—§ Un año después de la muerte de Mildred §—
Taehyung inhalaba con fuerza tratando de llenar sus pulmones de oxígeno y fallando en el intento hasta que se mareó y tuvo que detenerse a agarrarse de la baranda antes de subir las escaleras.
Parado frente a un gran telón rojo escarlata que esconde un amplio escenario al otro lado por el que está apunto de salir, sintió vértigo.
No podía mentir, siempre le ha gustado que le digan lo bonito y caliente que es. Le gusta la atención, la libertad, y más aún el pensar que pronto tendrá encima a unos hermosos ojos oscuros cuidándolo.
Pero la situación es completamente diferente ahora, recuerda alguna vez haber disfrutado ser entretenimiento para la gente y que no le importara, ahora es cuestión de si vive o muere en lo que está apunto de hacer.
Escucha los gritos desbocados del público al otro lado del telón gritando por él, esperando que salga, todos a los pies del escenario listos para aventarle su dinero a la cara con tal de verlo bailar semidesnudo y humillarse esta noche.
El botón rojo escarlata brillante que siempre le había brindado seguridad y estabilidad, da vueltas entre sus temblorosos dedos por última vez.
Ya no le gusta este lugar, ya no quiere estar aquí, pero debe hacerlo una última vez para poder salir.
«Saldrán. Lo harán»
Apenas Taehyung logró reunir las fuerza para subir todos los escalones, el telón se abrió batiendo su terciopelo rojo a cada lado del escenario. La gente empezó a gritar como loca por sobre la música estridente, y por primera vez Taehyung no puede sentir más que humillación revelándose y bailando de esa manera con tan poca ropa. Sus movimientos son medidos, ya con mucha práctica tratando de actuar lo más sensual y natural posible, se le daba, nadie podía negarlo.
Le dio miedo mirar hacia el público, alzaba su barbilla con delicadeza mirando por encima de la multitud o se recostaba en el suelo prestando a un punto indefinido en el techo. Volviendo a ponerse de pie tuvo que obligare a buscar entre la gente a su blanco para saber si estaba funcionando, los hombres que quería habían caído directo en la trampa y se acercaban lentamente hacia el escenario como una manada de leones agazapados flaqueando a su presa.
El pánico empezó a reptar por su estómago con náuseas y su visión se mareó de los nervios, no podía dejar ver que todo esto era un plan o saldría terriblemente mal. Pero sus movimientos se estaban volviendo temblorosos sin poder evitarlo.
Es por eso que como un hábito muy arraigado, buscó entre la multitud. Y no tuvo que buscar demasiado.
Entre toda la gente y el bullicio que había, unos fuertes ojos oscuros se engancharon con los suyos.
Ese increíble traje blanco y negro se le veía fascinantemente intrigante, jamás lo había visto vestido así, enmarcaba esa pequeña cintura que tanto le vuelve loco. No sabe qué dice de él el hecho de que pensar en algo tan carnal como eso fuera lo único que pudo evitar que entrara en pánico. Ese hermoso hombre de cabello negro profundo lo mira de vuelta, atento y alerta, Taehyung comprendió, este casi año entero había visto a Jeon Jungkook en casi todas sus muchas facetas, sus ojos siempre se oscurecían con cada emoción fuerte que sentía, pero siempre era por una razón muy particular. Estaba el Jungkook de ojos dilatados cuando se molestaba e intimidaba a morir, el serio y comprometido Jungkook que lo único que deseaba era acabar con la miseria de atender a algún cliente de una vez, el Jungkook perturbado y triste apunto de romperse y por supuesto que el Jungkook de ojos embriagadoramente oscurecidos por la excitación inclinado encima de él era el que más disfrutaba. Pero luego estaba este Jungkook, firme y escrutador, discurriendo sus ojos oscuros por toda el área como un guardián con su radar muy sensible a cualquier cosa que se le acercara, el Jungkook protector, el Jungkook que amaba cuidarlo se había vuelto uno de sus favoritos.
ESTÁS LEYENDO
𝐏𝐫𝐨𝐭𝐞𝐜𝐭 𝐌𝐞 [𝐊𝐨𝐨𝐤𝐯] +𝟏𝟖
FanfictionLos mil y un demonios de Taehyung lo orillan a terminar en una inmensa red de prostitución sospechosamente fuera de lo normal que desafía las convicciones de cualquiera y redefine la doble moral. Kim Seokjin -el dueño-le pide a Jungkook -su empleado...