cumplidos; edric blight

19. ¡Llego la navidad en Las Islas Hirvientes!

Narrador POV

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Las campanas sonaban, el cielo botaba frágiles copos de nieve, que caían y se derretían fácilmente, las calles estaban iluminadas por faroles color amarillo, rojo y verde.

Brujas y demonios entraban y salían de las tiendas yendo y comprando regalos para la cena de Navidad.

También, los demonios y brujas tenían tradiciones navideñas.

En Las Islas Hirvientes, si una familia era grande cada parte, como tíos, primos tendrían que comprar un banquete y los demás tendrían que elegir cuál era mejor.

También se hacía un intercambio de regalos, pero, no como en el Reino Humano.

Y, en vez de celebrar a Santa Claus o a Papá Noel, celebraran al Emperador Belos, por haber creado el sistema de Aquelarres.

También, era un día para pasar con la familia, pero principalmente la festividad se trataba de que los habitantes de Las Islas Hirvientes vivían en paz, y agradecían por eso.

Por otra parte, Luz, King, Eda y Hooty se encontraban en la Casa Búho como siempre, decorando su hogar para celebrar.

—¡Eda! ¡Eda! ¿Cuál crees que me quede mejor? —gritó Luz desde la otra habitación, salió corriendo con dos suéteres en mano.

Uno tenía bordaba la imagen de un gatito con cuernos de demonio, era rojo y tenía detalles blancos, el otro era verde y tenía una campana bordaba, junto con un muérdago encima.

—Definitivamente este.. —respondió acercándose a Luz— me queda mejor. —completó con una sonrisa agarrando el primer suéter.

Luz quería que le devolviera su suéter, pero King llegó corriendo a donde se encontraban ambas.

Eda le había encargado a King desenvolver las luces..

Pero el se enredó, y no podía desatarse.

—¡Luz! ¡Eda! ¡Ayuda! Estas luces me encadenaron —gritó frustrado, al tratar de salir de su enredadera cayó al piso.

Rendido se quedó ahí tirado.

—Eda, ¿podrías ayudarlo? Iré a llamar a los chicos, veré si pueden venir a cenar o algo. —Luz se detuvo y preguntó— ellos pueden venir, ¿verdad? —preguntó nerviosa, esperando que la respuesta sea si.

Eda medito un segundo su respuesta y suspiró—Bien, pero si ocasionan algún problema limpiarás la casa una semana —cruzó los brazos y arqueo una ceja— ¿estás dispuesta a hacer eso?

Luz arrugó sus labios y asintió— Bien, no haremos nada malo, ¡lo prometo! —soltó feliz, se acercó nuevamente a Eda y la abrazó, luego salió corriendo hacia su habitación.

Eda sonrío, se había encariñado mucho con Luz.

—¡Hey! ¡Solicitó ayuda aquí! —dijo King, aún en el suelo.

Eda lo vio y rodó los ojos.

—Bien, quédate quieto, esto no dolerá mucho. —cerró un ojo, apuntó con un dedo a King.

King entró en pánico, y empezó a moverse como loco.

—¡No! ¡¿Que harás?! ¡Soy muy joven para morir! —gritó aún moviéndose.

Eda se sobresaltó y soltó un hechizo, era una bola de fuego, esta rebotó por todo el salón.

Hooty abrió la puerta, queriendo hablar con Luz, y la bola cayó sobre su cara.

—¡¿Me quede ciego?! —preguntó, moviéndose tratando de quitar la bola.

Eda golpeó su frente con su mano y fue hacia su habitación.