Gracias Por Cagarme La Vida.

22: Cuéntame tu historia.

••• Josie.••

—Te quiero porque eres... Real.

Estaba demasiado cerca. Me incline un poco más y lo besé. Mi estómago sentía cosquillas

Estómago: Grrrr tengo hambre perra

Alex se quedó mirándome y entre en pánico al darme cuenta de lo que había pasado.

—Yo... Eh... —pronuncie nerviosa.

—Me encantas. —dijo de repente

Tragué grueso y me levanté de golpe.

—Okey jeje. —estiré mi mano para ayudarlo a levantarse. —¿A dónde iremos? ¿Buscamos a las chicas? —intenté sonar normal.

Él se quedó mirándome, acomodó sus lentes y suspiró desviando la mirada.

—Vamos a tomar un helado, quiero ir sólo contigo. —Dijo caminado y frenó. —¿Vienes?

—¡Ah! Si, ya vuelvo. —dije corriendo a mi casa, entré, busque mi celular y dinero y los guardé en mi bolsillo.

—¿Ya vino Alex? —preguntó mi madre sentada en la sala antes de que yo saliera.

—Si ma.

Me analizó un segundo.

—Cuidate hija. —le di un beso en la mejilla como respuesta y salí.

Alex estaba mirando su celular, se veía algo tenso... Fue el beso???

¿Lo hice mal? ¿No le gustó el beso? O aún peor... ¡¿No sé besar?!

Estaba entrando en pánico.

Alex me miró sonriendo. —Vamos.

Lo seguí. Caminamos en silencio, una tensión nos rodeaba.

No quiero que te vayas...

—¿Es muy raro... Encariñarse con alguien a quien hace muy poco conoces? —Preguntó y mi corazón se aceleró al pensar que se refería a mi.

—No lo sé... —Respondí. —Yo también me encariñé contigo... — confesé.

Él frenó mirando el suelo, volteó a mi y me abrazó y sin darme tiempo a reaccionar dijo.

—Josie... Me iré en un mes. —Me apretó fuerte entre sus brazos, con miedo a que me escapara, sin darme posibilidad de hacerlo.

—¿Qué? —susurré perdida. —Sack me dijo que irán a Francia a fin de año...

—Me iré junto a mi abuela.

—Pero...

—Lo siento Jos.

—No entiendo, hace un mes y medio que te cambiaste de escuela, hace un mes y medio que estás en mi vida y te irás así como si nada luego de... —Me separé de él para mirarlo a los ojos. — de dejar huella en mi.

—Josie, no tengo opción, si no es en un mes, será a fin de año, pero me iré, no importa lo que elija, siempre es el mismo camino, el mismo destino y el mismo dolor.

—Pero quizás así pueda...

—No puedes hacer nada. —respondió cortante.— Ni tu, ni yo. Tarde o temprano me iré a Francia, no puedes cambiarlo.

Apreté mis puños y suspiré.

—Okey, ¡haré que sea el mejor mes de tu vida!— sonreí y lo tome de la mano para correr juntos.

Sentía una presión en el pecho. No quiero llorar, quiero verlo feliz.

••• Agus •••