Mujer

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Había pasado un mes entero desde la última vez que interactue con Levi, Ymir había regresado y apenas y tenía tiempo para estar al corriente con un horario normal.

A veces no sabía en qué día existía, estaba completamente agotada.

Recién llegaba al trabajo, anoche no había podido dormir porque tuve que organizar la agenda de Ymir y Mikasa Era un viernes normal, completamente ocupado.

Me senté en mi escritorio dejando mi bolso sobre un perchero cercano junto con mi abrigo.

Me deje caer completamente sobre el escritorio, tenía mucho sueño y no podía recuperar mis horas. Estuve ahorrando todo este mes para por fin mudarme de la casa de mi madre y aún así poder apoyarla.

Solo me hacía falta un pequeño empujón.

Escuché pasos enfrente de mi y me incorpore lo más rápido que pude tratando de parecer despierta y feliz.

—Buen día —saludó Levi sin voltear a verme.

—Buen día —respondí con una sonrisa.

Jean venía justo detrás de él con una pila de papeles, me saludó con una sonrisa muy amplia corriendo antes de que Levi le cerrara la puerta de la oficina.

Minutos después Jean salió saludándome con emoción, se acerco a su escritorio sacando una caja envuelta con papel lila, se acercó apresuradamente y me la entregó.

Confundida, le pregunté con un ademán a qué se debía esto.

—¿De verdad lo olvidaste o solo estás jugando conmigo? —pregunta curioso.

Negué con mi cabeza sonriendo un poco.

Se acerco a mí susurrando.

—Feliz cumpleaños.

Abrí mi boca con sorpresa y sentí un sonrojo en mi rostro, lo olvidé por completo. Todos los años siempre espero ansiosa el día de mi cumpleaños haciéndome expectativas enormes sobre todos mis amigos y conocidos.

Jean dio la vuelta para estar frente a mí y abrió completamente sus brazos para recibirme. Me puse de pie y le di un abrazo cálido de unos segundos, al separarnos me senté rápidamente en mi silla.

Abrí con cuidado la caja de regalo, era cuadrada y pequeña.

Adentro tenía un peluche del mismo color que la envoltura y cupones de hamburguesas.

Le sonreí con un poco de diversión.

—He visto que no comes mucho estos días —dice él entristecido—, no deberías de aguantarte tus ganas aunque estés ocupada.

Lo mire con ternura, hacia mucho que nadie se preocupaba por mi en la manera que la hace él. No había podido hablar con ninguno de mis amigos, creo que estaba siendo más egoísta que ocupada.

Guarde la caja al escuchar el ding indicando que alguien llegaba pronto, Jean se alejo de mi escritorio con rapidez llegando al suyo.

Mikasa entró tan elegante como siempre, se quitó su abrigo enorme y lo dejó en mi escritorio, se quedó de pie frente a mi con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

—¿Cuándo pensabas contarme? —dijo molesta.

La mire con miedo sin saber a qué se refería.

—¿Por qué no me dijiste que era tu cumpleaños hoy? —preguntó haciendo un puchero.

Reí con alivio, creí que preguntaría de la vez que me quede con Levi en el ascensor.

—Lo olvidé completamente, de verdad —me disculpé apenada.

Escucho Una Sinfonía | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora