Cap 27

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-¡Oh, no!- Protestó.

-¡Oh, sí!- Me mantuve firme en mi propósito -Te voy a llevar a que te hagan radiografías. Le prometí a la doctora que lo haría. Si alguna vez me la encuentro por ahi y descubre que no cumplí mi promesa, me asesinara.

-Exageras Wanda, no creo que sea tan mala- Dijo con la intención de hacerme cambiar de idea.

Sin embargo, yo quería tener pruebas de que estaba bien. El hecho de que el día anterior se hubiera desmayado me preocupaba mucho.

-Pues sí, es muy mala. Tú no tuviste oportunidad de hablar con ella, pero yo si- No le quedó más remedio que darme la razón.

-Si, eso es verdad- suspiró, resignada -Me parece que no tengo nada que hacer con ustedes dos. ¿Cuándo vamos?

-En cuanto hayamos desayunado- Contesté alegremente. No quería darle la oportunidad de pensárselo mejor.

Horas después cuando la recogí en la consulta del doctor, me dio el diagnóstico médico.

-Todo está bien. Se supone que tengo que tomarme las cosas con calma durante una semana. ¿Estás satisfecha?

-Sí- Dije -Eso es todo lo que quería saber- La miré -¿No te han preguntado nada más?

-Nada especial- Se encogió distraídamente de hombros -Siempre se tragan la historia de la escalera.

"Dios mío", pensé. ¿Cuántas veces había pasado ya por aquella experiencia? ¿Cuántas veces esa persona la había agredido? De repente, tuve la sensación de que me había pasado la vida entera en una caja de cristal que me protegía del lado sórdido del mundo.

Había muchas cosas que daba por sentadas, la consideración hacia los demás, por ejemplo, y el respeto mutuo hacia la idea de que las personas no deberían hacerse daño unas a otras intencionadamente, o de que todo el mundo tenía derecho a la autoestima.

No le pregunté nada más. Me hacía feliz que estuviera bien de salud, ¿Y ahora qué haremos estos días que nos resta en París? Lo mejor era que me asegurara de que aquel viaje resultara lo más agradable y placentero
posible.

-¿Qué quieres de premio por haber sido tan valiente?- Bromeé.

-¿Puedo elegir?- Dijo haciendo un gesto arrugando su nariz -Vaya, eso es nuevo.

No lo pude evitar, tenía días reprimiéndome frente a ella, así que la abracé con fuerza, le pasé un brazo alrededor de su cintura, la atraje hacia mí y la besé delicadamente en los labios.

-Claro que puedes elegir- Dije con ternura -Lo que tú quieras, amor.

Se quedó demasiado sorprendida como para poder reaccionar de inmediato, el beso y la palabra "amor" habían sido una sorpresa para ella, ya que la había dejado de usar desde que... Terminamos.

-Pensaba que ya no me querías- Dijo triste bajando la mirada.

-Bueno- Dije decidida a sincerarme -El hecho de que ya no estemos juntas no quiere decir que haya dejado de amarte Natasha y creo que nunca lo hare- La miré con todo el amor que pude reflejar en la mirada -Nat, por favor perdóname por todas esas cosas horribles que te dije, y por cómo te trate aquel día- Le dije con los ojos cristalizados -Tu no lo merecías, fui una gran idiota, lo sé, estaba celosa, enfada, dolida, todo eso me cegó y no pensé bien lo que estaba diciendo y si te molesta que te haya besado, te entiendo, no lo haré más, pero necesito que me perdones, porque en realidad quisiera nunca haberte dicho todo eso y tratarte tan mal.

Me observó con una expresión indescifrable.

Después se inclinó hacia mí y me beso fugazmente y la mire a los ojos.

La reina de mis noches; Scarletwidow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora