Al día siguiente, Taehyung despertó y tomó sus alimentos en la habitación bien amueblada. Se sentía extraño comer por hábito voluntario y no porque tiene que hacerlo. Tres comidas al día pueden llegar a ser mejor de lo que pensó. Ahora que también sabía cómo cuidar su cuerpo, tardaría un poco en acostumbrarse en acicalarse pero es una sensación de realización placentera, como cuando se tiende la cama por la mañana y al verse todo en orden sientes que has empezado el día con el pie correcto.
No importaba que pareciera una habitación de hotel y no tuviese ese calor de hogar ni nada de sabor a familia, era suyo. Miró su botón rojo sobre su mesa de noche y luego a su ropero medio abierto atiborrado de prendas.
«Su armario, su ropa»
Una voz codiciosa y aniñada susurraba en su cabeza.
Jin le había conseguido pantalones de todas las telas, camisas suaves y hasta ropa interior. Dijo “son tuyas” cuando se las entregó en mano y no podía estar más feliz por eso. En ningún momento decidió por él a qué estilo debía adaptarse ahora, Taehyung se aseguró él solo de irlo teniendo cada vez más claro.
Salió de su habitación siendo más observador de lo que acostumbra para talvez aprender algo de ellos y no se esperaba ver que todos los chicos que deambulaban en horas de descanso o no estaban en servicio vestían con simples playeras claras de algodón y casuales pesqueros. Hasta las chicas llevaban pantalones de chándal y blusas de los colores pastel más aburridos que pudiera haber.
Ese día que quiso salir de la Zona fue curioso darse cuenta de por qué. Los tres hombres de seguridad que resguardaban la puerta y cuidaban de él junto a sus compañeros en todo momento, le indicaron que primero debía ponerse un antifaz y le sonrieron demasiado amigables al dejarlo pasar después de colocar su tarjeta roja en el escáner.
Cuando cruzó por la puerta, sus ojos sufrieron una pesada explosión de color y fatiga visual ahí afuera. No sólo era completamente opuesto a la luz pura, tranquila y blanca de adentro, estaba más oscurecido haciéndolo sentir que estaba saliendo a todo un nuevo ambiente pecaminoso de libertinaje.
El neón colorido a su alrededor estimulaba sus sentidos de formas que no sabía si eran buenas o malas, el propio verde limón de su camisa brilló en la oscuridad como una barita fluorescente.
Había algo que le jalaba a perderse entre la gente, sus compañeros que en algún momento vio en pijamas por los pasillos, ahora se contoneaban con seguridad vistiendo ropa de colores ridículamente llamativos. Un trío de chicos pasó frente a él en chaquetas amarillas y rosa neón seguramente caras con el reflejo de la luz ultravioleta iluminando sus angulosos perfiles cubiertos por el mismo antifaz así como sus torsos marcados sin camisa. Uno de ellos le sonrió alzando una mano amigable y los otros dos lo imitaron también.
Se preguntó si algún día Jin le pediría que enseñe piel así.
Rápidamente a su mente vino lo que las chicas aseguraron anoche y también le dio curiosidad saber qué tipo de relación tenía el señor Kim con sus empleados.
Se veía como niño nuevo llegando al colegio en su primer día de clases mirando a todos lados desorientado; usando esos antifaces negros, no reconocía a nadie. Uno de sus compañeros lo notó y aunque estaba muy entretenido besando a un chico sentado sobre su regazo, se apartó para señalarle dónde estaban sus amigos y continuó con lo suyo.
Suspiro de alivio cuando reconoció a Hobi junto con Jenni y Layla platicando en una barra. En cuanto se acercó, lo recibieron con amables halagos a su vestimenta diciendo que se veía sexy. Jamás le habían dicho eso, se sentía bien.
—¿Están en descanso? —preguntó.
Los tres negaron con un bufido.
—Aquí nunca hay descanso por la noche hyung, sólo esperamos nuestro turno.
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𝐏𝐫𝐨𝐭𝐞𝐜𝐭 𝐌𝐞 [𝐊𝐨𝐨𝐤𝐯] +𝟏𝟖
FanfictionLos mil y un demonios de Taehyung lo orillan a terminar en una inmensa red de prostitución sospechosamente fuera de lo normal que desafía las convicciones de cualquiera y redefine la doble moral. Kim Seokjin -el dueño-le pide a Jungkook -su empleado...