Pasada la medianoche Zhan dejó de intentar dormir, saltó de la cama y se llevó una mano al estómago vacío. Cenar era lo último que había pensado cuando se había retirado en silencio después del humillante comentario de Yibo.
"No pienso acostarme contigo"
¿Cómo había podido decir algo así?
Sí, lo había pensado.
Muchas veces.¿Qué ser de carne y hueso no hubiera fantaseado con tener a Wang Yibo en su cama?
Pero él se lo había dicho, en la cara, y ahora tendría que hacer frente al mortificante hecho de que había malinterpretado aquellos besos y aquellas caricias.
Seguramente trataba a todas sus conquistas igual.
Un poco de coqueteo, y mucho encanto.Haría bien en no olvidar qué clase de hombre era, y a aquella clase de hombres sabía enfrentarse. Su experiencia con su ex novio le había enseñado mucho.
Pero no iba a ser tan fácil vérselas con el hombre que había estado sentado con él en la entrada de la casa. Había estado a punto de caer en sus redes, de apoyarse en su fuerza, de soltar todo lo que llevaba enterrado en su interior.¿Cómo iba a poder trabajar con aquel hombre? ¿Y cómo no iba a hacerlo, sabiendo que era la única forma de pagar la deuda que tenía con Yang?
Con un largo suspiro se puso en pie y se dirigió con su estómago vacío a la cocina.
No hacía falta encender la luz. La luna llena iluminaba el lugar lo suficiente para servirse un vaso de leche y buscar en la despensa algo que no necesitará una preparación.Se decidió por unos bizcochos de chocolate que GuanYue, la madre de ZhuoCheng le había enviado la semana anterior. Según se sentaba en el salón con la bandeja delante de él sintió una punzada de remordimiento. Los últimos meses había estado demasiado inmerso en su propio dolor para pensar en la terrible pérdida que había sufrido GuanYue un año atrás.
Había llorado largamente a su marido. Era una de esas parejas que compartían un vínculo especial, algo que se notaba en la calidez de su hogar, en las miradas que intercambiaban y las caricias fugaces, como si se comunicaran en un lenguaje secreto que solo ellos conocían.
A menudo Zhan se había preguntado cómo sería compartir esa clase de intimidad con alguien. Pero solía acabar golpeándose a si mismo por ansiar lo inalcanzable. Era mejor ser fuerte y autosuficiente que depender de otro para ser feliz.
-¿No podías dormir?
Volvió la cabeza y vio a Yibo apoyado en el arco que daba entrada al salón. Su corazón se aceleró al instante.
-La luna llena siempre me quita el sueño -mintió él. No era una muy buena excusa, pero qué se le iba a hacer.
Wang entró en la habitación con el pelo revuelto y el torso desnudo. Solo iba cubierto por unos shorts. Zhan apartó la vista, pero Yibo se sentó al otro lado del sofá.
-Deberías haber salido a cenar. No puedes vivir de cosas dulces.
-Eso dice GuanYue -comentó con una leve sonrisa-. Ahora mismo estaba pensando en ella y en su marido. Supongo que es otra de las razones por las que no podía dormir.
-¿Quieres saber por qué no podía dormir yo? -Yibo inclinó la cabeza y la luz de la luna cayó sobre su rostro acentuando sus facciones.
-Supongo que tienes muchas cosas en la cabeza -aventuró él-. Al menos a mí me ocurre.
Yibo se volvió aún más hacia él.
Zhan tuvo que hacer un esfuerzo por no mirar aquel cuerpo casi desnudo y los abdominales tan bien definidos. Tenía que concentrarse en otra cosa. Tampoco podía mirar aquellas largas piernas de atleta.
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UNCONDITIONAL TO YOU
FanfictionLa Oveja Negra de la familia Wang regresaba y el sonriente entrenador de caballos sabía todo sobre él.