Jas
Después de llevar a Dean a la habitación provisoria que hizo Cristal en la academia de los Black, le pedí a Adam que me diera un poco de su ropa para poder prestarle a nuestro invitado. Por supuesto que se enojó, pero no lo tomé mucho en cuenta.
—No me gusta nada ese hombre —dijo buscando ropa en su armario.
—Entonces, ¿por qué de todas formas vas a pasarme la ropa?
Suspiró frustrado y me miró de mala gana.
—Porque quiera o no es tu guardián y sé perfectamente qué se siente. Sé que es nuevo para ti, pero con el tiempo comprenderás que será el único que va a entenderte mejor que nadie, incluso mejor que yo.
—¿De verdad lo crees?
—No lo creo —dijo—. Lo sé.
—¿Crees que él y Will se lleven bien?
—Por nuestra salud mental —dijo pensativo—, deben hacerlo.
—Estoy nerviosa y ansiosa por todo esto, Adam, pero también tengo miedo.
—¿De qué? —Dejó la ropa que encontró sobre la cama y se acercó a mí—. ¿Qué le sucede a mi hermanita favorita?
—De tener a alguien más en mi vida a quien puedo perder —confesé—. Es algo aterrador.
—Él es un ángel y no puede morir tan fácilmente, ¿está bien? —dijo mientras me daba un abrazo—. No debes temer.
Me miró fijamente con sus brillantes ojos y no pude evitar sonreír.
—¿Estarás conmigo si algo pasa? —pregunté.
—Jamás dejar a uno solo, Jasmine Evans.
—Lo extraño —dije de pronto—. Extraño a nuestro hermanito.
—Yo también, pero nuestro hermanito ya es un hombre y debe proteger a su familia.
—Lo sé, pero me gustaría poder visitarlo y saber de él. No entiendo nada. Donde quiera que ellos estén, siempre correrán peligro. Es absurdo alejarse.
—Es lo mejor que pueden hacer por ese bebé milagroso. No queremos que nuestro sobrino o sobrina corra ningún peligro, ¿verdad?
—Claro que no, pero estarían a salvo junto a todos nosotros, su familia.
—Ha pasado casi un mes. Podemos esperar unos cuantos más. Mientras tanto —dijo dándome un suave golpe en el hombro—, disfruta a tu otro sobrino porque estoy seguro de que le encantaría pasar tiempo de calidad con su otra tía, osea, tú.
—Tienes razón. Tiene tres tías; una de ellas es como su mamá y la otra es tan solo un bebé. Debo ponerme a la altura —dije en un suspiro—. Mañana saldré con él, ¿si?
—Claro. Le diré más rato —dijo sonriente.
* * *
Toqué la puerta de la habitación y Dean abrió de inmediato. Al parecer se había dado una ducha porque tenía el cabello mojado y estaba descalzo, pero aún usaba la ropa con la que llegó. Al verme, sonrió de inmediato y me invitó a pasar.
Miré cautelosamente a mi alrededor y tan solo había una cama, un espejo en la pared frente a ella y un velador. El piso brillaba por lo limpio que estaba y las paredes parecían estar pintadas recientemente.
—¿Cómo te sientes?
—Bien. Estoy un poco cansado si soy honesto —dijo haciendo una mueca.
—Te traje ropa y comida —dije entregándole dos bolsas.
—Gracias, Jasmine. Creo que no como desde hace muchos años —dijo bromeando.
Ambos reímos y luego nos quedamos en silencio, cada uno esperando a que el otro dijera algo.
—Sentémonos, por favor —dijo, así que nos sentamos al borde de la cama.
Sacó el sandwich que le había llevado y la botella de jugo, mientras yo lo observaba atenta. Los primeros botones de su camisa estaban abiertos y no pude evitar mirar los tatuajes que seguían siendo tan extraños para mí. Le cubrían también el hombro y parte del pecho.
