tomado una desición.

- Es una gran oportunidad - mencionamos y aseguramos que era lo que queríamos.

Como siempre respetaron nuestra elección y apoyaron incondicionalmente, con maletas en mano cerramos la puerta de nuestra habitación y dimos por finalizado un ciclo, Paty no había tomado muy bien la noticia pero aceptó nuestra elección.

Toda nuestra familia se reunió en el aeropuerto, la despedida fue muy emotiva, mamá no dejó de llorar, papá la sostuvo en todo momento, antes de abordar les lace un beso, una amable azafata nos guío a nuestros lugares.

- ¿Crees que hacemos lo correcto? - pregunté dudosa, mientras seguimos las indicaciones antes de despegar.

- Es tarde para volver atrás - respondió y tomó mí mano.

Estábamos por apagar los celulares, cuándo un mensaje iluminó la pantalla, nos observamos extrañados y lo abrimos al mismo tiempo.

✉️ ¡Felicidades!, Hicieron una buena elección ... Disfruten el viaje, seguiremos en contacto.
Los quiere J.

- Tiene que ser una maldita broma - comentó irónico Ricardo.

Molesto apagó el celular e hice lo mismo, mientras sentía un horrible escalofrío recorrerme la espalda.

Yuritzin PM

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