-Nat, cariño ¿Estás bien?
-Hace mucho tiempo- Dijo, al cabo de unos instantes -Que no me sentía tan bien con alguien como me siento contigo Wanda.
Era la primera vez que me decía algo así y lo cierto es que, hasta entonces, sólo muy de vez en cuando creía haber detectado esos sentimientos. El hecho de que lo dijera en voz alta fue toda una transmisión de confianza.
-Me hace muy feliz lo que dices- Dije, completamente satisfecha. Me apoyé en un codo y la miré. De nuevo me invadió la ternura. -Espero que sea siempre así- La observé con una mirada cargada de amor y sinceridad. Ella me devolvió una mirada tierna. Muy despacio, dirigí la mano hacia sus pechos y sostuve su mirada. -Eres tan hermosa- Dije -Que todavía me cuesta creerlo. Cada vez que te miro es como un regalo.
Esa clase de cumplidos, los que hablaban de su aspecto, no le molestaban. Sonrió, mucho más relajada.
-No he sido yo quien lo ha elegido...- Se limitó a decir. Toqué uno de sus pechos y empecé a acariciarlo. El pezón se puso duro de inmediato y a su alrededor se tensó la piel.
La amaba y deseaba de una forma casi dolorosa, pero era necesario proceder con calma. Le sonreí, me incliné y la besé suavemente, sin expectativas.
Le acaricié los labios con la lengua y luego fui bajando muy despacio hasta llegar a sus pechos. Apoyé los labios sobre uno de sus pezones y lo mordisqueé. Sus pezones eran menos sensibles que los mios, pero al cabo de un rato empezó a reaccionar ante mis caricias, se movía, inquieta, y gemía con suavidad.
Me acosté sobre ella y la besé de nuevo, esta vez con más pasión. Me devolvió un beso tan apasionado como el mío. Dejé resbalar una mano hasta sus piernas y las separe. Cuando la acaricié en el centro exacto, jadeó y yo que no podía aguantar más, me deslicé por su cuerpo y le separé aún más las piernas.
Se revolvió en la cama, impaciente. Bese cada parte ella hasta encontrar su entrada. Mientras ella levantaba las caderas para acercarse más a mí, me quedé tan cerca de su centro que mí respiración chocaba contra su clítoris y la miré.
-P-por fa-vor há-házlo ya- Dijo con la voz entrecortada.
-¿Que quieres que haga cariño?- Dije intentando mantener la calma, pero la verdad es que me estaba quemando por dentro.
-Quiero que...- No la dejé terminar e introduje la lengua en su interior y gimió.
-WANDA ¡Cariño!- Aquella era la palabra que reservaba para los momentos de más pasión. De otra manera, jamás se la habría oído pronunciar. Tracé círculos con la lengua en el interior de su cuerpo. gemía cada vez más y se entregaba por completo.
Busqué el clítoris con la lengua y se lo acaricié, al mismo tiempo que le introducía un dedo. Lanzó las caderas hacia mí con tanta fuerza que pensé que no podría sujetarla. De repente, y cuando tenía las caderas en el punto más alto, dejo caer su cabeza hacia atrás y le tembló todo el cuerpo. Seguí acariciándola con la lengua. Respiraba con dificultad. Muy despacio, empecé a subir y le acaricié de nuevo todo el cuerpo. Ella buscaba ardientemente el contacto de mi mano y suspiraba de placer. Cuando llegue a su altura me tomé unos segundos para observar todo su cuerpo y me invadió una increíble sensación de ternura.
-Te quiero- Le dije.
Antes de darle un apasionado beso, luego me miró, relajada y satisfecha. Sus ojos me dieron a entender muchas cosas, pero no dijo nada.
-Yo... Yo lo sé- Se limitó a murmurar, y yo me pregunté si alguna vez lograre escucharla pronunciar "esas palabras".
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La reina de mis noches; Scarletwidow
RomanceLa espectacular Wanda tendrá que darle un giro de 180° grados a su vida después de conocer a la mujer mas sexy y atractiva de toda la ciudad. Después de una noche en un lujoso Hotel 5 estrellas todo cambiará. Ya veremos como salen las cosas si se de...