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CUANDO HIKARI ESCUCHÓ QUE ATSUKA TENÍA PODERES CASI ESCUPE SU PULMÓN, es decir, sabía que estaba en el dormitorio de Diasomnia por algo, pero hasta ese momento no se había puesto a analizarlo.
Atsuka tenía poderes.
¿Cómo podía ser eso posible? Se suponía que ambas eran del mismo mundo, pero allí estaba ella con sus extraños poderes.
━ Entonces soy la única desgraciada sin poderes, perfecto━ comentó la joven pelirroja con desgana, puesto que el mundo parecía odiarla━. Oh, dios. ¿Cómo es que tú tienes poderes? No lo entiendo.
━ Eso mismo me pregunte yo al llegar━ le contestó la azabache━. Pero al final descubrí algo interesante.
Hikari miró con interés a su amiga.
━ ¿El qué?
Atsuka le dio una sonrisa antes de darle la espalda.
━ Te contaré otro día━ la pelirroja estuvo a punto de quejarse━. Mañana es un día ocupado, ¿Recuerdas? Mira que hacer un trato con Azul... Lo mejor que podemos hacer es dormir y renovar fuerzas.
Un bufido salió de los labios de Hikari, Atsuka tenía razón y eso lo odiaba, por lo que se dio la vuelta en la cama con indignación con intenciones de dormir.
━ Como sea, buenas noches━ su amiga rio al ver su actitud infantil, mas no dijo nada respecto a ello.
Por fin, después de un largo tiempo se habían encontrado. Las dos jóvenes se encontraban felices por ello, un peso había sido quitado sobre los hombros de la pelirroja, que había tenido un lío mental respecto a la desaparición de la contraria. No sabía si sentirse traicionada, preocupada o Incluso culpable. Desde su partida, la poca cordura que le quedaba desapareció, hizo cosas de las que su madre no estaría orgullosa y un vacío enorme quedó perforado en su pecho. Por otro lado, Atsuka estuvo vagando en la oscuridad por mucho tiempo, en un lugar desconocido sin nadie que conociera mientras se preguntaba qué habría pasado con Hikari.
Ahora la pelirroja se sentía más tranquila, pues la causa tras la desaparición de su amiga fue la misma que la suya. Había viajado a otro mundo, y ahora estaba junto a ella. Atsuka se alegraba por ello, pues después de estar tanto tiempo allí, la azabache había logrado adaptarse muy bien y la llegada de la pelirroja fue como un regalo sorpresa. Estar en ese mundo que le había dado una vida mucho más saludable con su mejor amiga, era lo mejor que podía pasar. O al menos eso es lo que pensó, lo mejor fue ver, que después de tanto tiempo, su pelirroja amiga se veía mucho más feliz. Incluso antes de su reencuentro.
Atsuka no conocía bien a los nuevos amigos de Hikari, pero les agradecía que hubieran estado al lado de su amiga durante todo ese tiempo.
Porque tal vez, tanto Hikari como Atsuka hubieran tenido grandes cambios en su personalidad, una volviéndose más amargada y la otra más alegre, pero en el fondo seguían siendo las mismas chicas que podían tirarse noches sin dormir hablando de tonterías.
