18 | Tregua 💘

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Sabía que estaba mal mirarlo desde la ventana de mi habitación

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Sabía que estaba mal mirarlo desde la ventana de mi habitación. Me sentía como una completamente acosadora que observa a las personas como si fueran una cosa más. Pero en mi caso, estaba mirando a Jungkook jugar con su perro en el pequeño patio de su casa; cada vez que marcaban las diez y media de la mañana, él lo sacaba para que haga sus necesidades y que se distraiga un poco. Jungkook ni si quiera podía imaginarse que su vecina de al frente lo estaba mirando detrás de su cortina gris porque ésta era una cobarde que tenía miedo a acercarse y hablarle sobre lo sucedido.

La universidad, luego de los parciales, siempre nos da un mes de descanso. Agosto siempre se caracterizaba por ser caluroso, pegajoso con un toque frescura por el próximo cambio climático que no tardará en llegar. Mayormente, las personas de mi edad, deciden irse a la playa y disfrutar de sus vacaciones; pero como yo era un insecto extraño, me conformaba con tener el ventilador encendido en mi habitación y seguir mirando de Jungkook y la manera de cómo disfrutaba de una paleta de helado.

Mi mamá entra a mi habitación, confundida, inclina su cabeza hacia un lado puesto que es la octava vez de este tiempo de vacaciones que me ve cerca de la ventana luego de levantarme.

— ¿Otra vez mirando a Jungkook? —Pregunta ella con sorna—. En mis tiempo... Wow, eso sonó como lo diría una anciana. Cuando yo era joven —suelto una pequeña risa por mis fosas nasales sin dejar de mirar a Jungkook—, cuando un chico me gustaba y le decía algo incorrecto, siempre iba a hablar con él y no me quedaba observándolo a través de mi ventana.

—Jungkook no me gusta —replico—. Ese día que me dejaste a cargo a Jaemin, él me ayudó a cuidarlo. Luego fuimos al parque para hablar... Yo estaba cansada y frustrada, lo que ocasionó que lo ofendiera.

Mi mamá no me responde. Creo que no le importó lo que le estaba contando, ya que estaba más obsesionada con las arrugas que habían en la tela de mis sábanas.

Vuelvo a mirar a Jungkook, él se había acabado la paleta que se estaba comiendo. Caminó junto a su perro hasta la entrada de su casa para ya no salir más de esta. Fue otra mañana donde no pude hacer nada para enmendar las cosas con Jungkook.

Bajo hasta el primer piso para irme a la cocina y reclamar por mi desayuno; sin embargo, el timbre de la casa suena. No me ilusiono mucho pensando que es Jungkook el que está afuera de la casa, por eso, voy arrastrando mis pies y encorvando mis hombros a tal punto que parezco un zombie andante.

Abro la puerta y me encuentro a Taehyung cargando a una bola de pelos con ojos y nariz que cabe en la palma de su mano.

—Tzuyu me regaló este perrito, ¿no te gusta? —dice emocionado a la misma vez que pasa a la sala con toda la confianza del mundo. Mamá baja al mismo tiempo y se saludan—. ¡Tía, tengo un cachorrito!

—Muy bien, Taehyung —responde fingiendo emoción. A mamá no le agradan mucho los perros, prefiere más los gatos o hámster—. Estaré en mi oficina trabajando. Si Jaemin se despierta, avísame.

Someday » Jeon Jungkook [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora