Epílogo

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No paro de dar vueltas en el mismo lugar, caminando de aquí para acá y de allá para acá.

TRES MALDITOS DÍAS esperando por mí tía.

Voy a matar a Blake, entre más tiempo pierda yo, más tiempo gana él de escapar.

—Deja de moverte tanto—la voz del pelinegro hace que me detenga pero solo para mirarlo de mala gana—Estás haciendo que me ponga nervioso.

Yo ruedo los ojo hastiada.

—Si no llega Blake, te voy a torturar—me cruzo de brazos mientras me planto enfrente suyo.

—Si, créeme que te entendí desde la octava vez que me lo dijiste—se levanta de su asiento mientras rodea su escritorio y llega hasta mí—Así que relájate y peinate—sujeta mis hombros sin fuerza pero apartos sus manos de un manotazo que le doy.

No me gusta para nada estar aquí, no me gusta para nada este lugar y no me gusta para nada tener que esperar.

Aún no entiendo bien que mierdas hacia mí tía en la ciudad de Tokio.

Sola.

Eso es lo que me inquieta más, haber descubierto que no es la primera vez que lo ha hecho. Ella jamás está sola, siempre tiene a sus hombres detrás cuidandole la espalda.

—¿Ella realmente sabía que yo vendría?—Se que el pelinegro esta harto de escuchar la misma pregunta estos últimos tres días, cada que la hago dice que sí y practica huye de mí, por lo que me desespera el hecho de que mí tía no me haya esperado aquí con los brazos bien abiertos.

Digo, después de todo ella siempre ha querido tenerme bajo su manto desde que papá murio.

Ya te te dije que sí—rueda los ojos—Controlate.

—Mientes muy mal.

—No lo estoy haciendo.

—Tus malditas pestañas se quieren ir bolando de lo rápido que parpadeas al hablar.

—Deja de tratar de leerme—me apunta con su dedo negando.

—Carajo, ella no lo sabe.

Blake retrocedo un poco para apoyarse en su escritorio mientras masajea su cien 

—Sabes que tengo prohibido acercarme a ti—habla sin mirarme.

—No me jodas Blake—me acerco a él acunando su rostro en mis manos—Te puede castigar por esto entonces.

El asiente cerrando sus ojos.

Mierda.

Ninguno de los dos habla después de eso. Ahora entiendo el miedo que emanaba de él cuando veníamos en el auto y sus intentos de mantenerme alejada y protegida quien sabe en que bunker.

                             ◇◇◇

Han transcurrido aproximadamente dos horas y aún no llega mi amada tía.

Estoy sentada en su cilla en su amplio escritorio, en su lujosa oficina y Blake se ha quedado dormido en uno de los cillos que hay aquí adentro. Quería molestarlo y empezar a lanzarle bonitas de papel hasta que se levantara mandando todos al carajo pero la puerta del lugar se abre abruptamente dejando ver como un arma es apunta en mi dirección.

Le regalo un sonrisa torcida.

—¿Que haces aquí?

—¿Que tiene de malo que esté aquí?

—Quien te dejó entrar?

—¿Vas a responderme una pregunta con otra?

Se queda pensando por unos segundos hasta que sonríe con burla y guarda su arma.

BÚSCAME [Parte 1 Y Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora