capítulo 18: Escena del crimen

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¿Desaparecida? ¡Diana! ¡Dios Santo! ¿¡Diana, qué hiciste!? Debió de ser ella, sabía que se preocuparía, pero no tenía idea de que haría esto. Las palabras se me escaparon de la boca.

El oficial regordete y de bigote sucio de lo que parecía ser glaseado de dona tomó fuertemente de las manos a Daniela poniéndole unas esposas mientras ella trataba de poner resistencia. El otro policía le pasó el brazo por el cuello para que dejara de moverse.

—¡Suéltenme! ¡No sé de qué están hablando! ¡Debe ser un error! —chillaba Daniela moviéndose de lado a lado. Su trenza se deshacía poco a poco con el zangoloteo. Como pude reaccioné y salí de ese shock que me estaba causando la escena y me fui en contra del policía que la tenía del cuello.

—¡Esto es un error! Yo soy Emilia Miranda, no estoy desaparecida ¡Es una equivocación! Déjenla en paz ¡La están lastimando! —Forcejeé con el brazo del policía. A lo que corriendo vinieron otros dos hombres y otro me tomó de los brazos. Me sentía en una película de policías y ladrones, la cara me hervía de vergüenza, sentía rabia con Diana, en cuánto la viera seguro la arrastraría de los cabellos hasta el Ángel de la independencia.

—Señorita, deje de forcejear y será mejor —le dijo un oficial a Daniela sujetándola con dureza. Su piel se estaba enrojeciendo.

—Por favor, déjenla —chillé—. Yo soy Emilia, déjenla ir.

—Entonces, tienen que acompañarnos al ministerio público para declarar si usted es Emilia Miranda —dijo el oficial con el que había forcejado.

—¡¿De qué estás hablando, Victoria?! ¿Emilia? ¿Qué carajo está pasando? —Gritaba Daniela mientras la metían a la patrulla. No le quitaban las esposas de encima. La gente comenzaba a acumularse en la escena, había quienes gritaban de miedo, otros se mofaban y algunos otros sin saber lo que pasaba gritaban que la encerraran solo por seguir la paranoia colectiva.

—Acompáñenos, señorita —me tomó un oficial del brazo, al menos más tranquilo que los anteriores. Me pesaba la actitud que tomaron con Daniela de manera agresiva.

—¡Victoria! ¡Victoria! —escuché detrás. Era Oliver—. ¿Qué está pasando, podéis explicarme? Oficial ¿Qué significa todo esto? ¿Daniela? ¿Por qué la han llevado de esa manera? ¡Hijoputa! ¡Qué coño pasa! —profirió.

—¿Usted es algo para la señorita Daniela Martiné? —preguntó el oficial.

—Soy su representante, ¡Pueden explicarme qué está pasando!

Eres el amor de mi otra vida (✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora