Me aventó sin delicadeza al carro y ordeno poner seguro en el carro espacioso muy similar a una limosina, por supuesto que grite unas cuentas vulgaridades y forceje, deje caer mi pesado cuerpo en los asientos de cuero de el automóvil, de la nada sonó mi teléfono insistentemente.
Solté un risa entre nerviosa y sádica, será acaso que koko presiente cuando estoy a lado del demonio de Ran , tarde en coger el teléfono por que realmente estaba cabreada por el hecho de no tenerme la confianza suficiente para decirme todo lo sucedido con el burdel.
Atendí la llamada, pero no hice por hablar, la situación en la que me encontraba no era la mejor por un lado quería desatar mi rabia y reclamarle el echo de que no me dio informes, y por otro quería joderme a Ran por tenerme encerrada en el estúpido auto solo para cumplir sus deseos calientes. Aunque eh de aceptar que tuve parte de la culpa por provocarle.
- Cielo estas bien.... – sonó la melodiosa voz de mi prometido, inocente eh ingenuo todo lo que era.
Cielo, cielo. Refunfuñe más para mí, por el momento tendría que salir de el problemita con Ran escapándome y después estando a salvo me iba a oír koko.
- Si estoy bien, llegaste bien a tu destino. – deje colgando la pregunta tal cual
- Si todo bien, estoy preparando todo para cerrar bien el trato. – casi podía imaginarme su cara sonriente por inercia di un suspiro.
- ¿sabes? Es muy extraño que mi padre de buenas a primeras allá querido estar formalmente con los extranjeros a pasado algo mi a-m-o-r. – casi arrastre las ultimas frases que lejos de parecer dulces eran una amenaza en el aire, que koko pillo perfectamente.
- Cielo yo... - claramente se debatía entre el mismo y su trabajo y explicarme todo.
Cuando iba a hablar, los golpes fuertes de Ran hacia el carro me despabilaron, sude en frío y rece por que no hablara, ese bastardo tenia el tiempo con temporizador.
- Koko, me debes una platica cuando regreses a Japón tendremos que hablar si.
- ¿estas bien?, te escucho agitada tienes algún problema ¿Dónde estás?
Como jodidos le decía que un estúpido bastardo había abierto la puerta y me miraba ladino y caliente que no me iba a dejar ir hasta que estuviéramos encamados, y que estaba viendo la manera mas inteligente de salir de ahí.
- Estoy bien, sabes creo que solo iré a casa noche, daré vueltas por los rumbos.
Se que no le convenció, pero tenia prisa en su trabajo, me dijo que si, y que esperaba regresar pronto, no conteste más y colgué.
Ran que se encontraba sentado elegantemente con las piernas cruzadas viéndome y dándole una calada a su cigarro, me alzo una ceja a modo de pregunta. Voltee con el ceño brusco y hable brava, con mis brazos cruzados en mi pecho.
- Haitani por favor no estamos para los juegos, hace algunos meses casi nos matamos a palos, y tu me estas proponiendo coger... - solté irónica pero el peso de mis palabras me dolía un tanto.
- Que hay de malo en querer una aventura con mi enemiga, no es como si nos quisiéramos
Sus palabras duras, me llegaron como una bandeja de agua fría, y en mi mecanismo de defensa me cabre.
Tensé mi boca y no pude evitar querer cabrearlo y lastimarlo también.
- Si solo querías algo carnal puedes buscar a tus amiguitas de esas que te hacen esos favorcitos. – sonreí ladina. – además temo decirte que estoy comprometida con koko prácticamente una mujer casada.
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cazame o devorame. (Ran Haitani y tú)
Fanfiction"En mi mundo tenías que tener dos malditas cosas claras, o matas o te matan"