IV

1.1K 143 39
                                    

No se como llegue a este punto, no se como he permitido que las cosas llegarán a este nivel.

Sinceramente me desconozco.

Nahh, les miento.

El vagon va completamente lleno, estoy sujeta a una de las barandas que quedan serca de las puertas, con el rubio detrás de mí.

Sus manos están encima de las mías, sujetándolas
con fuerza y agradezco que el lugar este lleno ya que por primera vez en mi vida me sentiría bastante avergonzada.

El chico pegado a mi, en cada oportunidad de oscuridad deja caer su cabeza en mi hombro mientras suavemente restriega su parte sobre mi culo.

¿Quieren saber como me siento?

A gusto.

Me gusta esa sensación que tiene mi vientre cada que hace ese movimiento, cada que deja un beso humano en mi cuello, cada que susurra "No podré dibujarte como tu a mí, pero te aseguro que cada parte de tu cuerpo se me está quedando grabada en mi memoria"

¿Todo esto mal?

Malditamente si.

Pero suele sentirse jodidamente bien.

Por unos segundos quita una de sus manos que se encuentran sobre las mías para meterlas debajo de mí blusa y acariciar mi vientre y mi espalda.

No puedo evitar jadear un poco por el contacto, su mano se siente fría y hace que me arquee un poco la espalda lo cual puedo sentir que lo disfruta.

—Si esto no fuera lleno y no tuviera algo de pudor te estuviera follando aquí mismo.

—Todo un poeta.

Me río divertida por la situación.

No suelo ponerles tabús a este tipo de cosas pero he de admitir que me apena un poco las sircunstancias en las que me encuentro gracias al maldito rubio este, no es como que quisiera que todos me vean desnuda.

¿O si?

Por un momento dejo de lado la escena que estoy montando para prestarle atención al parlante al escuchar que la siguiente parada es la mía.

—Hasta aquí llego tu diversión.

Me volteo una vez el tren va frenando y percato que el rubio está un poco sonrojado y sin ningún descaro bajo mi vista hacia su bulto.

Se ve algo realmente grande ahí.

—Un pico por lo menos.

Su suplica e intento de puchero me saca una sonrisa y hace que tome un arriesgada decisión.

—A mi casa.

Dicho esto y las puertas son abiertas y tomo al rubio por la mano jalandolo por el bulto de gente que intenta salir y entrar al mismo tiempo.

—No quiero obligarte a nada

—Se te bajo la calentura— pregunto burlona mientras nos dirijo a mi apartamento el cual queda unas calles de donde estamos.

Trato de caminar lo más rápido que puedo y me divierte que el rubio también vaya a paso veloz.

Sigo sin soltar su mano y por alguna extraña razón la mía empieza a sudar.

—Estas realmente loca.

—Aún ni te he tocado.

—No hablo de eso— lo ojeo rápidamente mostrándole mi desconcierto— Hablo del hecho que no nos conocemos bien y ya me llevas a tu casa para follar.

—A caso quieres casarte conmigo y tener hijos.

—No.

—Bien porque exactamente para eso te llevo, para sexo y nada más.

Al fin puedo visualizar mi edificio y el estuciamo crece en mí otra vez. Dios ahora que lo pienso la falta de sexo si ha sido mucho estos últimos dos años.

Porque si gente, desde que murió mi padre este tipo de cosas quedaron en tercer plano.

Al entrar al elevador decido un dir el botón que a mi piso pero en eso el rubio sujeta mi mano arrinconadome en el lugar.

—Si este elevador no llega rápido te lo hago aquí mismo.

Yo le sonrió con malicia.

—No me ves quejándome ¿O si?

BÚSCAME [Parte 1 Y Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora