Despertar en una cama que no era la suya o de Jimin no fue tan extraño comparado a despertar con la sensación de libertad y sin un gran peso encima.
Lo que piensa Jimin y su familia ha quedado atrás, no podía seguir dejando que su vida se mueva por ellos. Era hora de que dejen a Taehyung cometer un error y que se meta al lodo el solito para que descubra qué tan manchado está este mundo del que tanto lo han protegido.
Mira el reloj desde la cama de su nueva habitación y ya son las ocho de la noche, afuera lo interesante apenas está entrando en su pleno apogeo. Al levantarse se pone el conjunto simple que los empleados del señor Kim han dejado para él. Se nota a leguas que ni él ni la ropa tienen nada de personalidad aún pero es cómodo y estándar (agradece que el pantalón no le queda chico como el de Jimin). Tampoco es como que Taehyung esté seguro de cuál es su verdadero estilo como para pedir que le traigan ropa de acuerdo a tal, ¿qué le gusta, lo vintage, clásico, contemporáneo, atrevido? Siempre había tenido que pensar en qué ropa le gustaría a Jimin que usara cuando salían o sino le pediría que regrese a cambiarse porque llama mucho la atención. Talvez ese es su estilo, el que sea que llame la atención porque es el que siempre usaba y estaba obligado a quitarse en cuanto Jimin lo veía. Ahora que ya no está, podría intentarlo aquí.
Observa dónde está por un segundo y siente una calma tan extraña que ya había olvidado cómo se sentía. Tiene una cama, un techo, ropa sólo suya y más importante aún, opciones. Se siente… bien, siente que tomó la decisión correcta. Todas las decisiones se sienten así hasta que te explotan en la cara.
Sale de la decente habitación y todo está relativamente callado a su alrededor, con puertas cerradas, supone que tal vez aún es temprano.
La cerradura del dormitorio de al lado comienza a abrirse a sus espaldas, de él sale un chico de cabello negro brillante que cae por su rostro en ondas mojadas. Lo reconoce al instante, cómo olvidar ese rostro y ese escultural cuerpo, es quien dijo su jefe que le enseñaría, Jungkook, y vaya que se sintió extraño tenerlo de frente por primera vez. Lo segundo que llena sus ojos es ese corto crop top oscuro de mangas largas que se conecta a su cinturón con tirantes enmarcado su pequeña cintura, y qué decir de los jeans ajustados que lleva. Taehyung levanta su cabeza apenado por haberlo estado mirando tanto.
—Buenas noches —titubea. —Tú eres el del baile en el escenario de anoche.
Jungkook no dice nada, se reduce a confirmárselo con una mirada de pupilas seguras y encapuchadas.
—Y tú eres el boleto de la suerte de Jin —emitió por primer vez.
Su voz…
Es bonita. Seria y neutral, algo de ella le estremeció con su tono grave y misterioso que no deja saber nada sobre sí mismo. Pero era más la inocente intriga que el miedo.
—Supongo —contestó Taehyung con timidez. Jungkook lo miró desde arriba con indiferencia, eso no había sido un cumplido.
—La suerte es para mediocres.
Sin más que decir lo pasó de largo y se fue por el pasillo dejando a Taehyung completamente desconcertado.
Diablos, qué humor, el sexo no relaja a todos.
En ese momento más chicos y chicas empezaron a salir de sus habitaciones pasando por su lado, la mayoría se le quedaron mirando con interés y diversión en sus bonitos rostros, otros simplemente lo inadvirtieron pero un par de chicas le sonrieron amigables. Se tomó el tiempo de examinar el aura de lo que ahora serían sus “compañeros”, y sorprendentes era poco decir. Algunos salían estirándose descansados y frescos junto con su compañero de cuarto y otros se quejaban de un tremendo dolor en el culo con una mano en la espalda baja contando en voz alta sus aventuras de anoche, pero todos tenían algo en común, mantenían un muy peculiar patrón y estándar de belleza. Eran sexis, por Dios. Pasaban a su lado en pijama y modorros y aún así se veían hermosos, ¡pero qué piernas! Las facciones de todos son tan únicas y atractivas que hasta parecen el coro del bendito cielo, se preguntó si él podría verse así.
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𝐏𝐫𝐨𝐭𝐞𝐜𝐭 𝐌𝐞 [𝐊𝐨𝐨𝐤𝐯] +𝟏𝟖
FanfictionLos mil y un demonios de Taehyung lo orillan a terminar en una inmensa red de prostitución sospechosamente fuera de lo normal que desafía las convicciones de cualquiera y redefine la doble moral. Kim Seokjin -el dueño-le pide a Jungkook -su empleado...