Capítulo 16 | Cuidados

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CUIDADOS

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CUIDADOS

Fui dada de alta luego del mediodía. Azucena fue a recogerme y salí de allí con ella cargando mi bolso y la carpeta con las indicaciones de los doctores. Christian había pagado todo y todavía no estaba segura de contarle a Roberto. Ya había sido demasiado que nos encontrara solos y, posiblemente, visto al primo de Azucena tan cerca de mí.

—Amiga, aquí dice que te prohibieron el café —comentó Azucena, ojeando lo que me dio el nutricionista, mientras caminábamos a su auto.

—Lo sé. Es irritante. Pero no lo pienso dejar —confesé—. ¿Sí puedes manejar? A mí me lo prohibieron por unos días, por si acaso.

—Es que... Lo de ayer fue más por sobre esforzar mi cuerpo que por la dieta. A decir verdad, solo pude hacerla los primeros días. Después Braulio se dio cuenta, y...

—¿Cómo? —pregunté, haciendo un esfuerzo por no reflejar la pequeña molestia que sentí por haber creído que estaba cumpliendo con el reto como yo.

—Bueno... —Abrazó la carpeta y desvió la mirada—. Pasó la noche en mi apartamento y le sorprendió la cantidad de carne que había en mi nevera.

Frené en seco, impresionada por la noticia. Al parecer la sesión de yoga al que lo acompañó había salido muy bien. Ya habían pasado dos semanas desde aquello y me sentí mal por no preguntar cómo le fue.

—¿Entonces ustedes ya...?

—¡Sí! Y me encanta mucho. En serio. —Hizo un giro dramático que provocó que las otras personas en el estacionamiento nos miraran—. Me hace sentir... wow. Ojalá dure. No solo por el sexo, también porque es un buen tipo. Hacía mucho que no me sentía así de cuidada, querida y deseada, Lau.

El brillo que tenía su rostro ante el sentimiento genuino que abarcaba su corazón me hizo sonreír. Braulio sí parecía un buen sujeto. A pesar de las circunstancias en las que se conocieron, no tenía aires de mujeriego. Siempre era respetuoso conmigo, y no lo había atrapado mirando en exceso y con descaro a alguna mujer.

—Me alegra mucho por ti —contesté siendo yo, como rara vez ocurría, la que le dio un abrazo—. Ojalá podamos planificar una cita doble pronto.

Fuera o no el contraste de lo que yo era, la apreciaba y me interesaba conocer más a Braulio si la tenía así de contenta. Era prematuro para pensar muy a futuro, pero por lo menos una relación bonita que la hiciera olvidar su mala racha, era lo que deseaba para ellos.

—Quizá triple. Mi primo como que está hablando con una chica. Anoche me asustó cuando fui al baño y lo escuché riéndose mientras escribía en el celular a mitad de la noche.

Azucena abrió los seguros del vehículo con el control y se sentó en el asiento del conductor. Yo me quedé inmóvil, pensando en los mensajes de anoche. Mi amiga bajó el vidrio y sacó su cabeza.

Ataduras del Pasado [COMPLETA] | A Destiempo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora