Cheque

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Una vela se había extinguido por completo antes de que Yibo pudiera moverse. Había dejado de llover y debía ser de noche. La única luz era el débil resplandor de la otra vela a punto de ser consumida.
Debía hacer frío afuera, pero en su cama había calor gracias al chico que tenía en sus brazos.
El chico que amaba. Sintió el impulso de despertarlo y decírselo. Quería ver aquella gloriosa sonrisa iluminar su rostro al oír aquellas dos simples palabras. Era algo que nunca había sentido por otro hombre, y mucho menos decir sus sentimientos en voz alta.
Pero no podía olvidar que se trataba de Xiao Zhan, y que no iba a aceptar su amor así como así.

¿Cómo había dicho en los establos?

"Con un temperamento así tardará
meses en aceptarte".

Entonces, como ahora, había sabido que no se refería a Wonderful. No. Tenía que ser paciente y muy cuidadoso con Zhan. Tenía que dejar que se acostumbrara a la idea, que llegara a comprender la verdad por sí solo.

Pero no tenía tiempo.

Faltaban pocos días para su regreso a Nueva York. Sintió un nudo en el estómago al pensar en perderlo, igual que cuando lo había encontrado en el suelo del establo aquella tarde.
La solución parecía simple. Tenía que llevar a Zhan a Estados Unidos. Juntos tardarían pocos días en recoger sus cosas y en dejar solucionados sus negocios. Después, juntos, volverían a EQUUS. Parecía sencillo, pero con Xiao nada era sencillo.

—Ven conmigo.

La mano que descansaba lánguidamente sobre su pecho se tensó.

—¿A Nueva York?

—Sí —dijo Wang girando la cabeza para verlo mejor—. No quiero dejarte aquí solo.

Zhan trazó con un dedo el perfecto contorno de su clavícula.

—Tengo una perra y veintitrés caballos. No estoy solo.

—Está bien. ¿Y si te digo que yo no quiero estar solo?

—¿Solo en Estados Unidos? Eso sí que es nuevo —dijo él, pero Yibo no sonrió—. Vamos, ¿qué voy a hacer yo allá mientras tú trabajas? Sabes que no soporto estar sin hacer nada. Y no me gustan las ciudades.

—No te gusta salir de tu territorio —sentenció Yibo, y notó como él se cerraba un poco más. Tenía que hacerlo mucho mejor—. Mira, si tengo que volver es porque la semana que viene hay una gala benéfica a la que tengo que asistir.

—¿Qué clase de gala benéfica?

—Es para una fundación que ayuda a niños con problemas. Esta gala anual costea gran parte de sus actividades. No puedo faltar. Y quiero que vengas conmigo, Zhan. Hay una cena y una subasta, y siempre aparece algún famoso.

—Un gran acontecimiento —dijo él con cierta desconfianza.

—Lo es para la fundación. Pero para ti, será una fiesta. ¿Qué me dices?

Al volver él la cabeza hacia otro lado se dió cuenta de que aquello no estaba funcionando.

—Hazme el favor de pensarlo, ¿de acuerdo?

—No voy a cambiar de idea —dijo él negando firmemente con la cabeza.

—¿Quieres decirme por qué?

Xiao lo miró fijamente con sus claros y expresivos ojos.

—¿Recuerdas la persona que me describiste un día en el establo? ¿La de los trajes importados y los zapatos de grandes diseñadores? Es a ese tipo de persona a quien deberías llevar a esa gala, no a mí.

UNCONDITIONAL TO YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora