Capítulo 20. Ethan.

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—¿Y el anillo? —Luke frunce las cejas hacia mi—. Porque tienes un anillo, ¿cierto?

No.

Mierda, sabía que olvidaba algo.

Me aseguro de carraspea fuerte y claro, lanzando un vistazo a dónde Leila está buscando unas carpetas.

—No puedo tener un nuevo comienzo con el mismo anillo, así que voy a cambiarlo. —y acabamos de volver, quiero darle unos días antes de plantear el tema del matrimonio.

—Hazlo pronto, viejo. Antes de que pueda cambiar de opinión.

Christian suelta un gruñido sin dejar de mirar el móvil, seguramente rastreando la ubicación de su esposa por el GPS de la patrulla o mirando las cámaras de la guardería de nuestros hijos.

—Cierren la maldita boca, idiotas. Lay está justo ahí y puede escucharlos.

¿Puede? Mis cejas se arquean con la pregunta no dicha.

Leila pone los ojos en blanco, cierra el archivero y empuja la puerta con una patada del tacón de su bota.

—Si, puedo escucharlos. La pregunta aquí es, querido tonto, ¿Por qué quieres que nos casemos nosotros cuando tú no lo haces?

Buena pregunta. Luke frunce las cejas gruesas y apoya la mano contra su pecho.

—Estoy comprometido, Becca tienen un anillo en su dedo. Los detalles de la ceremonia y todo lo demás estarán listos cuando podamos organizar a los niños.

Lay cruza los brazos sobre su pecho manteniendo una sola ceja arqueada y solo eso falta para que recuerde los viejos tiempos, antes de todo el drama y los problemas.

—Yo tengo tiempo libre, Luke. Organizaré tu boda. —la boca de Sawyer cuelga abierta—. A menos que Becca se haya arrepentido y no desee casarse contigo, en cuyo caso no voy a insistir.

Incluso Christian baja el móvil para mirar con atención la escena. Si, como en los viejos tiempos. Luke resopla buscando a Christian con la mirada, señalando a ningún lado en particular.

—Por supuesto que se quiere casar conmigo, soy el jodido Luke Sawyer. El soltero más codiciado de Seattle.

—Ya no eres soltero —corrijo—. Estás comprometido. Y ahora tienes familia, tres hijos para ser exacto. Perdiste tu encanto.

Las miradas continúan de uno al otro, dejando atrás la lista de sospechosos del robo a automóvil que estamos revisando. Ni siquiera comprendo cómo pasamos de eso a hacer planes de bodas.

—Aún lo tengo, pero maduré —chilla, lo que le quita seriedad a sus palabras—. Pero acabas de darme una idea, viejo. Tengamos una boda doble.

¿Qué?

Leila suelta una risita nerviosa que nadie sigue.

—Ay carajo, ¿Estás hablando en serio?

Luke asiente con una gran sonrisa, como si acabaran de nombrarlo el reciente Míster Universo.

—¡Si! ¡Haremos una gran fiesta!

Mi atención sigue puesta en Lay y su reacción, porque aunque sea una idea descabellada de Luke, estoy de acuerdo.

—Alto ahí, idiota. —Christian interrumpe antes de que yo pueda decir algo—. No hagas planes sin incluir a tu mujer, primero habla con ella sobre el asunto antes de proponer algo así.

Lo que comenzó como una broma, ha tomado un rumbo diferente y ahora tensa el ambiente con anticipación. Creí que Luke tendría la sensatez de olvidar el asunto por ahora, pero él no lo hace y toma el móvil del bolsillo de su saco.

—Preguntémosle ahora.

La mirada confundida de mi chica se mueve hacia mi, luego a Christian y de vuelta a Luke mientras él presiona el aparato contra su oreja.

—¿Mamita? Hola —se recuesta en la silla y sonríe—. ¿Cómo van las cosas por allá?

El sonido del cristal y la música de fondo me indican que ella se encuentra en su negocio, seguramente aprovechando el tiempo mientras los niños están en la escuela y guardería.

—Atareado como siempre —su voz es fuerte y clara a través de la línea—. ¿Qué pasó? ¿Es sobre el almuerzo? Ya te dije que las galletas de avena le hacen bien a tu estómago.

—No es eso, mamita. —sus cejas se fruncen—. Espera, ¿Dijiste avena? ¡Son secas y me raspan la garganta!

Luke idiota. Nos mira a todos antes de volver a la razón de la llamada.

—Bien, olvida las galletas ahora, tengo algo qué preguntarte.

El sonido de la música se desvanece y solo permanece en la línea la voz de Rebecca.

—Te escucho.

No puedo creer que esto esté pasando, parece irreal. De alguna forma, todo lo que creí que pasaría en mi vida y en las de mis amigos está cambiando. Rápido.

—Estaba pensando que deberíamos casarnos pronto y poner en orden las cosas, por los niños. —me mira brevemente antes de volver a la llamada—. Estaba pensando que podríamos tener una boda doble con Leila e Ethan.

—¿Leila se va a casar? —es lo primero que sale de la sorprendida mujer de Luke.

—Si, concéntrate mamita. Una sola planeación con dos bodas necesarias, y Leila se ofreció a organizar todo.

No puedo ver la expresión de Lay, pero sé que tiene el ceño fruncido por las palabras de Luke. Él se gira un poco en la silla con impaciencia.

—¿Seguro? Parece mucho trabajo para una sola persona. Pero si, me parece una idea genial. Dios sabe cuándo tendré tiempo de planear algo yo misma.

Oh.

Eso parece un gran de Rebecca. Creí que no lo haría.

—Entonces eso es todo. Le diré a Lay que estás de acuerdo y que puede comenzar con los preparativos.

Se despide rápidamente y deja el móvil sobre el escritorio, mirándolo por un largo momento antes de levantar la cabeza.

—Supongo que está hecho, nos casaremos tan pronto como Lay pueda planear las cosas para todos. —sus ojos azules se entrecierran hacia mi—. El anillo, Et. Consigue el maldito anillo, ¿O esperas que también haga eso por ti?

Rayos. Definitivamente no.

Christian asiente, todavía con la sorpresa en su expresión. Todo está pasando tan rápido ahora que siento que no es real. Levanta su taza de café de nuevo como si hiciera un brindis.

—Felicidades a todos, ya era hora de que todo lo malo quedara atrás. Celebraremos más tarde, aún hay trabajo qué hacer.


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Feliz navidad a todos 🎄💝✨

Espero que la hayan pasado muy bien, les mando un fuerte abrazo!!!

(◍•ᴗ•◍)❤

Nuestro (Mío #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora