𝐏𝐫𝐨𝐭𝐞𝐜𝐭 𝐌𝐞 [𝐊𝐨𝐨𝐤𝐯] +𝟏𝟖

PRT 2: NO, YO TE AMO MÁS

—§ Tres meses después §—

—Prometo tener paciencia y no enfadarme cada vez que veo tu ropa tirada por la casa. —Jungkook le sonrió tan bonito al escucharlo hablándole así, en estas circunstancias, tan ansioso como él que ambos comenzaron a reírse de los nervios. —Te prometo que nunca dejaré de admirarte, porque nunca dejaré de aprender de ti. —A Taehyung le temblaban los labios y la voz palabra por palabra. —Tú me complementas y yo recojo tu ropa del suelo. —Todos los que estaban presentes escuchándolos comenzaron a reír. Entonces Jungkook tomó la mano de Taehyung y le sonrió al darse cuenta de que estaba tiernamente temblando tanto como él. —Y estoy seguro de que estaremos bien, que al final todo tendrá que salir bien. Sin importar los desafíos que vengan, lo difícil que sea estar de acuerdo siempre o soportar nuestras diferencias, podremos enfrentarnos a lo que sea juntos. Todos los que están aquí son testigos de que ya lo hicimos una vez, de que confío en ti con mi propia vida y de que estoy plenamente convencido de que no hay nada que tú y yo no podamos lograr juntos, porque es amor lo que siento cada vez que te miro a los ojos, porque se me acelera el corazón cada vez que te escucho y me lleno de alegría cada vez que me sonríes cuando te digo lo mucho que te amo Jeon Jungkook.

Las mejillas de Jungkook se tintaron de un rojo más rosado que carmín al instante, se le subieron todos los colores. Le temblaban las piernitas al abrazar a su novio preparándose para ahora él dar sus fieles votos.

Sus manos unidas en medio del altar en su boda no podían sudar más, pero era increíble sentirlas lo más apretadas que han estado nunca.

No podía parar de sonreír mientras lo miraba, Taehyung se veía tan bonito… con ese hermoso traje blanco de holanes y pedrería tan característica de él con esa cinta en el cuello y la delgada corona en su cabeza…

—Prometo financiar todas tus locuras, entender todas tus bromas y cuidar de nuestra pequeña Cora cuando se te olvide darle de comer. Prometo tenerte satisfecho todas las noches, aprender a cocinar mejor y siempre volver a contentarme contigo, pero no esperes que empiece a superar tu ternura. —Taehyung arrugó su rostro del bochorno enfrente de todos con sus mejillas y ojitos abultados, Jungkook le articuló en silencio un “¿Ves?” sólo audible entre ellos. —Será difícil y habrá momentos en los que querremos rendirnos pero prometo ser el que más luche, el que más lo intente, con todo y defectos, porque sin mi otra mitad no soy nada, porque sin ti me siento perdido, sin un camino y sin un propósito. Te debo más que literalmente mi vida, te debo el placer de haberte conocido y que le trajeras felicidad, calma y dignidad a todo lo que me hace poder ser yo mismo ahora. Me curaste, me rescataste cuando yo mismo pensé que no tenía salvación, por eso prometo valorarte y cuidarte con todo lo que tengo y más, aunque amarte hasta la muerte sea corto y que la muerte nos separe imposible pues aún en mis últimas, aún en otra vida tú seguirás siendo mío y yo siempre seguiré siendo todo tuyo.

Ambos temblaron de la emoción sintiendo que se iban a desmayar ahí mismo debajo del arco de boda se giraron hacia el juez igual de complacido y feliz por ellos.

—Bueno, —les sonrió grande, —no me queda nada más excepto decir aquí, en este día tan especial frente a sus familiares y amigos que por el poder que se me fue dado, me complace mucho unificar estas dos vidas en este nuevo matrimonio entre Jeon Jungkook y Kim Taehyung.

Jungkook tomó a Taehyung de las mejillas y lo besó con amor. Tomó sus labios con dulzura, imprimiendo en ellos la garantía implícita misma de sus palabras, los acarició con ternura prometiendo que así lo trataría toda su vida, que la sombra de sus promesas siempre estaría presente en su cabeza igual que el sabor de sus labios.

Y Taehyung juró en ese momento que estaba completo, que nada le faltaba y que el mundo entero les quedaría chico si se lo comían juntos.

Ambos se abrazaron fuerte, todavía agitados y temblando, su respiración acelerada aunque sentir sus labios en su oído fue como un bálsamo tranquilizador.