11 ⧽ No me ignores.

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Pegué mi frente a la ventana. El tono gris del cielo cubierto de nubes teñía todo el vecindario y en cuestión de segundos las gotas de agua comenzaron a caer.
Recordaba lo divertido que era jugar bajo la lluvia. Saltar los grandes charcos de agua y terminar llenando mis botas de barro, o mirar hacia el cielo y sacar la lengua esperando que alguna de aquellas diminutas gotas cayera en mi boca.

—Oh no... —mi tía se quejó poniéndose su piloto— ya comenzó a llover.

—Es relajante, ¿no crees?

—No cuando tienes que ir a trabajar con un clima como este. Es irritante. —habló soltando un bufido— Muy bien, volveré más tarde. Choerry dejó algo de comida en la nevera, tú solo...

—Caliéntala. —terminé su frase.

Ella sonrió. —Se ve que ya te acostumbraste.

—Quizás. Buena suerte en tu trabajo.

Se giró en mi dirección y acarició una de mis mejillas.

—Gracias. —dijo sonriente.

Acto seguido tomó su paraguas y salió por la puerta principal.
Otra vez quedé sola y el silencio se hizo presente, hasta que el sonido de mi celular lo rompió. Era un mensaje de texto de remitente desconocido.

*número privado*

Hola.
16:44

¿Quién eres?
16:45

Eso no es importante.
16:48


Claro que lo es, idiota. Última oportunidad o te bloqueo.
16:50

Haz lo que gustes.
17:00

Pronto nos encontraremos.
17:01

°°°『🍒』

Desperté unos minutos antes de que la alarma comience a sonar. No podía esperar para llegar a la escuela y contarle a Yeojin lo ocurrido el sábado, ya que por alguna razón ella no respondía mis llamadas o mensajes.
Me di una ducha rápida y me preparé para ir al colegio.

Como todas las mañanas, Yeonjun y yo fuimos en bicicleta hacia la escuela. Era agradable pasar tiempo juntos. Nuestra relación no era como la de la mayoría de los hermanos que viven peleándose y molestándose; éramos más bien la clase de hermanos que se quieren como mejores amigos.

Cuando llegamos al cabo de unos minutos, nos despedimos pues era momento de tomar caminos diferentes.

—Recuerda que si quieres puedes almorzar con nosotros. —dijo antes de dar la vuelta y salir corriendo por el pasillo.

—Claro...

Entré al salón e instintivamente corrí hacia la mesa que comparto con Yeojin. Me llevé una gran sorpresa al no verla allí. 'Quizás esté en el baño...' Pensé. Aunque por desgracia tampoco la encontré ahí.

'¿Dónde te metiste, Yeojin?' No me extrañaba que se enfermara, pero pudo haberme dejado algún mensaje o algo... solo esperaba que no haya sido nada grave.

Las horas parecían alargarse a medida que pasaba el tiempo, y el momento de irse se alejaba en vez de acercarse.
Finalmente la última campana sonó y fui la primera en salir. Debía ir a visitar a Yeojin cuanto antes.

Pedaleé tan rápido que los músculos de mis piernas quemaban. Conduje tres calles abajo, ya que la casa de Yeojin no quedaba lejos.
Un poco agitada golpeé a la puerta esperando por una respuesta.

—Oh, Yerim, hola. ¿Estás bien?

Preguntó la mamá de mi mejor amiga al verme con la respiración entrecortada y una mueca de cansancio en la cara.

—H-hola. S-sí, todo bien. ¿Está Yeojin?

—Está en su habitación, pasa.

Hice una reverencia, me quité los zapatos y caminé hasta su cuarto. No me preocupé en golpear ya que de verdad estaba enojada con ella por no haberme dicho nada durante más de dos días y hacerme preocupar de esta forma.

—¡Im Yeojin! —vociferé entrando violentamente para encontrarme con ella en pijama leyendo un libro.

—¿Yerim? —preguntó sobresaltada— ¿Qué haces aquí?

—Yo soy quien debería hacer las preguntas. ¿Por qué no respondes mis mensajes? me tenías preocupada, ¿tienes fiebre? —puse una mano sobre su frente la cual ella apartó de inmediato.

—¡Basta!, estoy bien...

—¿Y por qué no fuiste a la escuela hoy? ¿Sabes lo aburrido que es tener que escuchar las clases de geografía sin tus bromas?

—¿Y desde cuando te fijas tanto en mí? si te la pasas mirando a Hyeju... —dijo lo último por lo bajo, aunque de todas formas la escuché.

—¿Hyeju? ¿Que tiene que ver
ella con todo esto?

—Nada.

—Aunque ahora que me lo recuerdas... hay algo que debo contarte y es sobre ella.

—Agh, ¿ves? ahí va otra vez.

—Oye, ¿qué te pasa?, eres mi amiga, deberías estar feliz de que sienta atracción por alguien.

—Pues no, Yerim, no estoy feliz, ¿sabes? —se levantó de la cama y me dio la espalda.

—¿Qué? ¿Por qué no?

Se tardó un tiempo en contestar. Mi intriga y curiosidad crecían casi a la par de mi nerviosismo.

—P-porque... tú me gustas, ¿sí?. Ya lo dije.

Me quedé helada. No sabía que responder. ¿Realmente escuché lo que escuché? jamás se me hubiera ocurrido la posibilidad de que mi única y mejor amiga tuviese ese tipo de sentimientos hacia mí. Pero yo no podía corresponderle, y hacerle daño era lo que menos quería.

—Y-yo n-no sé qué decir...

—Mejor no digas nada. Yo tampoco debí haber dicho nada. De todas formas no puedo hacer que me correspondas.

—N-no, espera, Yeojin de verdad yo no quiero que sufras por mi culpa...

—Pues no tengo otra opción. Ahora... creo que lo mejor es que te vayas. —dijo con pequeñas lágrimas en sus ojos.

Me dolía muchísimo verla así, incluso me costaba todavía asimilar sus palabras, todo fue demasiado rápido... Pero sentí que ambas necesitábamos pensar así que le hice caso. Tomé mi mochila y salí de la habitación, cerrando la puerta a mis espaldas.

No pude evitar llorar en el camino de regreso a casa. De verdad no sabía qué hacer. No podía perderla, ella era muy importante para mí y odié imaginar la posibilidad de que tuviésemos que distanciarnos.

❝Rude Love❞ ; HYERIMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora