Las despedidas siempre son amargas

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No se cuentas horas habrán pasado, pero estaba lejos de estar tranquila, un fuego interno se extendía por todo mi cuerpo pidiendo venganza, no estaba bromeando cuando amenace  a sanzu estaba vez era mi cabeza o la suya y sin duda alguna iba matar a Ran lenta y dolorosamente, se acabaron las benevolencias, esta vez conocerán lo hija de perra que puedo ser, después de todo no me gane mi puesto por mi bonita cara.

Me pare de la cama caminado hacia la ventana, pero una voz quejosa del hombre que hace unas horas intento calmarme me hizo voltear a verle, tal vez tenia una pesadilla, camine y le vi, me incline haciendo cuclillas para estar a su altura

sin duda alguna si no estuviera siempre con el seño fruncido seria muy apuesto, con mi mano tome un mechón de su cabello acomodándolo y le susurre bajito.

- lo siento koko, realmente contigo pude ser una chica de 19 años, pero no puedo permitirme estar expuesta, realmente me hiciste muy feliz cuando  me otorgaste tú vida- pause y sonreí amargo.  - eres un jodido mentiroso prometiste que ibas a usarme y en cambio que me diste.... tu corazón cálido, no sé si decir que siento amor hacia ti sea lo correcto en mis labios mentirosos pero creo que es lo más cercano que pude experimentar.

despacito busque una ropa, para mis colmos todo lo que me había llevado kokonoi eran finos y bonitos vestidos, reí internamente llena de amargura, tome un pantalón de koko y una playera me la ajuste como puede pero  eso era lo menos.

Despacio busque las armas de koko y me escondí dos pistolas  en mi cadera dos navajas en el zapato., no pude traerme más por que oí la voz de koko, le dije que estaba en el baño y que en un momento salía, se bien que si me veía me iba a parar y iba a convencerme de que le dejara la carga a el, por que a pesar de estar con una mafia y ser un obsesionado con el dinero era cálido.

Sali de donde estaba y recorrí el largo pasillo para llegar a donde se encontraba kokonoi,  mis ojos lo visualizaron estaba sentando en un rincón de la cama viendo la ventana, cuando sintió mis pasos  giro su cabeza hacia mi dirección y me miro atónito.

- que haces vestida... y con mi ropa... - podía notar un poco de temblor en su voz.

No dije nada y camine a donde el se encontraba y me senté.  

- habla maldita sea... que estas tramando.

Sin más me le lance a un abrazo, el se quedo pasmado y intento alejarme.

- que jodido haces bastarda no  voy a encamarme contigo. - su tono era algo juguetón pero se notaba un poco quebrada la voz.

sin dejar de abrazarlo, reí bajito y hable sin despegarme.

- es por que soy una vaca cierto... - le dije juguetona.

- y fea además .- me afirmo.

Acomode mi cabeza y la escondí en su cuello, dejándome llevar por su aroma, si bien no era un aroma que me embriagara como el de Ran, me hacia sentir cálida, como si hubiera encontrado mi hogar que siempre busque.

Cuando lo sentí relajado, hable cerca de su oído. - dime koko de verdad me concedes tú vida  

- a que viene eso. - comento ya exasperado por que no le soltaba y no dejaba que viera mi cara.

- sabes no puedo cambiar lo que hice esa noche con Ran .- Kokonoi se tenso y apretó la mandíbula.  - tal vez en mis labios no tendría que pronunciar palabras tales como estoy enamorada por que sería algo jodidamente simple y mudando , Tú no eres el que me tiene que dar su vida, por que kokonoi yo te doy la mía para lo que me reste de esta.

Fue entonces cuando me pudo despegar de el y me vio con todas las emociones encontradas, no le di tiempo de decir una palabra y le di un beso en los labios, kokonoi se quedo  tan quieto como una piedra.

pero cuando pose una mano es su cara, decidió seguir mi beso., se me escurrió una lagrima. con mi otra mano le incruste dos agujas en puntos estratégicos para que se desmallara de inmediato.

koko callo profundamente en un sueño, no sin antes escuchar en sus labios mi nombre, lo acomode en la cama quitándole las ajugas.

- lo siento koko pero no quiero perderte, juro que te voy a salvar, quiero crear un mundo en donde no tengas que estar en mafias sucumbido en la oscuridad. - me limpie la lagrima que caía  en mi mejilla, me quite mi pendiente de mi oreja el cual era bastante importante por que era el ultimo recuerdo de mi madre y se lo deje en su mesa con una nota.

Cuando salí camine a paso firme, estaba segura que iba a salir de esta maldita casa, pero antes de eso iba a ajustar cuentas.

camine hacia el cuarto que era de sanzu y gire la perilla,  el estaba drogándose con algunas pastillas  me vio con mofa y sorna.

- te estaba esperando... hablo macabramente.

- esta vez somos tú y yo HDP . le conteste casi de manera violenta 

sin más una daga fue lanzada y me abrió mi mejilla, reí en el proceso 

- no esperaba menos de ti. - me acomode y me lance a los golpes...





cazame o devorame. (Ran Haitani y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora