Kokonoi se sentó a lado de mi en la esquina de la cama, esperando a que me calmara, quien era ni yo misma lo sabia, es que jamás experimente eso en mi vida, cuando me pude calmar y mis lagrimas dejaron de caer.
kokonoi dejo salir un suspiro y me vio.
- ah eres como un jodido grano en el culo. - hizo un movimiento con su cabeza para que viera las bolsas.
-eran bastantes y de buenas marcas.
- a caso asaltaste una jodida tienda.
el solo me volteo los ojos y haciéndome ademanes.
- abre las jodidas bolsas, y limpiate los mocos, ya eres fea, y asi te vez peor.
- cállate estúpido. - le dedique un tenue sonrisa.
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(nota de autor: inserte canción de He love me, he give me all his money That Gucci, Prada comfy
My sugar daddy, PD: necesito un kokonoi en mi vida).
Realmente estaba sorprendida de todas la compras, mas o menos hice una cuenta del gasto y casi me ahogo con mi propia saliva.
- no jodas kokonoi tu de verdad quieres que te deba hasta el alma... dije realmente sorprendida lo cual le sacaría una sonrisa genuina.
- me gusta la idea que trabajes a sol y sombra para pagarme. se paro y me saco de esa bolsa utensilios como jabón, pasta, shampoo.
Casi salte de alegría un baño digno, ni siquiera vi lo demás y corrí a la bañera, me di un largo y cálido baño. Me sumergí en la tina pensando en la propuesta que le hice a kokonoi de irnos... ay que estúpida a donde nos iríamos, yo tenía una vida el también, además que quería ser del... ah joder me estaba explotando la mente.
Cuando salí del baño al fin, mi cabello lo agradeció y mi cuerpo también, tome una toalla.
- ay que tonta no me lleve nada para taparme, y no pienso salir con una toalla, sera muy descarado de mi parte pedirle que me de una bolsa de la ropa que me trajo...
- ¡ey koko podrías tú...! - ni siquiera termine la frase cuando el me aventó una bolsa de con ropa sin mirarme cerro la puerta.
Tome un bonita pijama de satín color rosa palo, con detalles en cuello bordados , al ir rebuscando vi que tambien habia una bolsa completa de puras ropa interior, me sonroje al instante, y es que se habia atrevido a escoger lencería por mi, saque los pensamientos de mi cabeza y solo escogi una al azar, me puse la pijama que se sentía rica al tacto, cepille mi cabello largo y lo trence, justo para que el tonto de koko no estuviera diciendo que me veía falta.
Cuando salí de la ducha, le vi recargado en la pared viendo la ventana y tomando un copa de vino.
- no es muy tarde para beber. le dije con tono tranquila.
