Capítulo 16

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Canadá se encontraba preparando su equipaje para uno de los "retiros" organizados por OMS y ONU. Básicamente consistía en viajes tipo salida escolar a algún lugar apartado de la ciudad para "mejorar la convivencia" No eran realmente útiles considerando que no eran precisamente ellos los que iniciaban las guerras, pero nadie se quejaba,  pues servía como una excusa para descansar de todos los pendientes políticos y sociales que tenían en sus ocupadas agendas.

Por cierto, desde la reunión en México, el gobierno canadiense comenzó a darle un poco más de trabajo serio a su representación, sobre todo la parte de relaciones internacionales (El área favorita de cada country) No hace falta decir que Canadá estaba feliz por ello, finalmente tenía oportunidad de ayudar a su gente y a su gobierno. Esa reunión en territorio mexicano había sido de gran ayuda para él.

Ah~ México, su amado charro piel de oro, cuerpo de adonis, ojos de chocolate, nalguitas de esponja. No podía contener su emoción al pensar en que pasaría una semana completa con México en el campo abierto con la naturaleza formando el escenario perfecto para una declaración romántica... Por parte de México claro, por que Canadá se muere de nervios antes de declararle su amor a su príncipe águila guerrera.

La mayor parte de los retiros se los pasa con sus hermanastros, admirando a lo lejos a México intentando caerle bien a Centroamérica. Sinceramente no entendía cuál era el problema de Latinoamérica con México, es decir, se la pasaban bien en fiestas y todo, pero ha escuchado a más de un country de esta región hablar mal del mexicano a sus espaldas. Lo peor de todo era que México aún siendo consciente de esto, se esforzaba mucho por agradarles. Tal vez ese sea el problema... Bueno no importa, esta vez se encargaría de darle a México la mejor semana de retiro de su vida, por que esta vez (Gracias a algunos favores y trabajo extra con ONU) estaría en el mismo grupo que México.

-¡Ya lo verás mon amour!- Exclamó viendo la foto de contacto del mexicano -Voy a hacer que te enamores perdidamente de mi y que me confieses tu amor eterno durante este viaje- besó la foto de su celular sin darse cuenta de que accidentalmente le mandó a México un mensaje de voz en el que lo único que se escuchaba era el tronido de labios del canadiense.

Canadá estaba terminando de cerrar su maleta cuando un mensaje le llegó, era México.

-¡Pero dámelos bien pues! (;*) -

¿eh? ¿De qué habla? ¿Se habrá equivocado de contac...?

Oh no

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH-

Ese grito se escuchó por toda la casa y parte del área alrededor del lago donde se encontraba la cabaña del canadiense. Que suerte que sus estados estaban en el trabajo o se hubieran asustado de muerte... Pero hablando de muertos. Canadá estaba envuelto el cobijas hundiendo su rostro en su almohada ¡Ni siquiera había llegado al retiro y ya había quedado como un pervertido frente a México!

Aunque... Realmente no reaccionó de mala manera ¿No?... Tal vez podría soltarse un poco, solo un poco... Tomó su celular con cuidado y pensó atentamente en lo que respondería... Tal vez algo atrevido como "No tientes tu suerte" o  algo romántico como "Si de mi dependiera te daría besos cada minuto de cada hora de cada día" ... Tal vez debería preguntarle a Francia...

-Oui?- Contestó Francia al otro lado de la línea.

-Bonjour papa, Ca va?-

-MON PETIT MOUCHE!!! Oui, tout allé bien et toi?-

-Emmm, bien...- Canadá estuvo unos largos minutos poniendo al día a Francia sobre lo ocurrido en la junta con USA y Alemania; los mensajes, el trabajo, todo. Francia escuchaba atentamente mientras guardaba sus maletas en su auto. 

-Suena a que has tenido un muy buen avance querido- Contestó Francia.

-Si, eso creo- Suspiró pesadamente -Pero aún me pongo nervioso al estar con él y ahora no sé que contestarle...-

-Hmmm... Déjame pensar...-



_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_


México adoraba los retiros de ONU, le encantaba estar cerca de la naturaleza y despejarse. Aunque en esta ocasión tenía otra razón para emocionarse por el viaje, su adorable canadiense le había prometido un beso junto al lago donde acamparían cuando todos se hayan ido a dormir. Realmente no especificó la clase de beso que tendría, pero el solo pensar en la idea de que los labios del canadiense tocaran su piel le ponía los pelos de punta. México, a pesar de la imagen despreocupada y distante que muestra en temas amorosos, cuando tiene un interés genuino en aquella persona, suele dar mucho... demasiado afecto, sus anteriores parejas le han tachado de empalagoso o pesado. Coincidían en que debía aprender a medir las atenciones que estaba acostumbrado a dar. Si somos estrictos, la realidad era que por cuestiones culturales, sus muestras de afecto les resultaban exageradas, pero no pasaban de mensajes (o cartas) de buenos días, buenas noches, preguntar sobre su día, si podía ayudarles en algo, darles detalles hechos a mano cada que se encontraban (No gastaba mucho en ellas, realmente eran cosas que él sabía hacer) o mostrar afecto públicamente. No exigía una contestación rápida, ni un mensaje de 1000 palabras agradeciéndole los obsequios ni nada por el estilo, solo eran cosas que le nacían, pero no todos podían entenderlo de esa manera. Total, terminó por concluir que tal vez debía controlarse con Canadá, a pesar de que lo conoce desde hace mucho tiempo, sabe que es un country multi facetico y con muchos secretos; su interés por los temas eróticos por ejemplo...

¿Qué?

¿Creían que México lo veía puro y santo? 

JA. No no no no no. México ha aprendido a la mala a no subestimar a nadie, además de que una vez encontró por accidente la cuenta anónima de Wattpad de Canadá y se enteró de algunos gustos y disgustos. Aunque claro, nunca mencionaba el hecho de que le gustaba México explícitamente. Solo hablaba de un sensual moreno más bueno y dulce que el pan que hornea... Super discreto ¿No?

En fin. El avión en el que viajaba el mexicano finalmente llegó a tierras noruegas, un auto lo esperaba para llevarlo al parque en las montañas donde las exclusivas cabañas aguardaban por sus invitados. 

¿Por qué no puedes amarme a mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora