—Y me echó de su departamento. Solo así... Sin aceptar mis palabras.
Suspiro, dejando mi cabeza caer hacia atrás contra el cristal del ventanal. La vista de la ciudad es hermosa, pero no puedo concentrarme en otra cosa que la expresión herida de Lay.
Y por si eso no fuera suficiente, anoche que llegué a casa me encontré con papá subiendo las maletas a su auto porque se mudaba temporalmente al Fairmont.
—Mierda, necesitas muchas flores, viejo. Toneladas de ellas si le hiciste a Lay lo que dices.
Giro la cabeza solo un poco para mirar a Luke, recargado en la barra de la cocina de Christian y atacando su reserva de galletas. Jamie en el porta bebé a su lado.
—Dudo que las flores lo resuelvan.
—No prestaste atención, chico. Dije toneladas de ellas. Las mujeres aman las grandes exhibiciones de amor.
Lanza otra galleta en su boca, pero mi atención cambia rápidamente a Christian, de pie a medio camino entre Luke y yo con su hijo en brazos.
—No, idiota. Las mujeres quieren honestidad y compromiso. Las putas flores no sirven de nada si no te arrepientes y lo cambias.
—¿Entonces qué debería hacer, jefe? —pregunto en busca de su sensato consejo.
—Ruega. Eso podría funcionar.
—Christian... —gruñe Sawyer de fastidio—. Esa es una pésima sugerencia.
—No lo es, —responde mirándolo—. Si quiere recuperar a Leila, tendrá que poner en práctica todas las alternativas disponibles.
Obviamente Sawyer contraataca.
—Christian, que tú adores el piso por el que camina tu esposa no quiere decir que todos los demás tenemos qué hacer lo mismo.
Grey arquea una sola ceja, mirándolo de forma acusadora y podría apostar a que Sawyer está próximo a tragarse sus palabras.
—Si jodes las cosas con Rebecca, ¿No rogarias su perdón?
En lugar de contestar como debería, cambia totalmente el rumbo de la respuesta.
—Bueno, estás suponiendo que voy a joder las cosas y eso no ha ocurrido, querido Christian. Soy un maldito esposo modelo y padre amoroso. —le dirige al dormido Jamie un vistazo rápido y vuelve a morder la galleta—. La mayor parte del tiempo.
—Algún día rogaras, Luke. Nunca digas nunca.
Sawyer se ríe, y quiero hacer lo mismo, pero es mi situación la que estamos discutiendo aquí. Tengo qué resolverlo pronto.
—¡Bien! Si no quieres comprar flores, ve ahí con ella y dile que se deje de niñerías. Luego la lanzas sobre tu hombro y lo arreglas con sexo.
Ahora Christian pone los ojos en blanco.
No era así como se suponía que que sería ésta tranquila tarde para ver el juego de los mariners. Tendría que haber sido en el bar, con cervezas frías y alitas picositas. No en la casa de Christian y siendo niñeras de los bebés.
—Carajo, ¿se imaginaron que nuestras vidas serían de esta manera? —pregunto, y ellos responden No al unísono.
Giro la cabeza para mirar a mis amigos de nuevo, cada uno de ellos con su hijo y una vida estable. Yo debería tener eso, si mi accidente no hubiera pasado, me habría casado con Lay como planeamos y estaríamos hablando sobre los niños para este momento.
—Bien, no estoy descartando la parte de rogar, pero tampoco creo que la idea de las flores funcione con Lay. —por fin me alejo del ventanal y me siento en el sofá—. Desearía saber con certeza qué puedo hacer o decir para hacerla cambiar de opinión.
—Ya te lo dije, viejo. Encuentra tus bolas y vé ahí y dile lo que va a pasar. Si ella quiere lo mismo, estará de acuerdo. —aconseja Luke.
—¿Y si eso solo la molesta más? —dice Christian en voz baja, mirando dulcemente a su bebé.
—¡Pues que lo intente! ¿Que es lo peor que podría pasar?
Rayos, no puedo creer que hemos discutido el asunto el último par de horas y sigo en punto muerto. Si tan solo tuviera la opinión de una persona experta en...
—¿Christian? ¿Crees que Ana ya despertó?
Mis amigos fruncen las cejas por razones diferentes: Luke porque no estoy siguiendo su consejo y Christian porque es un idiota celoso. Juro que podría encerrar a Ana en este departamento si ella fuera más sumisa.
—¡Hey! ¿Qué pasó con escuchar el consejo de Luke? —chilla, el grito haciendo que el pequeño Jamie despierte—. Mierda, mierda...
—Lo escuché pero quiero otra opinión porque seguimos hablando sobre lo que las mujeres quieren, en lugar de preguntarle a una de ellas.
A Christian no le queda más remedio que asentir, llevando a Ted con él de vuelta a la habitación. Supongo que ella si está despierta porque escucho su voz.
—Mierda, es la hora del biberón, ¿Cierto, campeón? —lo veo ir a la mochila sobre la silla y comenzar a sacar biberones y una lata—. Tranquilo, hijo. Papá lo resolverá pronto.
Atraído por la curiosidad, me levanto para acercarme a la barra y mirar a Luke lidiando con los implementos de bebé. A Luke "mujeriego" Sawyer.
—¿Seguro que sabes lo que haces? —quisiera no lucir asombrado, pero lo estoy.
—Si, lo sé. Sé todo lo que se tiene qué saber sobre este chico aquí porque soy el mejor maldito padre del mundo.
Y viéndolo hacer el biberón, sé que tiene razón.
—Lo eres, Luke.
Si él puede hacer esto, ¿Por qué yo no? Christian sale de la habitación aún con Ted en sus brazos, se acerca a la cocina dónde está Luke y luego me hace una seña con la cabeza.
Su esposa espera de pie en la sala.
—Hola, Ethan. ¿Querías hablar conmigo?
Christian y Luke caminan por la cocina con biberones, toallitas de bebé y movimientos suaves. Si están escuchando o no, no lo demuestran.
—Si.
—Sobre Leila —dice, ni siquiera una pregunta porque soy demasiado obvio.
—Si.
Me remuevo incómodo cuando me mira a los ojos, los suyos azules entrecerrados como si pudiera analizarme. Luego sonríe.
¿Por qué carajos sonríe? Estoy muriendo de frustración aquí.
—Habla con ella de nuevo, demuéstrale que las cosas serán diferentes ésta vez. Y luego hazte cargo de la situación. Justo ahora necesita alguien fuerte que cuide de ella porque cree que no merece ser amada. —Ana apoya su mano en mi brazo y yo reprimo el impulso de mirar a Christian—. Ambos necesitan perdonar y seguir adelante. Sé quién dé el primer paso.
Ella sonríe de nuevo hacia mi, luego se dirige de vuelta a la habitación.
—Te lo dije, viejo —canturrea Luke—. Sujeta bien tus bolas y vé a recuperar a tu chica.
Mierda. No creí que existiría el día en que yo dijera esto, pero al parecer me equivoqué.
—Creo que Luke tiene razón.
~ • ~
El pilón gracias a que no hubo redes sociales 😀
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Nuestro (Mío #4)
FanfictionCuando tocas fondo, el único camino que queda es hacia arriba. Pero nadie dijo que corregir los errores que te llevaron ahí sería tan difícil. ~ • ~ La historia es mía, pero los nombres de los personajes pertenecen a EL James de su Trilogía "50 somb...