—Conozcan a Theodore Raymond Grey. —la sonrisa de Christian es ligeramente más brillante que sus ojos.
Si eso de ahí no es orgullo de padre, no sé que es. Inclina los brazos un poco para que podamos verlo entre todas las mantas y Lay chilla.
—¡Ay! ¡Bebé bonito! —se acerca para tocar su cabecita con un dedo—. Felicidades, Christian.
—Gracias, Leila.
—Felicidades —agrego, sin querer tocarlo aún. Siento que debería desinfectarme primero.
—Es tan hermoso —vuelve a chillar—. Y tan pequeño que quiero comérmelo a besos.
Antes de que en realidad pueda hacer algo, Luke estira el brazo para apartarla.
—Alto ahí, rubia. No quiero que lastimes a mi ahijado.
¿Qué?
Lay se ríe.
—¿Quién dijo que es tu ahijado?
Sawyer señala su pecho con la otra mano y hace una mueca como si estuviera profundamente ofendido.
—No es necesario que se diga, Layla —dice el nombre mal a propósito—. Christian es como mi hermano así que es lógico que yo sea el padrino de su hijo, y él sea el padrino del mío. De hecho, ustedes dos también serán padrinos.
—¿Qué? —es el turno de Leila de fruncir las cejas—. Estoy casi segura que solo una pareja puede serlo, no dos.
—No me importa —chilla Sawyer—. Mi hijo los tendrá a todos ustedes como padrinos.
—O puedes tener otro hijo —sugiero—. Así habrá suficientes niños.
Todos giran para mirarme con sus ceños fruncidos. ¿Qué? ¿Dije algo malo?
—Cierra la boca, Et —Leila es la primera en detenerme con una mirada avergonzada—. El día en que ustedes chicos puedan dar a luz, deciden cuántos bebés tener.
Esta conversación se está volviendo extraña.
—¿Cómo está Ana? —pregunto para cambiar el tema.
Christian vuelve a sonreír.
—Recuperándose y feliz, la doctora dice que podríamos ir a casa mañana mismo.
—Eso es genial, —Lay interrumpe—. ¿Podemos ayudar en algo más?
Dudo que Christian necesite más café y sandwiches, pero es lo único que se puede encontrar en la zona. Y se niega a dejar a Ana y a su bebé por más de 10 minutos.
—No, estamos bien. Mis padres debes estar aquí en cualquier momento, su vuelo aterrizó hace 25 minutos.
—Genial.
Christian se despide de nosotros para volver a entrar con el bebé, de vuelta a la habitación de Ana. Supongo que el chofer Fred también quiere conocer al pequeño Teddy.
Los tres nos dirigimos a la salida de la clínica, Sawyer deteniéndose en la acera.
—Tengo hambre.
Lay pone los ojos en blanco.
—Ve a casa, Luke. Estoy segura que podrías encontrar comida en el refrigerador.
—Agh, ya lo sé rubia, pero quiero salir con ustedes. ¿Qué dicen? ¿Cervezas frías y alitas picositas?
Sus cejas gruesas se mueven arriba y abajo con diversión.
—Yo estoy de acuerdo —apoyo la idea. A Leila no le queda más remedio que asentir.
—Bien, una cerveza. Es todo lo que estoy bebiendo hoy, ya que aún debo terminar la mudanza.
El siempre fiestero Sawyer señala los autos y cada uno sube al suyo, dirigiéndonos como siempre al bar de su novia. Tomo nota mental de preguntarle sobre la planeación de su futura boda.
Los tres estacionamos al final de la calle donde se ubica el bar, luego bajo de mi auto siguiendo a Leila que camina por delante.
—¿Y Luke? —pregunta de pronto—. Más le vale que compre la primera ronda.
Ambos nos detenemos y giramos para mirarlo todavía en su auto, con el móvil pegado a la oreja. Agita su mano cuando se da cuenta que lo observamos, poniendo el auto en marcha.
—¿Qué carajos? —se queja Lay, pero su móvil ya está sonando en el bolsillo—. ¿Luke? ¿A dónde carajos crees que vas?
—Hey, rubia —lo escucho cuando ella pone la llamada en altavoz—. Olvidé decirle a Becca y no quiero que se moleste porque la dejo sola con los niños. ¿Por qué no se toman un trago por mi? Dile a Brandon que lo ponga en mi cuenta.
Maldito Sawyer tramposo.
—¡Luke! —chilla en reclamo—. ¡Esto fue tu idea!
—Lo sé, y lo siento Lay. Que mi amigo Et te entretenga un rato. ¡Adiós!
Y cuelga. Mierda.
Leila suspira, poniendo el móvil de vuelta en el bolsillo.
—Si no deseas entrar ahí conmigo, podríamos solo irnos. —ofrezco para evitarle la incomodidad.
—No, está bien, tomemos ese trago. —señala la puerta con la cabeza y las cejas un poco fruncidas.
—Como desees.
La sigo por la entrada hasta la barra, hacia el par de asientos libres en medio. Levanta la mano para atraer la atención del cantinero.
—¡Hey, Leila! —el cuñado de Sawyer se acerca con una sonrisa—. ¿Qué haces por aquí?
—Volví.
—Eso es genial —justo entonces me nota—. ¿Qué les sirvo?
—Cerevezas frías —le pido, recordando el ofrecimiento de Luke—. Y ponlas en la cuenta de Sawyer.
Brandon sonríe.
—Enseguida.
Tan pronto como las cervezas son puestas frente a nosotros, Lay toma un pequeño sorbo, mirando hacia el frente. Intenta ocultar la ansiedad que le provoca estar sola conmigo.
—¿Te hago sentir incómoda? —pregunto, eligiendo ser directo.
—No. —su tono de voz vacila—. Son nervios.
—¿Por qué estás nerviosa? —sonrío porque por fin está hablando conmigo—. Y sé sincera.
—Carajo —la escucho gruñir bajito—. Bien. Estoy nerviosa porque eres tú, y soy yo, y tenemos historia.
—¿Y eso es malo? —ahora siento curiosidad.
—No. Si... No lo sé. —toma otro trago de su cerveza.
—¿Por qué?
Presiono por una respuesta pero ella mantiene su obstinada mirada al frente, sobre el tablero de dardos que cuelga en la pared.
Si no me dice qué está mal, no puedo arreglarlo.
Leila presiona sus labios con fuerza, girando lentamente para mirarme.
—No puedo olvidar 4 años como si no significaran algo.
—Si quieres, puedo... —me interrumpe.
—¿Podemos volver al inicio? ¿A cuando éramos amigos?
Tengo qué recordarme a mi mismo mantener la sonrisa y la expresión en blanco.
No la hagas sentir más incómoda, Et.
—Por supuesto.
Ella sonríe y golpea mi brazo.
—Gracias Ethan. —se bebe el resto de la cerveza y se pone de pié—. Tengo que irme ahora si quiero terminar de ordenar las cajas que traje.
Casi salto de la silla para ofrecerme a ayudarla, pero me recuerdo que ella quiere ir lento, muy muy lento. Como amigos.
—Claro. —respondo en cambio—. Nos vemos luego, Lay.
Pasos de bebé.
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Nuestro (Mío #4)
FanfictionCuando tocas fondo, el único camino que queda es hacia arriba. Pero nadie dijo que corregir los errores que te llevaron ahí sería tan difícil. ~ • ~ La historia es mía, pero los nombres de los personajes pertenecen a EL James de su Trilogía "50 somb...