GUSTO
Tener esa cercanía con Christian, el haber olido la mezcla de su sudor con su colonia, y el escuchar su respiración tan próxima, hizo que se me hiciera imposible sacármelo de la cabeza. No se había propasado con el contacto y ese fue el problema, pues me hubiera dado una excusa para alejarlo de mí. Sin embargo, su comportamiento fue común y adecuado, justo como un buen compañero de gimnasio.
Solté un suspiro.
Ya habían transcurrido un par de días desde aquello y todavía podía visualizar claramente la escena en mi mente. No comprendía por qué, si ya habíamos tenido algo en el pasado, seguía poniéndome nerviosa. Lo atribuía a ser el recordatorio de mi infidelidad, mas, luego de las reacciones inconfundibles, supe que no era solo eso.
Cada vez sentía más curiosidad sobre cómo era su vida después de tres años. Azucena me había dado su miniresumen, pero me picaban los dedos por las ganas de investigar y ver hechos tangibles. Observar quién era el Christian del presente y comprobar qué tan bien le había ido con su sueño.
En cama, con la limpieza hecha y la cena para Roberto lista, tomé mi celular de la mesita de noche. Eran pasadas las diez de la noche y no podía conciliar el sueño. Encontrarme sola en el departamento, debido al turno nocturno que tuvo que cumplir mi prometido, a causa de una situación de emergencia, no me facilitó el mantener a Christian fuera de mis pensamientos.
Diciéndome a mí misma que solo sería una búsqueda superficial y una acción netamente para atraer calma a mi mente, puse su nombre en el buscador. Por supuesto que me salieron varias personas. Y no, yo no lo tenía agregado en ningún lado porque no quise dejar ni un solo rastro de nuestra conexión. Así que, revisé los amigos de Azucena y di con él. El inconveniente fue que su perfil era privado. Pude ojear únicamente las imágenes de perfil, las cuales consistían en fotos de él en diferentes poses y escenarios.
Al concluir que lo que hacía no tenía ningún sentido, puse el celular junto a mí e intenté otra vez dormirme. Cuando estuve a punto de hacerlo, surgió la idea de buscar su nombre acompañado por algo que tuviera relación con turismo o viaje.
Di con un perfil oficial en otra red social, llamado «Viaja con Christian». La cantidad de seguidores y publicaciones me impactó, no obstante, era él; una y otra vez en distintos lugares del mundo. Sus fotografías y vídeos tenían miles de corazones y visualizaciones.
Por curiosidad, estuve un rato ojeando su contenido. Había ido a muchos sitios conocidos —y algunos no tanto— de Latinoamérica. Sonreía, hablaba con las personas, visitaba puntos de interés, y probaba su gastronomía. En casi todo salía solo, excepto en contadas ocasiones en las que salió una mujer. Por varios minutos creí que era una novia, pero no tardé en descubrir que se trataba de su hermana.
Debía admitir que lucía feliz, con un brillo en la expresión que no había visto antes. No era el mismo Christian que iba a la oficina, ni siquiera el que me contaba sobre los lugares que quería conocer. Ese Christian solo había sido los cimientos de lo que luego se esforzó por construir. Pese al dolor y el rechazo, había valido la pena ir tras lo que deseaba.
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Ataduras del Pasado [COMPLETA] | A Destiempo I
RomantizmLaura lleva años con su primer novio; el hombre perfecto, el que su familia adora y sus amigas envidian. Lo ama. Eso se dice. Sabe que fueron hechos el uno para el otro, porque comparten los mismos gustos, las mismas metas y nunca discuten. Sin emba...