𝟐𝟔 ; c u i d a r

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Si nos adentramos en los pensamientos de Zayn llegaremos a ese lugar oscuro donde se ocultan sus miedos; estaba aquel de jamás lograr nada bueno, el de quedar solo o ser sólo un estorbo

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Si nos adentramos en los pensamientos de Zayn llegaremos a ese lugar oscuro donde se ocultan sus miedos; estaba aquel de jamás lograr nada bueno, el de quedar solo o ser sólo un estorbo. Pero dependía mucho de él si les quería dar vida o los dejaba destruirse.

En este punto, estaba dejando que ellos se destruyeran los unos a los otros.

Eso no cambiaba que a veces no tuviera ganas de existir.

Sentía la ausencia de sus padres, que por ratos le pegaba más fuerte pero seguía aparentando que estaba bien a los ojos de los castaños. No quería preocuparlos, no cuando ellos ya tenían sus propios asuntos.

Por eso seguía recurriendo a Eros con sus mejillas mojadas y ojos hinchados. Se aferraba a sus tallos y le susurraba lo mucho que sus padres le hacían falta.

El amor que Liam le daba le ayudaba, ¿Pero cómo vamos a comparar el amor de tu pareja con el de tus padres? Es totalmente diferente.

Sabía que el girasol podía sentir cada una de sus emociones, lo sabía por cómo la pequeña planta reaccionaba a su tacto, ahí es donde creía fielmente a la idea de que su tía había reencarnado en Eros.

O ya estaba soñando de más, pero no podía evitar sentirse bien ante la idea.

Su tía había sido la más importante en su vida, aquella mujer que le enseñó la importancia que tenían las plantas, el amor propio y ver lo dulce de la vida. Aunque tal vez en eso último había fallado pues seguía pensando que era totalmente un asco con las personas que menos lo merecían.

Había días en los que no quería ni moverse, en los que miraba la puerta de su habitación con fastidio. Pero cuando esas pequeñas risas y golpes en la puerta llegaban a sus oídos, no podía evitar sonreír y olvidar su mal humor.

Al final si estaban siendo su mejor medicina, por fin sentía que tenía un hogar y no sólo ladrillos y grava.

Estos días se había mantenido callado, hablando cuando lo creía necesario, pero se estaba dedicando más a observar y sonreír.
  De nuevo volvíamos a lo que comenzó todo esto que es Eros, esa planta maravillosa que guardaba casa secreto de Zayn.

Como justamente estaba haciendo en este momento.

Zayn abrazaba la maceta a su pecho, la lluvia caía y la suave brisa helada se colaba por su pijama, pero no le importaba para nada.

— Creo que se olvidaron de mí. Y estoy cansado de ser yo quien los busque cuando no debería ser así, ¿Para qué verga traen hijos al mundo si no se van hacer cargo? — Bufó, se sentía cansado, más que nada harto. Su celular estaba sobre la mesa del centro de la sala abierto en el chat de su mamá, había dejado cientos de mensajes por el cumpleaños de la señora, pero al parecer a ella no le importaba, lo sabía porque veía el en línea y nada.

— Y cada que regresan intentan aparentar que nada ha sucedido, que somos una familia como cualquier otra, — Golpeó con su lengua el interior de su mejilla. Lágrimas de impotencia rodeaban por sus cachetes secándose con la misma brisa. — ¿De verdad podemos decir que somos una familia? ¡Sólo nos sentamos en la sala sin poder hablar de nada porque no nos conocemos! ¡Ellos nos saben nada de mí!

Tonto.

Liam fue silencioso, había escuchado los pasos de Zayn desde la habitación de invitados, pero se había quedado en su lugar hasta que lo escuchara regresar. Cosa que no había sucedido después de media hora. Fue cuando decidió salir evitando causar ruido que fuera a levantar a Terry.

Lo miró dándole la espalda, aferrándose a la maceta de la planta. Veía como temblaba, pero al parecer él no lo notaba.

— Los quiero aquí, pero no pienso ser quien los busque. No pienso rogarles por un poco de su amor. No ahora. Ya no. — El corazón de Liam se encogió. No sabía mucho sobre la relación de Zayn con sus padres, pero por lo que había escuchado, por el resentimiento que se notaba en su voz, podía llegar a la conclusión de que nada estaba bien con ellos.

— No me malentiendas, Eros, te tengo a ti, Drex, a Chock, Buhdeuce, a Terry y a Li, pero, no lo sé, siento que tengo todo y a la vez nada. Ese vacío inexplicable que hace que quiera llorar sin razón.

Liam no entendía, sabía a lo que se refería.

Quiso seguir escuchando, aprendiendo de lo que Zayn le confiaba a Eros antes que a alguien más, pero ver su cuerpo temblar con más fuerza lo asustó. Se acercó a pasos rápidos, sacó la cobija con la cual tapaba su cuerpo y se la puso sobre los hombros.

Malik lo miró con sorpresa, aunque se pudo notar cierto brillo de alivio en sus ojos.

Liam besó su mejilla repetidas veces susurrándole un estoy aquí, me tienes aquí.

Lo tendría ahí siempre que quisiera.

Acarició sus cabellos dejando que Zayn recostara su cabeza en su pecho, buscando refugio y alivio en el calor corporal del castaño.

Liam sabía que era su turno de cuidarlo, tal y como él hacía con ellos.

Liam sabía que era su turno de cuidarlo, tal y como él hacía con ellos

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