42. Energía negativa

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Jasmine

Escuché lo que pasó con Francis y me preocupé mucho. No tuve la oportunidad de hablar con Adam o con Camille, pero sí con Cristal, así que ella pudo explicarme. Francis estaba con ella y le comenté que yo podía cuidarlo mientras los chicos no estaban, a lo cual accedió sin problema alguno.

El pobre niño me miraba tan asustado como si creyera que yo le haría algo. Había decidido llevarlo al parque para que pudiera distraerse de todo lo que estaba pasando, ya que es tan solo un niño.

—Francis —dije cautelosa.

—¿Sí, tía Jas?

Sonreí ligeramente y me emocioné porque jamás me había llamado así, al menos no directamente.

—¿Estás bien?

—No quiero que pienses que soy un monstruo como lo hacen todos mis compañeros —dijo triste—. Yo solo no sé qué pasó conmigo. Te lo juro.

—¿Recuerdas lo que hiciste?

—Sí, pero no podía controlarme. Fue como si algo se apoderara de mí —explicó.

Suspiré profundamente y lo invité a sentarse en uno de los bancos que había en el parque. Me miró con sus ojos tristes y no pude evitar recordar a mi hermano. Eran tan iguales y a la vez tan diferentes.

—¿Quieres que te ayudemos? —pregunté.

—Es lo que más quiero, pero tenía miedo de que papá o Camille se enojaran mucho.

—Solo están preocupados, ¿si? No debes temer —Sonreí para animarlo y acaricié su cabello ligeramente—. Llamé a alguien para que pueda verte, pero no te hará daño alguno.

—Está bien —dijo y asintió rápidamente.

Miré hacia el otro lado del parque donde Dean se encontraba. Sé que tal vez los chicos me matarían, pero necesitaba que Francis estuviera tranquilo. Además, Dean es quien más sabe de su padre.

Cuando se acercó, sentí la mano de Francis apretar la mía con fuerza y luego me miró asustado.

—Tranquilo. Estoy aquí, ¿si? —dije con voz suave.

—Hola, chicos —dijo Dean sonriente.

—Hola —dije sonriendo de medio lado—. ¿Puedes?

—Solo si él está de acuerdo —respondió señalando al niño.

Francis titubeó por un segundo, pero luego se rindió y le dijo que sí con un gesto.

—¿Qué me vas a hacer? —preguntó.

—Ver si tu cuerpo tiene restos de algún tipo de energía negativa.

—¿Cómo lo sabrás?

—Tengo diversos poderes, pequeño —dijo Dean.

Dean me miró y yo asentí a modo de aprobación para que continuara. Francis suspiró pesadamente y luego cerró los ojos. El ángel solo puso su mano en la frente del niño y se quedó así por un largo rato hasta que se separó lentamente.

—Tal como pensé —dijo mientras negaba con la cabeza.

—¿Por qué no vas a jugar un momento, Francis? —le dije al niño para que no escuchase lo que Dean tenía que decir.

El niño me miró y asintió de inmediato. No fue muy lejos, pero aún así no podía escuchar. De todos modos, estuve atenta a que no le pasara nada. Dean, por otro lado, se acercó a mí y me miró pensativo.

—¿Y?

—Francis debió verse muy influenciado mientras vivió con mi padre.

—¿A qué te refieres?

—¿Ves cómo cambió tu amigo? He escuchado que Oliver cambió bastante.

—Sí, pero Oliver tomó el lugar de tu padre.

—Cualquier criatura que viva en aquel lugar se corrompe porque tiene una energía muy negativa. Todos los muertos van allí, Jasmine. Francis se crió en ese lugar, así que es obvio que adquiriría comportamientos muy particulares. Está dañado de cierta manera.

—¿Crees que podemos ayudarlo?

—Es difícil, pero sí. Con mucho tiempo, paciencia y amor, podrán hacerlo. Les recomendaría que lo alejen de todo este mundo por un tiempo para que pueda acostumbrarse y aferrarse al poco lado humano que tiene.

—Adam no querrá enviarlo lejos, Dean. Se volverá loco.

—Tal vez es una buena idea que Adam se vaya con él. Después de todo, el niño necesita a su padre. Deberías hablar con él.

Suspiré profundamente y me crucé de brazos. Esta situación no me agradaba nada porque no quería que mi hermano se fuera de mi lado. Somos muy cercanos, más de lo que cualquiera pueda imaginar y el solo hecho de pensar en que se irá hace que mi pecho duela.

—¿Qué sucede? —preguntó.

—No quiero que otro hermano se vaya. Sé que es por el bien de ellos y de sus hijos, pero se siente horrible, ¿sabes?

—Piensa en eso como una oportunidad para que nosotros nos conozcamos, ¿si? Te hará bien salir de tu círculo familiar.

—Lo sé, pero se siente extraño. Además, tú también pasas mucho tiempo con tu adorado padre.

—Lo cual lo ha mantenido sereno durante un tiempo. Si me voy, enloquecerá, creeme.

—De todos modos está ideando planes macabros.

—Él no habla ni planea nada frente a mí porque sabe que lo detendré de inmediato. —Hizo una mueca y rasco la nuca algo confundido—. He intentado descubrir sus planes, pero es muy cauteloso.

—Creo que lo mejor es que ya no investigues nada. Si viene por nosotros, lo hará de una manera u otra. Debemos estar preparados para cualquier situación. —Lo miré fijamente después de mucho rato y sonreí—. Deberíamos pasar más tiempo tú y yo definitivamente, Dean.

—¿Sí? ¿Estás segura? —preguntó riendo—. Creí que me detestabas.

—Cuando eras un fantasma, claro que sí. Ahora un poco menos.

—Muy chistosa, señorita Evans.

Sonreí ligeramente y luego le hice una seña con la mano a Francis para ya volver a casa. No era bueno que estuviéramos fuera de la academia tanto tiempo porque era peligroso. Teníamos a Dean, pero de todos modos me preocupaba. 



***

Hola, espero que estén bien y que les haya gustado <3. 

Los próximos capítulos sé que les gustaran mucho. 

Los Caídos #6 - Ángel de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora