EL AMOR MATA

La Prueba

El cigarrillo que faltaba en el paquete hacía sospechar; cientos de hipótesis surgieron en la mente de Ariadna, pero la teoría que más temía era que quien fue su amiga provocara el incendio para que Asier y sus compañeros lo extinguieran, pero no sin antes hacer un corte en la botella de aire de su novio, con el fin de matarlo y que pareciera una negligencia por para de los bomberos.

A pesar del rencor que le guardaba a Mónica, no quería que esta hipótesis fuera cierta.

Un recuerdo vino a su mente:

—Buenos días, subinspectora Torres. Soy Alex Padilla, del departamento anti-incendio. Siento mucho llamarla tan temprano y fuera de su horario laboral pero necesitamos su ayuda con un caso.

—Por supuesto. ¿De qué se trata?

—Verá, anoche se declaró un incendio en una fábrica textil abandonada. Los bomberos consiguieron extinguir las llamas. Uno de ellos tuvo que ser ingresado en el hospital por inhalación de humo. El caso es que averiguaron que el incendio había sido provocado por la colilla de un cigarrillo; también se encontraron restos de líquido inflamable. Ante dicha situación, el comisario Hernández nos aconsejó llamarla. Nos dijo que a usted se le da muy bien resolver este tipo de casos.

—Estaré en comisaría en unos quince o veinte minutos.

La subinspectora decidió aceptar el caso por la intriga que desprendía. ¿Quién provocaría un incendio en una fábrica abandonada? Si se provocó el incendio con intención de hacer daño, ¿no era más lógico hacerlo en un edificio donde hubiera personas en el interior?

Cuando llegó al departamento anti-incendios se unió a Alex, con quien anteriormente había hablado por teléfono, para revisar las pruebas que se habían encontrado.

—El edificio abandonado solía usarse, hasta hace poco, para el trapicheo de drogas. Lo frecuentaban camellos y drogatas para pincharse heroína; se encontraron jeringuillas en el suelo. Cuando encontraron el cigarrillo, no le dieron tanta importancia porque cualquiera de esos drogadictos podía haberlo encendido. Pero cuando descubrieron los restos de líquido inflamable, ya sospecharon que se trataba de un incendio provocado.

—Si no le importa, me gustaría revisar por mi cuenta las pruebas durante el día de hoy y hacer yo misma un estudio preliminar. Mañana iré a interrogar a los bomberos.

—Como quiera, subinspectora.

Ariadna pasó horas mirando con detenimiento las fotografías y el informe que se le había proporcionado. Al día siguiente, fue al parque de bomberos para hablar con el equipo a cargo de la extinción del incendio.

—Buenos días, soy la subinspectora Torres y me hago cargo de la investigación del incendio de La Tela de Blanca.

—Soy el sargento Pérez. Yo fui uno de los bomberos que intervino.

— ¿Quién dirigió el equipo en el interior del edificio?

—Fénix. Nuestro suboficial de la Escala Operativa.

—Me gustaría hacerle unas preguntas. A él y a todo el equipo que intervino. Puro protocolo.

—Pues casi todos se encuentran en la sala de descanso, arriba subiendo las escaleras.

—¿Casi todos?

—Fénix no está aquí. Se encuentra ingresado en el hospital, convaleciente.