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Algodón de Azúcar
Narrado por Monkey D. Luffy

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El tiempo transcurrió volando hasta que pasaron dos años enteros, dos años en donde Luffy creció tanto mentalmente como emocionalmente, dos largos años donde escalo la escalera laboral del éxito y también logro establecer una relación sana con su amado novio.

Con pesar recuerda que al año empezó a sufrir noches de insomnio y pesadillas donde volvía a caer de las escaleras, después de un mes en el cual no podía conciliar el sueño, tomo la decisión de ir con un especialista, el cual le explico que tan solo eran secuelas que lo atacaban ahora de forma tardía porque en el tiempo en el que sucedió talvez su estado de animo estaba elevado y fue ignorado por su cerebro, pero después de unos meses le estaba pasando facturas. Le recomendaron medicamentos para dormir, advirtiéndoles sobre sus efectos secundarios, ejercicios mañaneros y asistir a terapia semanalmente, con el pasar de los meses fue superando ese mal trago junto a su familia, amigos y novio, hasta la actualidad donde las pesadillas solo eran un recuerdo del ayer, en ese periodo trato de preservar su salud lo más que pudo, para poder seguir laborando y todo su esfuerzo dio frutos cuando fue colocado permanentemente en el camión de rescate por el capitán de la estación.

Su relación había pasado duros baches como cualquier otra relación, como los celos, la falta de tiempo y lo frio que se tornaba en algunos momentos, pero como un noviazgo habían podido salir adelante con consejos y hablando entre los dos cuales eran las cosas en las que estaban fallando y como mejorar su relación y poder seguir laborando en lo que mas les gustaba a los dos, crearon horarios, coordinaron sus horarios laborales y vacaciones conjuntas.

Los fin de semana eran de salir y visitar alguna cafetería o pasar la tarde en algún lugar juntos los dos, las noches de películas o salidas a la discoteca, unos tragos entre amigos y bailes indecentes encima de la barra, los días lluviosos de leer algún libro y avanzar solo dos paginas porque entre que leían se aburrían los dos y terminaban abrazados entre los dos, los bentos preparados por Luffy para los momentos de almuerzo de los dos y los helados que invitaba Law al salir del trabajo eran lo mejor, quizás es por eso que toda parecía un sueño, la etapa del noviazgo era dulce, pero por el compromiso entre los dos había cierta seriedad en el asunto, conocerme mejor y poder llevar un matrimonio sano y no terminar en el inminente divorcio era la meta de estos dos personajes, descartando la infidelidad, porque Law era de Luffy y Luffy era de Law, si algún día le fuera infiel a Luffy el mismo se corta las manos y luego salta del puente más cercano, lo mismo va para el contrario, aunque todos sabemos que para Luffy Law es el hombre más caliente que ha pisado la tierra, con esa piel morena y el hermoso cabello brillante, caliente con esos tatuajes, la sonrisa cuadrada y tenebrosa que lo hacia derretir eran la perdición, el día que llegara alguien mas guapo que su novio seria el fin del mundo.

Visito a su padre después de muchos años de negarse a ver la cara de su progenitor, el mismo que una vez en su cara lo llamo error y desperdicio, fue una de las pruebas mas grandes de su corta vida, logro superarlo gracias a sus hermanos los cuales lo acompañaron en todo el camino y al final estuvieron orgullosos de su gran avance, las cosas avanzaron de manera calmada entre el y su padre el cual se disculpo por todo y le dijo que cualquier cosa podría apoyarse en el y toda su familia, pudo visitar de nuevo la tumba de su madre, dejo flores, oraciones y agradecimientos por ser su ángel de la guarda en toda su vida, prometió volver sobre la tumba de su madre y después de pasar algunos días en la residencia la cual alguna vez fue su hogar volvió a su ciudad y a su cálido departamento.

