¿Por qué no puedes amarme a mí?

Capítulo 15

Mientras tanto, del otro lado del salón, México estaba sosteniendo una "entretenida" conversación con Alemania.

-... Y es por eso que la exportación de zapatos para payaso no sería un buen negocio-

-Jamás lo había pensado- Contestó sin mucho interés el mexicano mientras jugaba un poco con su comida.

-Lo sé... ¿De verdad vas a comer eso?- Preguntó Alemania apuntando al plato de México, un tamal verde con mucha salsa.

-¿Uh? ¿Porqué?-

-¿Si sabes que comer tanto picante podría ser contraproducente en un futuro?-

-En realidad no es mucho- Dijo con más ánimo México, pues le gustaba hablar de comida, más cuando había sido él quien ayudó a prepararla -Tengo platillos más picosos y...-

-Sé perfectamente la gran cantidad de picante que tu y tu gente acostumbran a consumir a diario- Interrumpió el alemán - De hecho te haría mucho bien comenzar a regular eso, a pesar de lo que dicen al respecto de la producción de jugos gástricos, creo que tu consumo a más allá de...-

-VOY POR MÁS CAFÉ- Exclamó México interrumpiendo a Alemania, normalmente habría esperado a que terminara de hablar, pero si seguía así terminarían discutiendo como tu con tu tía religiosa en las reuniones familiares luego de que te preguntara "¿Y pa cuando mis sobrinos eh?"

México se acercó a la mesa de comida y ahí pudo ver a los hermanos norteamericanos teniendo una plática muy secreta. Que raro, pensó, no es como que no se hablen, pero normalmente USA estaría alardeando y hablando en voz alta acerca de alguna de sus múltiples ayudas humanitarias a medio oriente o de cómo mantiene en pie la economía de todo un continente el solo.

Canadá terminó por deshacer el contacto que tenía USA sobre su persona y se sentó en una de las mesas vacías. Parecía molesto, México lo pensó por un momento antes de acercarse, hasta que vio a su lado un tazón lleno de galletas con relleno de fresa, piña y mora azul. Sonrió de lado, ya sabía que hacer.

Por otro lado, el canadiense pensaba en lo que le había dicho su hermano. Jamás debió haberle compartido su secreto, aunque tampoco es como si hubiera hecho mucho por esconderlo, errores de la juventud. Pornhub fue más que nada un experimento, algo que hizo por mera curiosidad, no esperaba que se hiciera tan famosa y aunque lo fuera no es como si él actuara en... todos... los videos... AGH VAMOS el solo daba la cara y lo demás lo hacían dobles... 

Ahora lo de los indígenas...

-Psst- Escuchó detrás de él -Psst- Miró a la pared que estaba cubierta por una gigantesca cortina de terciopelo rojo -Psst- Canadá se levantó y se acercó con cautela a la cortina, estaba por retirarla cuando una mano verde salió de ella, lo tomo del brazo y lo jaló dentro de la tela. Al parecer dentro había un pasillo cubierto por la cortina, pues Canadá cayó en la alfombra muy cerca de una mesa pequeña -¡Madres! Maplecito de mi vida ¿Estás bien?-

-¿Me-mexique?- Dijo Canadá un poco confundido por el golpe.

-¡Ay perdóname!- México se apresuró a levantarlo y verlo de pies a cabeza para asegurarse que no se había lastimado -No quería hacerte caer ¡Te lo juro! ¿Te hiciste daño? ¿Te duele algo? Ay pero si soy...-

-I-I'm fine thanks... Solo un poco sor-sorprendido- Dijo intentando ignorar el hecho de que México se encontraba a centímetros de su cara -¿Do-dónde estamos?-

-¡Ah si!- Dijo -¡Ven conmigo!- No dio tiempo a respuestas, tomó la mano de Canadá y se lo llevó corriendo por el pasillo. México lo veía como una de las travesuras que antes hacían él, Canadá y USA cuando eran niños y se escapaban de los bailes aburridos de sus padres. Pero para el canadiense parecía una escena digna de película romántica, el valiente príncipe rescatando a su princesa de sus propios demonios internos, ambos amantes escabulléndose por los pasillos del castillo para luego escaparse juntos, casarse y tener una familia lejos del reino, en su propio lugar feliz donde nada ni nadie podría arruinar su felicidad.