Capítulo 14

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Sentada frente a mi ordenador, el correo de Philip no me sorprendió, hasta que lo terminé de leer y cliqueé en el enlace que me mandó. Cuando lo abrí, la página de un periódico sensacionalista mostraba unas fotografías muy explícitas. En ellas, la zorra había sido sorprendida de rodillas haciéndole algo más que una reverencia al “cetro” de su novio. Cuando conecté con las noticias en la web, pude ver los resúmenes de los canales de prensa amarilla. Los periodistas perseguían sin tregua a la consternada Scarlett, y entrevistaban a sus conocidos y amigos, que renegaban de ella como la peste. Su estirada familia se negaba a hacer declaraciones, y amenazaba con demandar a las publicaciones que habían destapado aquel escándalo. El video al completo estaba colgado en internet, y fue top trending hasta que lo clausuraron. Por sí sola, la perra se había arruinado. Cuando entrevistaron a Ethan, este negó toda relación formal con ella, alegando que tan solo pertenecían al mismo grupo de amigos, y que de vez en cuando eran simples amigos, con derecho a roce, nada más. Noté una presencia a mi espalda, y vi que Adam estaba absorto en las noticias que reproducía mi portátil. Él me miró, como entendiendo que conocía a aquella gente, y que había algo que necesitaba que le explicase.

-           Bueno, creo que ya puedo contarte mi pequeño secreto.-

Adam giró una silla y me escuchó atentamente. No le conté nada del club de las cazadoras, más bien le hice un resumen edulcorado, en el que omití todo lo relacionado con mi transformación exterior e interior. Había cosas, que por muy gay que fuera, no me estaba permitido revelarle. Pero con respecto al cretino y a Scarlett, y mi pequeña venganza, no omití nada.

Cuando terminé mi historia, él simplemente asintió y meditó unos eternos segundos.

-           ¿Philip lo sabe?.-

-           Sospecha algo, pero el único que lo sabe, a parte de mí, eres tu.-

Meditó otro minuto y después volvió a asentir.

-           No conocí a Eli, pero sí aprecio a su hermano, y mucho. Así que si puedo hacer algo para humillar a ese… ¿cómo lo llamaste, cretino?.-

Asentí con la cabeza.

-           Bien, si puedo hacer algo, cuenta conmigo.-

Tuve que abrazarle, porque lo necesitaba, y porque si no lo hubiese hecho, él vería mis lágrimas. Y no podía mostrarme débil, no podía.

-           De momento, necesito que seas mi novio, aunque no lo seas. –

-           No seré tu novio, pero te aseguro que eres mi chica.-

-           Gracias.-

Después de los primeros días de entrenamientos, el entrenador organizó una comida para estrechar lazos entre los jugadores, los veteranos ya se conocían, pero debían confraternizar con las nuevas incorporaciones. Cuando Adam volvió de aquella comida, su expresión me hizo sospechar que algo no iba bien.

-           ¿Qué sucede?.-

-           Hoy en la comida, noté que los chicos me miraban y sonreían. Me sentí incómodo, porque no sabía por qué era el centro de sus cuchicheos, así que agarré  a uno por la camisa y lo obligué a decirme que pasaba.-

-           Haciendo amigos. Así no vas a crear lazos con los compañeros.-

-           Pues… la cosa es…-

Caminó hacia el ordenador portátil, y tecleó en el buscador y localizó un video en youtube. Cuando apareció mi imagen me quedé clavada en el asiento. Era yo, y mi ahora famoso helado de chocolate. Le habían puesto una música muy sugerente.

Una nueva cazadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora