Capítulo 10

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Bueno, sus planes de almorzar con México se fueron. Tenía el resto de la mañana libre y aunque la idea de México en una cita con Austria le resultaba desagradable, decidió pasar el tiempo distrayendo su mente. 

Canadá regresó a casa de Francia, buscó una libreta de su equipaje y salió al jardín a escribir un poco. Le encantaba escribir poemas, era una buena forma para desahogarse y dejar fluir las ideas. No todos sus poemas eran de amor, algunos eran tristes, donde desbordaba arrepentimiento y dolor por su pasado; otros eran reflexivos, una introspección de su persona que sabía solo él entendería; Otros eran eróticos, que aunque el erotismo no tiende a estar peleado con el amor, él lo veía más como un gusto culposo. Uno de muchos. 

Los países a su alrededor lo veían tan calmo que asumían habría heredado los gustos de sus padres por las cosas pomposas y refinadas. Si bien la influencia de sus "padres" ayudó, sus gustos no se limitaban solo a "superficialidades" Pero tampoco es como que le interesara sacarlos del error.

Después de un rato de estar escribiendo, el cielo europeo se nubló y creyó sería una buena oportunidad para hacer algo de interiores... Así que salió a buscar algo que hacer en las calles de la nublada París. 

Es curioso la cantidad de cosas que encuentras cuando llueve, tomó su cámara y el protector a prueba de agua de la misma. Ahora, uno pensaría que se dirigiría a lugares como la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo o el Panteón. Pero esos los había visto desde los cimientos. No no no, iría a las zonas industriales y sus alrededores. Ahí siempre encontraba gente muy interesante y escenarios igual de misteriosos. 

Al llegar a la estación del metro notó rápidamente el cambio, para comenzar las paredes que normalmente están tapizadas de azulejos azules y blancos eran puro concreto pintado con algunos grafitis, el marco de la entrada no era uno muy adornado, si no más bien sencillo con información suficiente. La gente no usaba ropa a la moda o muy vistosa, solo lo más cómodo para trabajar. Inclusive la cantidad de niños aumentó, pues la mayor parte de la gente que vive en la zonas más adineradas no suelen tener muchos hijos. Una vez dentro de su ambiente, Canadá comenzó a tomar fotografías y a recorrer el lugar.

Las gotas de lluvia comenzaron a caer, pero no podría importarle menos a nuestro querido canadiense. Simplemente se refugió en una de las recepciones de los muchos edificios departamentales que había por ahí. Guardó su cámara y se dispuso a disfrutar del sonido de la lluvia cayendo a su alrededor, de no ser por una voz a su lado.

-¿Canadá?- Preguntó México guardando su paraguas.

-¡MEXIQUE!- Exclamó el canadiense retrocediendo unos pasos y comenzando a jugar con sus dedos.

-Bonjour Canadá- Dijo Marruecos detrás del mexicano, al parecer no venía solo.

-Oh... Bonsoir Maroc- Dijo un poco más recuperado de la sorpresa.

-¿Qué haces aquí?- Retomó la palabra el mexicano -La casa de Francia está al otro lado de la cuidad-

-W-well... I-I was...- Aunque normalmente diría que se había perdido para evitar preguntas incómodas, sería muy tonto decirle a México que se había perdido cuando él sabe perfectamente que vivió ahí durante décadas. Pero decirle que había ido para allá para tomar fotografías no sonaba tampoco algo muy apropiado ¿Y si lo tomaba de loco o acosador? ¿Y si creía que era algo extraño o infantil lo que hacía? -Y-yo estaba bu-buscando algo de comer...?- 

Si claro, la excusa perfecta, no es como que tengas 20 pinches cafeterías alrededor de la casa de Francia, o que su padre fuera uno de los mejores chefs del mundo o que pudiera pedir algo a domicilio ¡Perfecto Canadá! ¡SUPER CREÍBLE! Es más ¿Por que no también le dices que andabas buscando alguien que hable francés?

-Oh, well this is your lucky day Canada!- Dijo Marruecos intentando salvar a su "hermanastro" de aquella penosa situación -México y yo vinimos a visitar a unas amigas que seguramente estarían encantadas de invitarte a cenar ¿Vienes?-

-Actually...-

-¡Que buena idea Marruecos!- Interrumpió México -Anímate Can ¡Son a todo dar las doñitas!- Decía mientras lo tomaba del brazo para adentrarlo al edificio. 

Canadá sin mucho que decir para negarse, no hizo mucho más allá que solo mirar la salida por última vez. Mientras Marruecos llamaba el ascensor México notó las escaleras de emergencia al lado del mismo.

-Wey- Llamó al marroquí, quien volteó a verlo -¿Unas carreritas?-

-Es un séptimo piso México-

-¡AY ANDALEEEEEE!- Insistió el Mexicano, cosa que obviamente notó el canadiense. Sinceramente, el también quería usar las escaleras, pero no quería verse mal frente al mexicano yéndose por su lado.

-México no llegaremos con Antonia y Yasmina sudados- Decía el Marroquí mientras las puertas del ascensor se abrían -Así que por favor México, después de ti...- Marruecos detuvo la puerta del ascensor para cederle el paso a su contrario, el cual con una cara de perro regañado estaba por entrar cuando sintió un ligero empujón en su hombro.

-ENSUSMARCASLISTOSFUERA- Gritó Canadá para luego salir corriendo rumbo a las escaleras. Esto despertó una chispa en México quien emocionado corrió tras él, mientras Marruecos los miraba correr escaleras arriba, soltó una sonrisa divertida y entró al ascensor.

-Son tal para cual-

 Por otro lado México y Canadá subían las escaleras a toda velocidad; en ocasiones se daban ligaros empujones y jaloneos. Pero nada que realmente los pusiera en peligro. 

Nota de la autora: Les recordamos que bajo ninguna circunstancia deben correr en escaleras pues es algo muy peligroso tanto para ustedes como para terceros. Que estos dos sean pendejos se justifica por que son inmortales y no se lastiman tan fácilmente como un humano promedio. Ustedes no :3 Además tienen reflejos más agudos que los de un humano promedio por lo que es casi imposible que sufran algún accidente o...

Esperen, México ya se dio un madrazo...

¡AH NO! Era una trampa para adelantar a Canadá...

-Jajajaja ¡Caíste wey!-

-¡NO POR MUCHO MÉX!-

-¡MADRES! ¿PUES QUÉ COMES QUE VUELAS?-

-JAJAJAJAJA-

-¡NO TE RÍAS PENDEJO!-

¿Por qué no puedes amarme a mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora