♡Capítulo 7

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7- Sueños.

LOS OJOS DE HIKARI SE ABRIERON LENTAMENTE, sentía su cuerpo cansado y su cabeza pareciese que estaba recibiendo golpes constantemente

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LOS OJOS DE HIKARI SE ABRIERON LENTAMENTE, sentía su cuerpo cansado y su cabeza pareciese que estaba recibiendo golpes constantemente. Acababa de despertar por culpa de un sueño relacionado al cuento de Alicia en el país de las maravillas, y hubiera sido agradable despertarse después de un sueño así sino fuera por el hecho de que estaba en la mierda.

Tan pronto había llegado al dormitorio se puso una vieja camiseta que encontró en unos armarios y se quedó con los pantalones de la limpieza. Tal vez no era la ropa más cómoda del mundo pero no estaba para ser crítica en ese momento, su cuerpo pedía a gritos descansar y su mente también. Tenía bastante sueño. Era normal, no había dormido apenas la noche anterior por el miedo que sentía en estar en aquel lugar desconocido y eso le había pasado factura. Aunque no espero que acabará dormida casi al instante podía entender el porqué, aunque claro, eso no evitaba que con cualquier pequeñez acabará despierta.

Siempre tuvo el sueño ligero, y el sueño profundo costaba en llegar. Normalmente se despertaba con cualquier pequeño ruido a su alrededor, el viento golpeando una ventana, su madre despertándose para ir al baño, ect. Su cuerpo se encontraba en alerta cada que se disponía a dormir, y lo peor es que no era del todo por pura voluntad. En su casa siempre tuvo el miedo de que entrara algún ladrón por la noche y al final, cuando uno duerme se encuentra en el estado de mayor vulnerabilidad, lo que fomentaba su miedo. Así que muchas veces acababa simplemente jugando videojuegos. Lo bueno es que normalmente su falta de sueño era compensado con el tiempo que dormía en clases, o las siestas que se tomaba en el sofá mientras su madre veía la televisión.

Si, dormir en clase no era la mejor de las ideas porque estaba constantemente despertándose. Ya fuera porque desconfiaba de sus compañeros y escuchaba pasos acercarse o por el miedo a ser pillada por el profesor. Al menos dormía algo para no tener tanto sueño y al llegar a casa, poder dormir con total tranquilidad solo para que su cuerpo descansara. Ese era el mejor momento del día, no dormía más de 4 horas pero eran las suficientes, además de relajante. Tumbarse en el sofá al lado de su madre, sabiendo que puede dormir tranquila que si hay un incendio o entrará alguien a la casa sería despertada por ella. No tenía nada que temer si su madre estaba al lado, porque ella cuidaría su cuerpo dormido, como siempre lo había hecho desde que era un bebé.

Su madre era de las personas más importantes en su vida, y la única persona a la que le había confiado su cuerpo inconsciente. Al menos la única con vida.

Por lo tanto, ahora estaba jodida.

Su madre no estaba aquí para calmar sus pesadillas, o tranquilizarla con su presencia para que pudiera dormir en horas libres. Ahora no tenía a nadie. Sólo a su viejo osito de felpa, que por mucho consuelo que le diera su presencia no era algo que pudiera rodearla con sus brazos, tranquilizándola y protegiéndola de cualquier mal para que así pudiera descansar en paz.

𝐄𝐌𝐏𝐓𝐘 ▋𝐓𝐰𝐢𝐬𝐭𝐞𝐝 𝐖𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫𝐥𝐚𝐧𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora