🍒 Capítulo 17 | Andrea's

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MILO HADAWAY

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MILO HADAWAY




Tenía cinco días sin ducharme, mi cabello es una completa asquerosidad por lo pegajoso, las ojeras me cubren toda la cara de manera deprimente, mis labios son una completa resequedad y el cuerpo me duele como el hijo de putas por estar más de cinco horas plantado en la silla gamer. Mi habitación daba más asco, pero el rock alternativo que sonaba de fondo la hacía agradable.

Paige dejó de hablarme, desde ese entonces no salgo, no como y pierdo el tiempo drogándome, maldiciendo mi existencia y sobre pensar hasta el cansancio.

Era inevitable no encariñarme con las personas y necesitar que estuviesen a mi lado siempre, me ponía mal si estas se alejaban de mí, eso me pasa con Paige, en tan poco tiempo siento tanta dependencia enfermiza hacia ella por más que intenté que no fuese así.

Sabía perfectamente que esto pasaría; no estoy listo para entregar todo de mí a una persona, necesito enfocarme en olvidar o sanar ciertas cosas que me agobian, en ser menos mierda. Pero no sé estar solo y me jode aún más que ahora me odie.

Sé que la lastimé demasiado y me siento mierda por ello, pero no quiero que se aleje de mí, nunca fue mi intención hacerla sentir mal, la puta adicción me tiene a un punto destructivo, no puedo controlarlo y ni tampoco quiero lastimarla, por eso debo hacer algo, debo mejorar.

La puerta se abre de manera abrupta, saco con rapidez la jeringa de mi antebrazo y la aviento a no sé dónde, ceñudo.

—¡Anda a decirle a tu madre que no he tomado ninguna botella de vino de su puto estante! —exclama con rabia señalando la puerta.

—A mí no me metan en sus líos —me levanto y me coloco una camiseta manga larga, procurando no mirarle a los ojos.

—Se han desaparecido seis de la bodega, es mentira que yo tomo tanto, si lo hago son dos botellas a la semana y lo sabes, Mil —se desata la corbata algo cansado y suelta un suspiro agotador—. Es una loca, siempre busca una excusa para discutir.

—¿Por qué la has traído de vuelta? —suelto,  descontento.

—Es tu madre y ya sé que no ha sido la mejor, pero sabes bien que dependemos económicamente ella; expandirá la empresa del vino a más países, solo imagínate todo el dinero que vamos a tener...

—A ti solo te importa ese puto dinero.

Chasquea la lengua, sonriente.

—Me dijeron que entraste al equipo de baloncesto —acomoda su reloj—. Me gusta que estés retomando viejos hábitos, incluso el de conseguir novia, debes tener telarañas en la verga.

—¿Puedes callarte? —le miro mal.

—No es un buen partido, se nota que es tremenda brincona.

—No hables así de ella, ni siquiera la conoces.

Cherry Flavoured [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora