Los Caídos #6 - Ángel de la muerte

64. Una frialdad digna de competir con la calidez del mismo infierno

Jasmine

Los demonios seguían dando vueltas en el cielo sobre nosotros; no habían bajado y no estaba segura de sí lo harían. No sé cuál era el propósito de venir si no atacarían. Quizás estaban buscando un nuevo hogar, pero es normal que los demonios se sientan atraídos a aquellos lugares en los que hay nefilim. Lo que no es normal es que no nos quieran atacar, especialmente con la presencia de Dean que es un ángel y Camille que es nefilim de primera generación.

—Se ven... perdidos —dijo Dean haciendo una mueca.

—Desorientados —añadió Cam.

—¿Cómo es eso posible? —preguntó Kenneth.

—Dean —dije golpeando ligeramente el brazo del ángel para llamar su atención—, la criatura que vi con Azrael también se veía perdida.

—¿A qué te refieres? —preguntó Camille.

—Azrael y yo vimos una criatura muy extraña. No era demonio y estaba perdida, venía de otra dimensión —expliqué brevemente—. ¿Creen que haya alguna especie de portal por el que las criaturas están apareciendo? ¿Alguien los está enviando a distintas partes?

—¿Un portal?

—Sí, como dije antes, Cam —respondí—. Azrael dijo...

—¿Qué te dijo exactamente? —preguntó de pronto Will.

—Dijo ''la leyenda, el portal se ha abierto'' —dije imitando su voz—. Sé que no hay que confiar en él, pero...

—Hay una leyenda respecto a la guardiana —mencionó Will—. Todos pensamos que Camille cumpliría ese destino, pero no sucedió.

—Mamá tuvo que sacrificarse por otras razones —explicó Nate.

Camille me miró de inmediato y su mandíbula se tensó.

—¿Qué pasa con esa leyenda? —preguntó.

—En algún punto la guardiana abriría un portal tan poderoso que sería capaz de conectar todas las dimensiones existentes o casi todas. No se especifica si eso traería consecuencias, pero en mi vasta experiencia puedo decirles que sí —continuó Will—. Un portal con bastante energía puede succionarte y mandarte donde sea.

Cam se tensó aún más y se quedó quieta como una estatua tan solo mirando un punto fijo en el suelo. Claramente se trataba de ella, pero no nos había comentado si había tenido alguna experiencia respecto a algún portal importante.

—Sí —dijo Camille—, pueden succionarte. Probablemente estos demonios no saben ni dónde están.

—¿Deberíamos matarlos? —pregunté.

—No, a no ser que ataquen. Es mejor prevenir y no provocarlos —respondió ella—. Creo que sí iré con Aurora.

—Te acompañaré.

Por supuesto que sí yo iba, Dean también. Ni siquiera tenía que ponerlo en duda, ya que no dejaría que nada malo me pasara. Camille se apresuró en seguir a Aurora que ya iba saliendo de la escuela, mientras que yo le seguí el paso. La chica ya había tomado su forma de lobo, así que nos sería algo difícil seguirla, pero por suerte disminuyó un poco su velocidad.

Los tres corrimos por el bosque a dónde Aurora nos indicara, ya que sus sentidos eran muchos mejores que los nuestros y probablemente sabía exactamente de dónde salían todos los demonios.

—¿Pueden sentirlo? —preguntó Cam.

—Sí —respondió Dean.

—Yo no. ¿A qué se refieren?