XXI

502 58 12
                                    

-¿Jorja que haces con una navaja en la mano y dormida ahí?- la voz de Melak de escucha lejada pero lo suficientemente cerca para entender lo que dice.

Me incorporo como puedo y con un humor de perros.

Melak esta sentado en la orilla de la cama mirándome desconcertado yo solo puedo fijarme en los moretones que se han echo de notar ya.

-Te duelen.

Pregunto mientras me levanto y busco analgésicos dentro del espejo de mi baño.

-Estoy bien.

Resoplo.

-Si, ajá.

Voy por un baso de agua y al regresar se lo entrego junto con las pastas pero el arruga su cara rechazadolas.

-Tomatelas.

-No quiero.

-No te pregunte si querías-le sujeto el mentón con mis dedos-Te estoy ordenando que te las tragues.

-No me gustan-aprieta los labios para no dejarse meter las pastillas a la boca.

-No me importa-aunque no quiera le aprieto una de las zonas que sé, que están lastimadas haciendo que abra su boca para quejarse y yo aprovechar para meter las pastas en su boca.

-Si yo digo que hagas algo, lo haces-le advierto mientras aprieto su boca.

El asiente y veo como baja su manzana de adán así que lo suelto.

-Buen chico.

El niega divertido y me prieta más fuerte hacia el, en sus ojos veía sus intenciones y antes que me besara le propino una bofetada en su mejilla izquierda.

-¿Qué fue eso?-pregunta sorprendido.

-Eso fue por tocar mi puerta a las 4 de la madrugada, la próxima vez que lo hagas te cortaré las pelotas.

El acaricia mi espalda baja y yo le doy otra bofetada en su otra mejilla.

-Joder Jorja ¿Qué te pasa?-Se separa un poco de mí.

-Esa fue por hacerme esperar hasta tarde que llegaras.

Se queja y provoca que quisiera consentirlo.

Pero cambio esos pensamientos con otra cachetada que le doy.

Esta vez no dice nada pero la mirada que me da, me causa gracia y quiero reírme pero no puedo.

-Y esa última fue por me apetecía.

Me alejo totalmente de el dirigiéndome al baño pero soy jalada fuertemente por mi cola de cabello haciendome quedar con la cabeza hacia abajo y el sujetándome del cuello.

-Lo siento-digo en un jadeo.

-Oh-se ríe entre dientes-¿Lo sientes?

Su gran más mano apretó más de mi cuello y en realidad se sintió satisfactorio.

El junta mis mejillas haciendo que mi boca se abra ligeramente para luego escupir en ella. Trague obediente y ambos sonreímos con malicia y con su mano enrollada aún en mi pelo me indica que me ponga de rodillas, acción que hago de inmediato

Se que no debería estar haciendo esto, se supone que estaría interrogandolo sobre lo que pasó hace unas horas atrás pero la necesidad de sentirlo de alguna forma me controla en estos momentos.

-Creo que alguien debe enseñarte a ser más delicada.

Bajo sus bóxer ligeramente dejando salir su polla grande, estaba rígida y sus venas la delineaban.

-Escupe-ordena con un tono mandon pero que me gusta.

Obedezco su petición.

Al terminar me ayuda a ponerme de pie y nos dirigimos al baño, ambos entramos a la tina y nos quedamos por unos largos minutos ahí. Sintiendo la respiración del otro, no sentía esa tranquilidad desde hace mucho tiempo, no sentía que en unos brazos me sentiera segura.

Le indique que en ni armario en la parte de arriba se encontraba una caja, me había traído algunas cosas de mí padre al mudarme y supongo que algo le debe quedar.

-¿Por qué tienes esta formación personal? ¿Estas enfer...

-Eran de mi padre-le corto al voltear rápidamente en su dirección, lleva un bolso azul pero también veo lo grande que le queda la ropa, pero no sé ve nada mal de hecho.

Creí haberlo ocultado bien.

-Tengo algunas cosas de el que no quice botar-le miento.

-Vale ¿Nos vamos?

El deja el bolso a un lado y se acerca a la puerta. No puedo dejar que se vaya pero como lo retengo.

Desde que estamo en el baño me ha insistido en que lo acompañe a donde fue ayer y en el camino me explicaría todo lo ocurrido.

-Quiero que desayunemos primero.

El suelta el pomo de la puerta y se voltea con una ceja levantada.

-Antes querías que me fuera y ahora quieres que desayune contigo ¿Que cambió?

-Bueno no creo que seamos conocidos nada mas-Me encojo de hombros-Creo que ya somo algo íntimo.

-Deberías mejorar tus chistes-sonríe cálidamente-Pero será mejor que comamos algo en el camino.

Empiezo a irritarme.

-No me gusta comer en la calle, prefiero la comida casera.

El se aleja finalmente de la puerta y llega hasta la cocina en donde me encuentro.

-Jorja en verdad debemos ir ahora, la persona que nos dejará entrar en muy jodida con la puntualidad.

Sus manos acunan mi rostro y mi piel se eriza cosa que el nota de inmediato.

-Te provoco muchas cosas ¿Eh?

Río con burla para ocultar mi nerviosismo, Dios porque nunca me hace caso y siempre me riñe.

-Cuando estoy contigo me produces mariposas, esas mariposas me producen diarrea ¡BESAME!

El me da un beso casto y rudo mientras que yo sonrio en medio de este.

-Que poética eres.

-Gracias.

Ambos carcajeamos pero vuelve a poner su semblante de suplica.

-Siempre hacemos lo que tú dices, esta vez confía en mí.

Escondo mi rostro en mi pecho, diga o haga lo que sea no me hará caso, es demasiado terco y yo siempre sedo con el.

-Bien- me resigno y me separo para ir por mi saco y mis cosas.

Lo veo salir primero del apartamento por lo que aprovecho y llamo rápidamente.

-Rastrea mi teléfono ahora.

-¿Todo bien?

-Solo hazlo y avísale a él por mí.

-¿Estas aún en tu departamento?

-Si, pero ya voy de salida.

-De acuerdo iré lo más pronto que pueda.

-Vale.

El se encontraba recostado en el ascensor apenas me vio envolvió nuestras manos y no las soltó hasta que llegamo a su auto.

Ser honesto es difícil en muchos casos, pero la libertad que trae merece la pena. Pero hay cosas en la vida que no puedes cambiar en tí, no cuando es demasiado tarde.

Admito que en un par de días me ha enseñado varias cosas sobre todo lo que va realmente el valor hacia una persona. Pero me temo que debo disculparme ya que después de buscar algo a lo que realmente apreciara para este punto ya es muy tarde.

BÚSCAME [Parte 1 Y Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora