La cena transcurrió con tranquilidad. Para la mayoría... Canadá temblaba al tener a México sentado a su lado, riendo y contando anécdotas divertidas de los últimos días. Debido a esto hubo algunos accidentes en los que casi derrama el jugo de uva sobre el mantel o ponerle salsa a su puré de papa en lugar de aderezo. En cada uno de esos pequeños accidentes México llegaba al rescate con un vaso de agua o sosteniendo la jarra que estaba por caer. Está por demás decir que la vergüenza dominaba la faz del canadiense, quería que la tierra lo tragara en ese preciso momento. Justo cuando decidió ser el caballero de brillante armadura, se convierte en la dama en apuros más torpe de la historia. Aunque, debía admitir que le agradaba mucho la idea de que México fuera atento con él, más aún que no le molestaban sus constantes muestras de torpeza. Hubo ocasiones incluso en las que México, al ver al canadiense un tanto agobiado, posaba su mano sobre su brazo y le daba una sonrisa tranquilizadora que hacía que el corazón del canadiense intentara salir de su pecho para saltar a sus manos.
En el momento del postre, Antonia les ofreció un pedazo de pastel de chocolate preparado con sus propias manos. Canadá quedó fascinado con la presentación del postre y más aún al notar cerezas sobre él, estaba más que ansioso por probarlas, pues le encantaba la combinación de cereza y chocolate. México también estaba muy ansioso por "agandallarse" una que otra cereza. La primera se fue con Yasmina, pues fue la primera a la que le sirvió Antonia. La segunda se la llevó Marruecos, la tercera fue para Canadá, el cual al tener el plato en sus manos le brillaron sus ojitos como si fuera un niño. Lleno de ternura, México miró cómo Antonia servía la última rebanada con cereza para él. México se sintió mal, pues Antonia no había alcanzado cereza, seguramente por que no esperaban a una persona más en la mesa. Estaba por ofrecerle su rebanada a Antonia, cuando Canadá exclamó.
-Antonia, can we change?- Dijo ofreciéndole su rebanada.
-Ah? Why my dear?-
-I think this is bigger than yours and I'm full- Contestó con una amable sonrisa, Antonia se conmovió por el amable gesto, que bien sabía cual era la intención. Ambos cambiaron platos y Canadá degustó con alegría desbordada su primer gran cucharada.
México se quedó mirando unos segundos, aún después de renunciar a su anhelada frutilla Canadá disfrutaba el postre como si fuera lo más delicioso del mundo, sus mejillas se abultaron y un ligero rubor se pintó sobre ellas. México tenía tantas ganas de congelar ese momento, sacar su teléfono y tomar mil y un fotos ¡Sería el fondo de pantalla perfecto! Definitivamente miraría esa foto todas las noches antes de dormir y sería lo primero que miraría por las mañanas.
-Cany- Llamó el mexicano al canadiense, el cual miró en su dirección. México le extendió la mano, teniendo entre sus dedos el tallo de la cereza ¿ACASO LE ESTABA OFRECIENDO SU CEREZA? O mejor aún... ¿LE OFRECE DARLE DE COMER EN LA BOCA?
Canadá sintió un leve infarto ¿Esto estaba pasando en serio? ¿Acaso esto era un sueño? ¿C-cómo se supone que debe reaccionar ahora? ¿Debería acercarse? ¿Cómo debe actuar ahora? ¿Qué haría Austria ahora? ¿C-cómo se respira?
México, al no recibir respuesta del contrario, sonrió, tal vez estaba poniendo en aprietos al canadiense. Mejor dejar la pequeña fruta sobre el pastel... Aunque, podría divertirse un poco ¿No? Cortó el tallo de la cereza y lo metió a su boca. Segundo después lo sacó dejando ver un nudo perfecto en este. Lo puso en una servilleta sobre la mesa y lo acercó al canadiense.
-Eso y más solo para ti bebé- Dijo en tono coqueto y con un guiño para el contrario.
Ahora las cerezas se veían pálidas en comparación del norteamericano. Canadá se imaginó tantas cosas en ese momento que tenía miedo de las consecuencias fisiológicas que esto podría traer ¡COMO SE ATREVE A SER TAN MALDITAMENTE SEXY Y TIERNO AL MISMO TIEMPO? ¿QUE NO SABE LA CLASE DE PODER QUE TIENE? ¡ESA SONRISA Y ESA VOZ DEBERÍAN SER UN DELITO! ¡NI LA CADENA PERPÉTUA SERÍA SUFICIENTE!
Mientras tanto, Yasmina, Antonia y Marruecos continuaban con su charla sobre la salud de Antonia y los reclamos de Yasmina. Aunque eso era más que nada una forma de "dejar a solas" a los tortolitos.
-¿Deberíamos decirles que hay más cerezas en la cocina?- Preguntó Yasmina al oído de Antonia. La cual sonrió tranquila y contestó.
-No, para nada-
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La velada llegaba a su fin y ahora todos se encontraban en la sala de estar casi despidiéndose. Antonia y Yasmina les dieron un poco de comida para llevar.
-Vuelvan a visitarme más seguido mis niños- Dijo Antonia mientras abrazaba a México.
-Y usted debería ir más seguido a verme. Mire cómo me tiene como novia de rancho, todo vestido y alborotado y no más nada- Replicó el mexicano.
-Ah! Esos tiempos fueron hace mucho México- Antonia pellizcaba su mejilla con nostalgia -Pero me parece que ya hay alguien calentando la cama por mi eh- Dijo en tono burlón mientras miraba al canadiense.
-A-ay toñita ¿Qué cosas dice?- México reía nervioso -Bien sabe que usted es la única dueña de mis quincenas, señora de mi rancho y ladrona de mi corazón-
-Te estoy hablando en serio México- Antonia le jaló la oreja -Ese chico se nota de lejos que te adora y la verdad me cae bien ¡Así que más te vale que la próxima vez que te vea, Canadá tenga un bonito anillo de compromiso en su dedo-
-Ay ay ay s-si Doñita lo que usted diga, mande, ordene y disponga p-pero déjeme mi orejita-
-A-antonia!- Llamó Canadá haciendo que la mujer soltara al mexicano -¡Quería agradecerle por la comida de hoy! Fue muy amable al permitir unirme a su velada- Discretamente Canadá se interponía entre Antonia y México, dándole oportunidad al contrario de acercarse a la puerta de salida.
-¡AY CUANDO QUIERAS MIJO! La próxima te puedo enseñar a hacer postres. Mira que los pasteles me salen muy bien ¡Sobre todo los de boda!-
-GRACIAS ANTONIA PERO YA TENEMOS QUE IRNOS- México empujaba a Canadá fuera del lugar con sus mejillas totalmente rojas -¡MIRA QUE HORA ES! CANADA TIENE QUE VOLVER A SU CASA O SI NO FRNACIA ME PEGA ¡ADIOSQUEESTÉNBIENGRACIASBYENOSVEMOS!-
Las tres representaciones salieron del edificio y tomaron rumbo a sus respectivas estancias. Marruecos bajó dos estaciones antes que México y Canadá; Por que, obviamente, México acompañaría a Canadá hasta la casa de Francia. Hablaron del día, de la cena, de Antonia, de Yasmina y un poco de la historia de ambas. Siempre es interesante escuchar la historia de la gente de mucho mundo.
Finalmente llegaron a la entrada del francés.
-Bueno...- Habló el canadiense -Supongo que nos veremos en la siguiente reunión...-
-Si, supongo que si- Dijo el mexicano con la mano en su cuello -Fue lindo pasar tiempo contigo-
-Si, lo mismo digo...- México se acercó lentamente, quería darle un beso en su mejilla, pero no sabía cómo se tomaría el canadiense dicha acción, pues su coqueteo de hacer rato casi le provoca un desmayo, rápidamente le extendió la mano en señal de despedida. Sin embargo, Canadá en un impulso de valentía, tomó su mano y la jaló hacia él. Esto le dio oportunidad de darle un beso en la comisura de los labios.
-Yo también estoy lleno de sorpresas solo para ti Méx- Dicho esto entró tranquilamente a la gran casa. Dejando a un México totalmente petrificado y sonrojado.
Del otro lado de la puerta, Canadá estaba en el suelo recargado en la puerta cubriendo su rostro con sus manos ¡SE SUPONÍA QUE SERÍA UN BESO EN LA MEJILLA! ¡¿EN QUÉ ESTABA PENSANDO?! ¡UN PRÍNCIPE AZUL NUNCA SERÍA TAN ATREVIDO!
...Pero...
le gustó...
....
No...
¡Le encantó!
Mientras tanto USA miraba por la ventana de su habitación a México dando vueltas mientras sonreía como adolescente enamorado.
-Hm Disfruta tu ventaja bro, no te durará mucho...-
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¿Por qué no puedes amarme a mí?
FanfictionUSA es muy sobreprotector con Canadá, esto ha generado de que sus habilidades sociales no sean las mejores, sobre todo cuando se trata de hablar con la persona que le gusta.