Cálido a si podía describir ahora a su dulce morada, remodelo toda su estancia y cambio el sombrío color de las paredes, agrego floreros y agrego dulces muebles de hermosos colores caobas, colgó nuevas fotografías y compro lámparas que agregaran una mejor versión de la luz que daba su pequeño hogar, las visitas de sus dulces hermanos a diario eran lo mejor, renovar su alacena y el rico olor a dulce recién horneado eran de las cosas que les agradecía, nunca dejarían de tratarlo como el menor, pero en cierto modo eso le gustaba y mucho.

Hoy salió del trabajo más temprano de lo que pensó, un compañero de su trabajo se ofreció a terminar el turno, camina por las calles llenas de gente, lleva unos pantalones negros deportivos y una playera blanca sin ningún logo, una gorra y en su mano derecha lleva su cena, pollo frito y arroz con vegetales es el menu de hoy cortesía de Yamato quien le regalo un bento.

Hace frio por eso quiere llegar rápido a casa, se ha olvidado su chaqueta en casa y no la a traigo hoy al trabajo, cuando llega a un cruce de 6 paños se queda esperando que el semáforo se ponga en verde mientras observa todas las personas que lo rodean quienes ajenos a todos siguen su vida de manera normal, las palabras bonitas de las parejas que están tomadas de las manos a su alrededor, los susurros de los hombres con saco que hablan por teléfonos y las risas del grupo de chicas que alagan a cualquier chico guapo que se encuentre del otro lado, es lo que observa y llega sus oídos.

Unas manos se colocan en su cintura y eso lo exalta, hasta que se encuentra con la cara despreocupada y la inusual sonrisa de su amado novio que lo tranquiliza, coloca sus palmas sobre los brazos del contrario y se queda en esa posición hasta que un chasquido lo saca de su ensoñación, talvez es la rapidez con lo que pasan las cosas o talvez es que el semáforo esta atrofiado porque a su parecer está demorando en cambiar de rojo a verde.

- ¿No tienes frio? Solo cargas esa ligera playera, pescaras un resfriado Luffy- pregunta Law con el ceño fruncido para luego pasar la chamara que tiene el sobre los hombros del pequeño, que se queja, pero al final decide aceptar cuando ve que Torao pose un suéter de lana, cuello tortuga y manga larga.

- Siempre hueles dulce, me encanta tu colonia- vuelve hablar el mayor, el semáforo cambia a verde y todas las personas avanzan menos ellos dos que se quedan en la misma posición.

- ¿Te Gusta? Es un perfume con olor a caramelo- dice un Luffy con un lindo color rojo en las mejillas.

- Me encanta, hueles algodón de azúcar y merengue, me dará diabetes solo con olor de tu dulce fragancia- suelta el de ojos grises, el cual se acerca a la base del olor, el cual es el cuello de su monito el cual ronronea gustoso por la caricia, hasta que Law deja un pequeño beso y luego da una pequeña lamida traviesa que lo hace jadear de gusto.

-Torao pensé que no te gustaba lo dulce- dice el pequeño a lo cual el mayor asiente, los murmullos de los demás transeúntes que los observan con recelo, emoción y asco son lo de menos para la dulce pareja, la cual esta a la espera de que el semáforo vuelva a ponerse en verde.

-Tienes razón no me gusta lo dulce, pero me encantas tu y tú eres dulce asique...podemos decir que me he vuelto fan de las cosas dulces, más si esta se llama Luffy- suelta sin vergüenza alguna el mayor, que hace enrojecer al menor y soltar unas asombrosas risas de aprobación de los que están alrededor.

El semáforo cambia a verde y esta vez los dos avanzan entre el cumulo de gente, con las manos entrelazadas, hasta perderse entre las diversas calles adornadas de llamativos carteles.

¿Quieres cenar esta noche en mi casa Torao?

Estaba esperando que me lo preguntaras, me encantaría cenar en tu casa hoy Amor.

──Inflamación del corazón──Donde viven las historias. Descúbrelo ahora