Chico Bonito

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Me encontraba afuera de la residencia Ackerman esperando a Mikasa tranquilamente mientras revisaba algunos documentos en el auto.

Me pidió que regresara como su asistente y no pude negarme, Yelena había estado ocupada buscando una disquera que nos convenciera para firmar un contrato.

Hasta el momento solo eran empresas pequeñas y Yelena insistía que tenía que ser una de las más grandes en existencia.

La puerta del copiloto se abre y Mikasa sube al carro en silencio, porta unos lentes de sol a pesar de que apenas irá a amanecer.

Su actitud me confundía un poco, casi siempre saludaba alegre y elegante, está vez solo se sentó y sacó su celular en silencio.

Dejé los papeles en un folder en la parte de atrás para poder manejar cómodamente. Y alcancé el café que había comprado de camino acá, ella agradece sorbiendo de su vaso con calma.

Mikasa me había pedido ir primero con los Jaeger así que ahí me dirigí sin decir una sola palabra.

Los últimos días comencé con sesiones terapéuticas, donde me recomendaron mantenerme sobria un buen tiempo. Admito que ha sido difícil pero con mis antecedentes creo que es lo mejor.

Me he sentido más liviana y relajada, mis ataques de pánico redujeron aunque aún no tengo el valor de poder marcarle a Levi y disculparme con él.

Es estúpido, pero la manera en la que lo alejé y terminé nuestra relación fue algo ridículo que me avergüenza.

Llegamos al estacionamiento en el sótano del edificio donde dejo el auto cerca del elevador.

Mikasa se baja caminando directamente al elevador aún sin decir una sola palabra.

No entiendo porque está tan molesta, ¿Será el estrés del estreno el día de mañana o peleó con Eren?

Recojo mis papeles y tableta de la parte trasera para después correr dentro del ascensor que estaba apunto de cerrar.

Al estar a lado de ella pulsa el botón del penúltimo piso donde normalmente ocurren las reuniones con los Jaeger.

—¿Estás segura de que no borraste nada de la información que se te proporcionó? —pregunta quitándose sus lentes mientras me los entrega.

—Por supuesto que no.

Mikasa suspira y soba el puente de su nariz con frustración.

—Esto va a ser difícil, pero necesito que me apoyes —las puertas se abren de par en par y comienza a caminar haciendo que la siga—. Si todos sale mal, es probable que necesite que vayas conmigo al estreno.

Asiento teniendo un mal presentimiento de lo que pase una vez estemos dentro de la oficina de Eren, abriendo la puerta vemos que están Zeke, Porco, Armin y Eren. Detienen su conversación una vez notan que estamos dentro.

—Bien, necesito que uno de ustedes cuatro me explique que carajo hicieron con mis carpetas o tendré que proceder legalmente contra todos ustedes —suelta Mikasa cruzándose de brazos frente a todos.

—Mika, ¿de qué estás hablando? —Eren se pone de pie tratando de abrazarla y ella extiende sus manos deteniéndolo.

—Si tú no sabes, ellos tres, sí.

El resto se mira entre sí sin decir nada, Mikasa los mira expectantes y al ver que nadie responde, toma mi tableta y enciende el televisor que esta en la habitación. Inmediatamente proyecta un video que reconozco es la planta donde me quedo con Mikasa.

Escucho Una Sinfonía | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora