Escucho Una Sinfonía | Levi Ackerman

Quiero Ser Tuyo

Advertencia, lectura para mayores de 17 años. Desde el inicio.

AAAAAAAAAA

[Levi]

Me estaciono afuera de la mansión, mis piernas flaquean al ver a _____ aún sentada a lado de mí, mira a todos lados como si fuera la primera vez que viene aquí. Ambos sabemos que puede suceder algo esta noche.

Voltea a verme y puedo notar sus mejillas sonrojadas de un intenso color carmesí, acomoda su cabello suelto lo más que puede. Miro que sus labios rosados tiemblan un poco, me acerco lentamente a ella, colocando mi mano derecha detrás de su cuello, ella me mira atentamente a los ojos y yo trato de no cortar nuestra mirada.

Me acerco hasta quedar a unos centímetros de lejanía de que nuestros labios puedan tocarse, siento como pierdo el aliento un momento y puedo escuchar su respiración entrecortarse.

Nos quedamos así unos segundos, ella toma del cuello de mi camisa ligeramente sin que nuestros labios se encuentren aún, quiero probarte por completo, pero tenerte así de cerca está haciendo que pierda mi cabeza.

Finalmente, cedí a mis pensamientos, cortando la distancia y uniendo nuestros labios, con ternura, hice más fuerte el agarre en el que la tenía, poniendo mi mano izquierda del otro lado de su rostro. Ella se aferró más fuerte a mi camisa.

Escuchar su respiración pesada de cerca me hizo sentir un cosquilleo en mi parte baja, las yemas de sus dedos comenzaron a desabotonar mi camisa delicadamente, hice mi asiento hacia atrás y la cargué de la cintura para sentarla sobre mis piernas sin separar nuestros labios, soltó un pequeño jadeo ante este movimiento que me estremeció por completo, solté el agarre en el que la tenía quitándome el saco, empieza a hacer un poco de calor.

Aventé el saco a la parte trasera del auto, ella separó nuestros labios soltando aire mientras tocaba mi mandíbula delicadamente con sus manos.

Comenzó a darme besos suaves al rededor de mi cara, sentía tanto el cariño con el que lo hacía, no había sentido esto desde hace mucho. Extendió sus piernas a los costados de las mías mientras seguía repartiendo besos por todo mi rostro, rodee su cintura con mi brazo mientras cerraba mis ojos, sintiendo sus labios bajar a mi cuello y sus manos sostenerse de mi torso.

Aquel movimiento hizo que inclinara mi cabeza hacia atrás apretando el agarre en el que la tenía sostenida.

—_____ —solté en un suspiro y ella sobó mi torso haciendo mis músculos tensar.

Tomé de su cabello por la parte de atrás ligeramente, haciéndola retroceder para darme espacio a su cuello. Volvió a jadear como una sinfonía hermosa.

Besé delicadamente su cuello y comencé a subir la intensidad del roce. Mi erección comenzaba a ser más notable mientras que ella movía sus caderas lentamente sobre mí.

—¿Puedo tocarte más? —pregunté sin dejar de besar su cuello.

Ella asintió rápidamente mientras mordía su labio inferior, tomé firmemente su nuca, acercando mis labios a los suyos nuevamente, el beso era lento, dejando espacio para más. Metí mi lengua delicadamente a su cavidad, ella siguió mis movimiento haciendo que nuestras lenguas se rozaran repetidamente.

Metí mi mano por debajo de su blusa, sintiendo delicadamente sus pechos por encima del brassier, son suaves y su piel se enchina apenas siente mis manos tocándola.

Volvió a jadear y ya no puedo aguantar más.

—Quiero tenerte —dije mirándola a los ojos deseoso, cortando un momento nuestros besos— ¿me permites hacerte mía?