Capítulo 27

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Ambos terminaron el trabajo atrasado durante la tarde y adelantaron bastante por la noche y parte de la madrugada. México estaba sentado en la alfombra terminando de firmar algunos permiso. Cuando firmó el último dejó caer la pluma de lado y estiró ambos brazos al cielo; dejando salir un sonido de satisfacción. Buscó con la mirada al canadiense para preguntarle si quería un café o algo para picar (es decir comer :v) pero se encontró con el canadiense dormido sobre algunos papeles, se acercó con lentitud intentando no despertarlo...

¡ES LA IMAGEN MÁS TIERNA DEL PINCHE MUNDO!

Le encantaría tomar miles de fotos y ponerlo en su escritorio de computadora, pero no, ya habrá tiempo para tomarse fotos juntos. Se acercó y lo levantó con cuidado entre sus brazos. Canadá se acurrucó en su cuello mientras el mexicano lo cargaba como un príncipe siendo llevado por su valiente caballero andante. Ay que bonito. México lo llevó a una sala de invitados que habían habilitado para él. Lo tapó con las cobijas, le dio un beso en la frente y se acomodo en un espacio de la cama, aprovechando para abrazar al canadiense.

-Buenas noches Canny- Le dio un beso en la mejilla -Que tengas sueños tan dulces como tu- No tardó en quedarse dormido, pero Canadá aún estaba despierto.

-Claro, muy dulce- Le dolía pensar que no estaba a la altura de la imagen que México tenía de él, pero se esforzaría por no decepcionarlo... Incluso si eso implicaba esconder algunos detalles.

Al día siguiente, México extendió su brazo buscando el calor de su pareja, pero estaba vacío su espacio, se levantó rápidamente buscando alrededor de la habitación ¿Qué hora era? ¡10 de la mañana! Ya había perdido casi toda la mañana, seguro que lo reprenderán después por eso, se estaba colocando la camisa de vestir, cuando el canadiense entró con un carrito de comida y dos jarras llenas de leche y jugo de mango respectivamente.

-BONJOUR MON AMOUR!- Dijo Canadá ofreciéndole waffles recién hechos con miel y mantequilla. 

-Ay Dios así hasta da gusto desvelarse por trabajo- Murmuró el mexicano para sí mismo -Buenos días pequitas- Dijo sosteniendo el rostro de Canadá por las mejillas mientras le daba un suave beso en la frente -No te hubieras molestado, seguro estás igual de cansado que yo-

-Pas du tout! Quería sorprenderte con algo rico para desayunar, aún no sé hacer tus ricos tamales, pero te prometo que aprenderé pronto- 

-¡Ayyy! ¡Si me caso!- Pensó el mexicano mientras ponía el plato del desayuno a un lado para abrazar al canadiense -Can, no sé que hice para que te fijaras en mi, pero Ahhhhh te quiero te quiero te quiero...- Repitió varias veces mientras restregaba su cara en el cuello del contrario. Canadá reía al sentir las cosquillas. Fue una mañana tranquila para ambos, pero sabían que debían comenzar a trabajar, la feria internacional se inauguraría al día siguiente  había mucho que hacer, comenzando por recibir a los invitados. 

Hablando de los invitados, la mayor parte de los countrys invitados que confirmaron habían llegado al territorio mexicano, incluyendo a USA, quien al escuchar que Canadá estaría ahí se apresuró a llegar también. Bien, tal vez no pudo impedir que Canadá y México comenzaran una relación, pero si ha de ser así, se encargaría de que México entendiera que su hermano tiene un ENORME apoyo de su parte, le mostraría cómo debe cuidarlo, los mantendría vigilados... También se aseguraría de que cualquier ... "actitud" problemática se mantuviera oculta... Como ha sido desde hace años.

Etiopía había solicitado a México que lo recogiera del aeropuerto, ya que aún le costaba adecuarse a la altura y el ritmo de la ciudad. México aceptó la solicitud, advirtiendo que el canadiense los acompañaría. Ahora, Etiopía preferiría estar a solas con el mexicano, ya se imaginarán el porqué. Sin embargo, respetaba completamente la decisión y la relación que tenía con Canadá, después de todo, es una actitud que esperaría que los demás tuvieran si es que en algún momento hubiese tenido la oportunidad con el mexicano.

