5. Misión rescate

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Adam y yo casi corrimos hacia Jasmine cuando la vimos entrar a la academia, pero nos detuvimos cuando vimos que venía junto a Cristal. Estuvimos esperándola por un largo rato desde que volvimos de misión y jamás pensamos que volvería con nuestra amiga.

—Me encontré a Jas afuera —dijo Cristal—. ¿Cómo están?

—Estamos bien, creo —respondí.

Adam y Jasmine se dieron un abrazo, pero él no dijo absolutamente nada porque lo mejor era que hablaran en privado.

—Hay algo que debo contarles —dijo Cristal—, ¿vamos a la biblioteca?

—Sí, probablemente allá hay pocas personas —dijo Adam.

En absoluto silencio, todos subimos al último piso de la academia de los Evans para dirigirnos a la biblioteca. Solo había una chica en una de las mesas del fondo, así que no debíamos preocuparnos porque alguien escuchase lo que Cristal tenía que decir.

Cuando nos acomodamos en una de las mesas cerca de la ventana, Cristal nos contó la historia del hijo del ángel de la muerte y cómo eso se podía relacionar con Oliver. Tenía mucho sentido porque si su hijo estaba desaparecido, es obvio que iría a buscarlo.

—Odio a ese tipo —dije—, mantuvo a Francis prisionero toda su vida.

—Sí, pero es culpa de Sabrina —dijo Jas—. Esa loca lo dejó allí.

—Si algún día veo a ese horrible ángel, no dudaré en darle una golpiza. —Adam apretó el puño contra la mesa y suspiró cansado.

—Les estoy contando por una buena razón —dijo Tal.

—¿Cuál?

—Si lo que el ángel de la muerte quiere es a su hijo, deberíamos ayudarlo.

—¿Estás loca, Cristal Night Black? —pregunté horrorizada—. No sabemos qué planes tiene.

—Él se fue porque necesita encontrar a su hijo. Si se lo entregamos, puede devolvernos a Oliver. ¿No te parece un buen plan?

—Realmente lo es —dijo Adam sorprendido.

—No, no lo es porque nuestros planes siempre apestan —dije—. ¿Quieren que les enumere todas las veces que nuestros planes han fallado? Me faltarían dedos en las manos. Además, no tenemos a los chicos para que nos ayuden.

—Podemos hacerlo perfectamente sin Mia, Tristán y Blas —dijo Cristal—. Sé que siempre nos hemos apoyado, pero debemos aprender a que no siempre estaremos los unos para los otros.

—¿Qué piensas tú, Jas? —preguntó Adam.

—Pienso que es un plan arriesgado, ya que no conocemos al ángel de la muerte como para negociar con él. Sin embargo, siento que tal vez es la única manera de volver a ver a Oliver y él es parte de esta familia.

—¿Por qué de pronto decidimos hacer una misión rescate? Oliver dejó en claro que no lo buscáramos porque es peligroso.

—¿No quieres rescatarlo? —preguntó Adam frunciendo el ceño.

—No es eso —dije frustrada—. Claro que me gustaría rescatarlo, pero temo por la vida de Francis. No sabemos qué clase de trato hizo el ángel de la muerte con Sabrina. No pondré la vida de Francis en riesgo.

Los tres se quedaron en silencio ante mis palabras y supe que tenía razón. Por mucho que quisiera a Oliver y que quisiera tenerlo de vuelta, no arriesgaría la vida de Francis porque de seguro había otra manera.

—Hablaré con ella —dije.

—¿Qué? ¿Con quién? —preguntó Cristal.

—Sabrina —dijo Adam—. No, no irás a hablar con ella, Cam, porque lo haré yo. Es hora de que esa desgraciada sepa realmente quien soy.

Mi mirada se fue inmediatamente a Jas quien se vio algo asustada, pero no sorprendida. Adam puede ser muy temperamental a veces y mucho más cuando se trata de Sabrina, ya que le ha causado mucho daño en su vida.

—Podemos ir...

—No —dijo él interrumpiendo a su hermana—. Es algo que debo hacer solo.

—Sabes que es peligrosa —mencioné.

—Sí, lo sé, pero puedo cuidarme solo. —Suspiró profundamente y se pasó una mano por el cabello—. No sé cuándo será el día en que esa mujer logre salir de mi vida una vez por todas.

—Lo quieras o no, es la mujer que le dio la vida a tu hijo, así que es algo difícil —dijo Jas—. Es duro, pero es la realidad y debes aceptarla.

—Ella no es la madre de Francis, Jasmine y jamás lo será —dijo él.

—Esa es decisión de Francis. Me duele decirlo porque la odio tanto cómo tú, pero él merece ese derecho. No ahora por supuesto, pero cuando ya sea mayor —mencioné—. Se los dice alguien que también tuvo una madre pérdida.

Adam me miró de reojo y asintió lentamente sin decir nada más.

—Entonces, Adam hablará con Sabrina y cuando estemos seguros de que Francis estará a salvo, pondremos en marcha nuestro plan —dijo Cristal.

—Tú estás ocupada con todo esto de ser directora, Tal. No queremos exigirte tanto —dijo Adam.

—Lo sé, pero Oliver es mi amigo también y siempre tendré tiempo para cualquiera de ustedes. Además, extraño nuestras aventuras alocadas.

—¿Extrañas estar al borde de la muerte? —pregunté divertida.

—No hay nada más divertido que estar al borde de la muerte —dijo riendo—. Ahora si me disculpan, debo volver a mi estresante trabajo.

—¿Por qué es tan estresante? —preguntó Adam—. No creo que...

—Adam —dijo Jas—, fui representante por mucho tiempo y fue realmente agotador. El trabajo de los directores requiere el triple de dedicación.

—Está bien, finjamos que no dije nada —respondió él levantando las manos en señal de paz.

Cristal y yo reímos de inmediato porque esos dos no dudan en regañarse entre ellos. Pueden ser los hermanos más unidos del mundo, pero eso no los detiene. Eso me deja pensando en que me gustaría que Christopher y yo fuéramos un poco más cercanos, pero sé que por las circunstancias de la vida es difícil.

Solo espero que todo pueda mejorar en un futuro.


***

Era obvio que Cristal no se quedaría callada jajajaja. ¿Qué les pareció? 

Los Caídos #6 - Ángel de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora