2: Piizzzzz-za

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—¡Hola!— dijo Akira con una gran sonrisa.

Akira es una de mis mejores y grandes amigas.

Ella tiene 15, su pelo es un rubio claro, casi como castaño clarito, sus ojos son celestes, es un poco más alta que yo. Y su personalidad o palabras que la definen son: Loca, Unicornio Pandicornio Nutenarniano, Graciosa, Amable con las personas que le caen bien, Rara y... Divertida.

Una cosa que todos debemos saber es que cuando está de mal humor es mejor ni hablarle porque puede llegar a estallar y mejor ni hablar de las consecuencias

—Hola Unicornio Pandicornio de Nuternarnia— la saludé con un movimiento de mano  — No te doy un beso ni te abrazo porque la última vez casi me sacas el brazo.

Olvide mencionar eso... Ups

—Hola — dijo Agustín y la saludo con un beso en la mejilla.

—¿¡Eh!? ¿¡What!?— dije porque Agustín le dio un beso— ¿No que no te gustan los besos ni abrazos?

—Ese día hacia calor y estabas sudada— dijo.

Mierda tiene razón.

—En una sola cosa tenes razón— me excusé —en que hacia calor. y no estaba sudada

—Sisis claro — contestó Akira encogiéndose de hombros.

—Hola— dijo Daniel mi hermosísimo hermano bajando las escaleras.

Nooo

¡¡¡TRAGAME TIERRA!!!

DANIEL NO HAGAS NADA ESTÚPIDO.

—¿Cómo estas Aki?—dijo Daniel acercándose a nosotros —Que linda que estas.

Por lo menos no dijo nada estúpido.

Por eso odio a Daniel.

Es todo un Don Juan.

—Bien...gracias— contestó Aki sin darle importancia.

Tos falsa —Hola hermano, yo tambien me alegro de verte, si me disculpas debo irme a mi cueva con mis amigos —dije casi arrastrando a mis amigos por la escaleras.— ¡DIGO CUARTO!

Abrí la puerta de mi cueva digo habitación, y entre con mis amigos.

—¡¡¡MIS CHINOS!!! ¡¡¡NUTELLA!!! ¡¡¡OREOS!!! ¡¡¡NESQUIK!!!— gritó Akira al entrar en mi cueva y ver una caja llena de OREOS, NUTELLA y por último pero no menos importante NESQUIK.

Chicos Nesquik hace bien al alma. Palabras de Aki.

—Corrección, nuestros chinos — la corregí — y si quieres... Puedes comer.

Akira se abalanzó sobre la caja.

—Chicos, Nesquik...—dijo ella al agarrar el Nesquik

—hace bien al alma — dijimos todos juntos.

—Me parece que eso es una obsesión— dijo Agustín.

Aki y yo lo fulminamos con la mirada.

Agustín alzó sus brazos rendido.

—Sólo decía.— dijo él.

—¿cómo compraste esto?— me preguntó Aki.

—Pues...—dije sentándome en la cama — Un poco de trabajo no hace nada...—Aki me miró sorprendida —¿Qué? Cuido los hijos de la vecina.

—Al menos no son como Stéfano —dijo Agustín.

—No, te equivocas, ellos son amigos de Stéfano. Y son igual de locos— expliqué — Ni siquiera sé cómo hago para cuidarlos.

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