Después de recoger su equipaje, salió a la recepción del aeropuerto, donde México y Canadá lo esperaban rodeados por algunos guardias que mantenían a raya a la prensa.

-¡Etiopía!-

-¡México!-

Ambos countrys se abrazaron y Canadá simplemente lo observaba con una sonrisa, estaba consiente de los sentimientos de Etiopía, pero la sonrisa de México al encontrarse con un viejo amigo era suficiente para distraerlo.

-Hace mucho tiempo desde la última vez que nos vimos- Dijo Etiopía rompiendo el abrazo.

-Jajaja el campamento no fue hace mucho-

-Aún así, nos tienes muy abandonados a los originarios- 

-Ay ya sé, pero te juro que ya en unas semanas vuelvo a tener tiempo de respirar- Los originarios, es el nombre con los que los countrys se refieren a sus homónimos africanos, ya que es el continente del cual surgió  la raza humana, las primeras civilizaciones y por ende a los primeros country.

-Canadá- Saludó el etiope -Es un gusto verte de nuevo a ti también-

-¿Qué tal Etiopía?- Devolvió el apretón de manos y el medio abrazo -Espero que el viaje no haya sido tan pesado.

-No puedo quejarme- Respondió -Literal no puedo quejarme- Dijo entre dientes bromeando mientras señalaba al mexicano.

-¡Oye! ¡Te conseguí el mejor vuelo!-

-¿Ves? Por eso digo que fue genial, muy cómodo, no quería bajar del avión-

-¡Hijo de...! No mas por que la prensa me mata si te doy unos buenos cocasos-

-Ya ya ya- Dijo el etiope mientras sostenía la cabeza de México en su pecho como si fuera un niño pequeño -No llore nene-

-Oh que la...- México se separó riendo y pasando su brazo por el cuello del etiope, parecía un abrazo, pero estaba cerca de ahorcar al invitado -Pero ya te agarraré solo cabrón, vente mejor ya vámonos- Ambos comenzaron a moverse en esa postura algo rara mientras Canadá los seguía desde atrás, esa convivencia era diferente a la que tenía con él, México tiende a ser cariñoso y bromista cuando está a su lado, pero con él parece mostrar un lado más juguetón y rudo. No es que no le guste la forma en cómo lo trata, pero... De alguna forma, le gustaría que México se sintiera lo suficientemente cómodo con él como para bromear y ser más... Travieso... AGH ¡BASTA! 

-Prometiste cumplir con la imagen que tiene de ti- se dijo a sí mismo el canadiense.

-¿Canny?- Preguntó México, al sentir que Canadá no los seguía regresó por él -¿Vienes?- Le extendió la mano.

-Esto es lo que tanto soñaste, lo que tanto añoraste por siglos, no puedes ponerte exigente ahora- Pensó, mientras tomaba la mano del mexicano, el cual la sostenía con firmeza, al mismo tiempo que con cariño.

A un lado, Etiopía observaba con atención las acciones del mexicano, esa mirada, le dolía, pero al mismo tiempo no pudo evitar soltar una ligera sonrisa, definitivamente era feliz con Canadá.

Los tres countrys se dirigieron al hotel donde se hospedaban los demás invitados, al llegar se encontraron con la sorpresa de que Alemania estaba sentado en uno de los sofás de la recepción.

-México- Saludó en cuanto vio a los otros countrys llegar -Es bueno verte de nuevo- Aunque el mexicano le saludó un poco incómodo, los otros dos se adelantaron para registrar al etiope -Yo quería disculparme, no fue correcto haberme comportado de manera tan infantil-

-Oh ¿En serio?- Preguntó el mexicano sorprendido, pero al mismo tiempo alegre.

-De verdad, entiendo si no me crees pero...- El sonido del ascensor lo distrajo, casi por instinto desvió la mirada, era Francia, saludó efusivamente al canadiense, volvió su atención al mexicano.

-Oh no Alemania- Interrumpió el mexicano -Yo acepto tus disculpas, de verdad, quiero pensar que entonces ya no tendremos tensiones entre nosotros- Le extendió su mano en señal de paz.

-Claro, por lo menos de mi parte, siempre contarás con mi amistad- Ambos se miraron mutuamente, probablemente será incómodo al inicio, pero se esforzarían por ser amigos. Nuevamente el sonido del ascensor, pero esta vez Alemania mantuvo su mirada en la persona que salía del él, Chile.

¿Por qué no puedes amarme a mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora