𝟐𝟑 ; c a n s a d a

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Por las noches la solía recordar, el tacto de ella en su piel mientras le explicaba el motivo de su adiós

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Por las noches la solía recordar, el tacto de ella en su piel mientras le explicaba el motivo de su adiós.

Motivos que el día de hoy eran válidos, pero completamente egoístas.

“Ya no puedo, estoy cansada de todo esto.”

Él también, pero nadie lo sabía.

“¡¿Qué no ves como estoy?! ¡¿No te da vergüenza que por tú maldita culpa este así?!”

¿De verdad el tenía la culpa?

“Volveré por ti, pero no puedes pedirme que me quede. No cuando dejaste de importarme hace años.”

Mentira.

“No soy la madre que necesitas, Terry. Yo no te voy a defender y cuidar de nadie, debes entender que naciste solo y mueres solo.”

“Cada miembro de esta familia es un caso perdido, ni tú ni Liam se salvan de nuestra desgracia.”

“Si yo doy asco, no quieres saber la repulsión que ustedes me causan.”

Si su hogar era un infierno por su llegada, ¿Por qué lo habían tenido?

Terry no lo sabía, su madre hablaba y hablaba de cosas que él no lograba comprender pero se sentía raro. Pero lo que le fue más raro de todo fue la caricia en su mejilla, jamás había recibido tal tacto de su parte, siempre había sido lejana, sólo tocándolo más por obligación que por gusto.

“No te quedarás solo, tendrás a Liam para que te cuiden y Mark será la imagen de un padre que siempre te ha hecho falta” Ella rió, como si de verdad causará risa. “Por fin estaré lejos de este infierno y tú te quedarás con lo que era para mí”

Esos comentarios se quedaban guardados, tenía sólo cinco años y se sentía extraño. Su mamá y ese señor le decían que no debía llorar porque sería peor. Pero él no podía evitarlo, no cuando dolía.

Raspones y moretones adornaban su pancita, Liam no los veía, su mamá lograba que la atención de su hermano no fuera la suficiente como para notarlo.

“¡Me voy y tu estúpido llanto no me va detener! ¡¿Qué no ves que no quiero y jamás te querré?! ¡Has sido mi peor error!”

“¡Mamá!” No podía dejar de llorar, la veía sangrar pero a ella parecía no importarle.

Se desmayó rato después.

Él corrió por ayuda.

Su vecina llegó minutos después y se quedó con él hasta que la ambulancia llegó.

Después llegó Liam y lo abrazó. Pero él no sabía lo que Terry ocultaba.

Nadie lo supo.

Nadie sabía nada.

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