—¿Qué son esos tatuajes? —pregunté de pronto.
Me miró de inmediato mientras se llevaba un trozo de comida a la boca y luego asintió.
—Herencia de mi padre. Cada vez que toma un alma, le aparecen esas marcas.
—Pero es el ángel de la muerte, se ha llevado millones de almas, ¿no debería tener el cuerpo completamente lleno de tatuajes?
—Oh, no funciona así realmente. Cada cierto tiempo se van desvaneciendo, pero como toma más almas, casi no se nota. De todos modos, las mías son permanentes y no tienen mucha relación con las almas. De hecho, jamás me han salido nuevas.
—Eso es genial —dije y luego cerré los ojos pensando en lo tonta que fui—. Entonces, tienes mi edad.
—Sí, pero nací grande —dije riendo—. Técnicamente viví hasta los seis años, lo cual es triste si lo piensas. He sido fantasma más tiempo de lo que he sido un ángel real.
—Pero estás aquí ahora, ¿no? Es lo importante.
—Sí y tengo que acostumbrarme a que la gente me vea. Es realmente extraño, ¿sabes? Es incómodo.
—Pero yo te veía.
—Tú no me incomodas, Jasmine —dijo sonriendo—. Me siento bien a tu lado.
Lo miré otro instante, pero él parecía no notarlo y si lo hacía, entonces fingía que no.
—¿Sabes todo de mí? ¿Me vigilabas siempre?
—No, Dios, no. Eso sería extraño —dijo frunciendo el ceño—. Te cuidaba cada vez que salías a misiones o cuando creía que estabas en real peligro.
—Me alivia tanto escuchar eso —dije riendo—. Por un momento creí que me vigilabas todo el tiempo hasta cuando salía con chicos o cuando iba al baño.
—Por Dios —dijo riendo—. Hay límites. Lo sabes, ¿no?
—Ahora ya lo sé.
—Pero sí sé que no has salido con nadie —dijo cauteloso—. ¿Estás bien respecto a eso?
—¿A qué te refieres? —pregunté sorprendida.
—La mayoría de las chicas, incluso menores que tú, suelen tener novios y creen que el amor es algo importante en sus vidas. Pensé que tal vez te sentirías mal por eso.
—Oye, yo sí he salido con chicos.
—Sí, pero siempre terminas dejándolos porque son unos patanes aprovechadores.
—Es cierto, pero no es algo que me afecte, ¿sabes? Lo que tiene prioridad en mi vida es mi familia y la alianza, nada más.
—Pero eso no quiere decir que debas dejarte de lado. Todos merecemos amor, así lo creas o no. Es lo que nos hace humanos.
—Pero tú no eres humano.
—Entiendes mi punto. El amor puede hacer humano hasta el alma más fría y malvada de este planeta. Solo se requiere a la persona correcta.
—Por eso quiero a Oliver de vuelta —dije—. Lo quiero mucho, no me malinterpretes, pero Adam cambió mucho desde que está con él y para bien.
—Mi padre se aburrirá de Oliver en algún momento, pero no te preocupes porque te prometo que haré lo que sea para que tu amigo vuelva a salvo.
—Gracias, Dean —dije sonriendo ligeramente—. Me iré para que puedas descansar.
—No, por favor —dijo subiendo una pierna a la cama para acomodarse mejor—. Mi cuerpo descansó lo suficiente durante años y necesito saber más de mi asignada.
Sonreí nuevamente y finalmente acepté. Al menos sabía que podía confiar en él y se sentía bien tener alguien a mi lado incondicionalmente aunque lo conociera hace poco. Por muy raro que sonara, ya lo sentía como un amigo cercano.
![](https://img.wattpad.com/cover/255723365-288-k138132.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Los Caídos #6 - Ángel de la muerte
FantasiCon la mayoría de sus amigos lejos de la ciudad, Camille debe enfrentar al ángel de la muerte para proteger a dos importantes personas.