Nuestro (Mío #4)

Capítulo 16. Ethan.

Estoy listo.

No sé si funcione, pero tengo qué intentarlo al menos para lograr que Lay me escuche. Jodido Luke, espero que tengas razón con esto.

Es temprano en la mañana, cuando bajo de mi auto sin hacer ruido y voy directo al puesto de estacionamiento de Lay. Me coloco en posición detrás del auto, luego espero a que ella salga de su departamento.

Varios minutos después, escucho la puerta del edificio abrirse y confirmo que es ella cuando el auto cruje antes de que Lay abra la puerta del conductor. Esa es mi señal para atraer su atención.

—Buen día, Leila. —no la veo, pero sé que la asusté porque no esperaba verme.

Sus pasos se arrastran sobre el concreto hasta que se acerca a dónde estoy sentado frente a su auto.

—¿Ethan? ¿Qué carajos crees que haces?

Se aferra a la chamarra marrón porque es una mañana fresca, luego descruza los brazos para señalar entre su auto y yo.

—Pude haberte arrollado.

Cierto.

—Pero no lo hiciste. —aclaro, dándome cuenta que la idea de Luke no es tan buena como creí al inicio.

—¿Entonces? ¿Qué carajos haces ahí? —chilla, mirándome todavía con el shock inicial.

—Necesito hablar contigo de algo importante.

Sus cejas finas se arquean.

—¿Y sentado detrás de mi auto te parece el lugar oportuno?

Hmm, no. Pero aún no sabe de lo que quiero hablar y esta es la forma de sacar el tema.

—Lay, ¿Saldrías conmigo?

Permanezco en silencio mientras sus ojos se entrecierran. Cuando nota que es una pregunta sería, gira la cabeza a los lados para mirar con nerviosismo a los vecinos que pasan por la acera.

—Ethan, escucha —se rasca una ceja—. ¿No te parece que es muy pronto para hablar de eso? Dijimos que seríamos amigos.

—Tú lo dijiste —corrijo—. Yo creo que deberíamos poner las cartas sobre la mesa y aclarar el jodido lío de una vez.

La rubia resopla y mira el reloj de pulsera que lleva, el mismo que le regaló su papá cuando se graduó de la universidad.

—¿Podemos hacerlo después de nuestro turno? Vamos tarde —golpea la pantalla con el dedo.

—No, tiene que ser ahora.

Sonrío para hacerle saber que voy en serio y omito la parte en la que Christian y Luke están enterados de este plan puesto que ellos me ayudaron. Me pregunto si Ana lo habría aprobado si lo supiera...

—No, por favor —gruñe, porque odia llegar tarde.

Esto es lo que pasa cuando conoces a alguien tan bien como yo conozco a mí Lay. Ella podrá actuar diferente ahora, pero la chica que conocí está ahí todavía y sé las cosas que le molestan. Al menos eso no ha cambiado.

Ella me mira, no creyendo que voy a permanecer sentado en el piso y bloqueando la salida de su auto con mi protesta silenciosa. Vuelve a mirar por encima de su hombro, se acerca con cuidado y se sienta a mi lado sin tocarme.

—¡Bien! Estoy escuchando.

Su vista se mantiene en el frente donde los autos y los transeúntes nos miran con curiosidad. Bien. El plan de Luke llegaba hasta aquí, supongo que ahora estoy solo.

Respiro hondo antes de comenzar a decir todo lo que hay en mi mente.

—Te amo, y sé que me amas —digo, porque sé que es verdad—. También sé que te he lastimado mucho y ahora desconfías de mi. Y para ser honesto, estoy molesto contigo aunque sé que no tengo una razón lógica para eso.

Gira la cabeza levemente para mirarme.

—Siempre hay una razón, ¿No?

—Bueno, si.

La imagen de ese chico viene a mi mente. Lo primero que Mía dijo cuando me vió fue que Leila me cambió por alguien que lucía exactamente igual. No lo creí al inicio porque Lay y yo teníamos historia, aunque terminó mal.

Luego lo vi. Alto, rubio y ojos claros, con una jodida sonrisa ganadora en todo su estúpido rostro y lo supe. Supe que era verdad y que tenía el descaro de acercarse a ella como si yo no existiera.

Lo perdí.

Después de la pelea, lo último que supe fue que estaba suspendido por golpear al hijo del capitán Abernathy, y que Christian y Luke tenían razón al odiarlo. Pero nada de eso hubiera pasado si yo hubiera sido capaz de mantener mi mierda bajo control y no lanzarla contra Leila.

La chica que amo.

—Soy un idiota, creo que eso lo resume todo. —un gruñido bajo se forma en mi garganta por la frustración—. Yo provoqué todo eso y te forcé a actuar de tal manera.

Ella podría estar de acuerdo conmigo en todo, pero niega enérgicamente.

—Soy responsable de mis actos, Et. —suspira—. Tengo qué afrontarlos.

—Y castigarte. —agrego, recordando las palabras de Ana.

Yo también lo hice cuando la alejé, pero la soledad me hizo entender que ella hacía mi día mejor. No porque mi vida fuera mala, sino porque tenía a alguien que me quería.

Leí no responde, mantiene sus ojos al frente como si estuviera evitándome. Tiene razón, este no es el momento ni el lugar para tener está conversación, pero estaba desesperado por respuestas.

Ahora que está cruzando conmigo más de dos palabras, siento que estamos llegando a algo.

—¿Eso es todo? ¿Podemos ya ir al trabajo antes de que Luke decida que le compremos el almuerzo por un mes?

—O cigarrillos —le recuerdo, porque me chantajeó con una cajetilla de mentolados.

—O cuidar al bebé. Mierda, será mejor que nos vayamos ahora.

Se levanta del piso y se sacude, luego gira para mirarme cuando ve que no la sigo.

—¿Ahora qué?

—Aún no aceptas salir conmigo en una cita, Lay. No me muevo hasta que tenga tu palabra.

—¡Agh! ¡No puedo creer que estés haciendo esto! —se pasa las manos por el rostro con frustración.

—Puedo ser muy persistente, Leila —advierto—. Y Luke dijo que esto daría resultado porque...

—¿Luke? —mierda. Me interrumpe con una mirada—. ¿Esto es idea de Luke?

—Si.

Presiona sus labios con fuerza antes de hablar.

—Bien, te doy mi palabra. Ahora muévete porque tengo algunas palabras qué tratar con el jodido Sawyer.

—Mierda.

~ • ~

Hola

Les aviso que Solains ha creado un grupo para convivencia y avisos de las historias, quien guste unirse mándeme mensaje privado porque wattpad me está bloqueando los links de las publicaciones 🤨