La reina de mis noches; Scarletwidow

Cap 22

Natasha POV

Estaba intentando dormir ya que era casi media noche, cuando de repente escuche un sonido extraño en la puerta principal de mí apartamento, al principio pensé que solo era mí imaginación ya que no había ningún tipo de ruido, unos minutos después volví a escuchar el mismo sonido, así que decidí ir a ver qué era. Grave error, cuando llegue a la sala ella estaba allí.

-Mira lo que tenemos aquí- Dijo ella con una sonrisa diabólica -Espero que estés lista para hacer tu trabajo o si no te va a ir muy mal, princesa.

-Como entraste aquí- Dije con la voz temblorosa -Vete de mí maldita casa María. Soy una idiota al haber dejado que me toques.

-Oh vamos, no finjas que no te gusta, porque se que amas que te haga eso, si eso es para lo único que sirves, ERES UNA PROSTITUTA, por lo tanto tienes que complacer cada uno de mis deseos. Porque si no lo haces por las buenas lo voy a tener que hacer por las malas, y no te recomiendo que quieras ver esa parte.

Se iba acercándose lentamente hacia mí. Yo no me podía mover, estaba paralizada de miedo. Lo único que salió de mis labios fue un susurro -Alejate o llamo a la policía.

-Si tu gritas o llamas a la policía, tu querida novia lo pagará por ti. En serio me sorprende como Maximoff se fijó en ti, teniendo un montón de chicas detrás que babean por ella.

-No serías capas de hacerle daño a ella- Dije apunto de prender mi celular.

-¿Quieres que apostemos?

Justo en el momento que estaba marcado el número de la policía, sentí como me rocío con un líquido que me mareo al instante. Tenía mi vista borrosa, sentía como todo a mi alrededor daba vuelta.

Me llevó hasta la habitación y saco unas esposas de una bolsa negra con otras cosas que no pude distinguir muy bien.

En un momento quise gritar pero me di cuenta de que me había puesto algo como una mordaza en la boca.

Me desnudo, poniéndome boca abajo como siempre, eso era lo peor de todo, estaba esposada de pies a manos, con una mordaza en la boca, sin poder moverme, ni gritar. Sentía miedo a lo que podía hacerme.

Cada vez que hacía un sonido ella me pegaba con un látigo, es mí mente suplicaba que ella parará, ni con mis gritos ahogados por la mordaza lo hacia.

Comenzo a reírse fuertemente mientras me golpeaba, hacia eso una y otra vez por todo mí cuerpo, empezó a violarme con un dildo, ella estaba decidida a hacerme sufrir por haberla rechazado tantas veces.

Luego de tanto dolor, ya casi no sentía ninguna parte de mí cuerpo y pensé que me iba a quedar sin voz al hacer tantos intentos para gritar, mí salvación entro por la puerta de mí habitación, el vecino religioso del frente Joe, junto con el vecino extranjero de arriba Rory. Ellos me escucharon y entraron con una bate de béisbol y con una raqueta de tennis. Vieron que estaba amarrada desnuda, y con heridas sobre todo el cuerpo, Joe apunto a María con su bate y empezó a rezar.

-¡MUJER DEL MAL!- Empezó a gritar repetidamente.

Maria se vio descubierta, así que salió corriendo del apartamento sin decir ninguna palabra. Rory quito las esposas y limpio un poco la sangre que había a mí alrededor, me ayudó a colocarme un kimono negro.

Ambos estaban dispuestos a llamar a la policía pero yo les rogaba que no lo hicieran porque o si no me iba a meter en un lío más grande y no quería eso, no ahora.

Les pedí que me pasaran mí celular, después de buscarlo lo encontraron tirado en el piso de la sala. Luego de eso se despidieron y dijeron que si necesitaba ayuda que los llamará.