Memoria N° 9

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Mujer de hielo.


¿Te han dicho alguna vez que eres mala fingiendo? Seguramente tu no lo notas, o simplemente no lo quieres aceptar. Pero me doy cuenta cuando te sonrojas. Cuando me miras de reojo y cuando tus palabras se convierten en perdigones de concreto cada que te diriges a mí. Me doy cuenta de tus sentimientos y no sé si debo agradecerle a Buda o algún otro dios por darme este super poder.

 Y hablando de super poderes, yo creo que podría considerarme tu kryptonita, y con esto no quiero decir que sea tu debilidad, porque tú no conoces de eso, mujer de hielo.

Lo que quiero decir es que ante mi quedas expuesta. Puedo leerte, tal cual libro abierto. Puedo entender cuando me saludas con un "hola" tan seco como el desierto del Sahara o cuando me miras de una manera tan intensa que pareciera que me quisieres pulverizar.

Por desgracia para ti, tengo un doctorado en traducción de gestos de chicas inexpresivas hacia el chico que le gusta. Así que sé muy bien del tema. No me puedes engañar.

La verdad, no quiero sonar egocéntrico, ni burlón, ni algo que se le parezca porque seguro que eso es lo que estás pensando de mí. Y si, también te puedo leer la mente. 

Te conozco tan bien que el 95% de veces que pides un helado es de chocolate o que solo tomas café con leche porque odias el sabor amargo.

Sé con toda seguridad que atrás de esos atrevidos mechones azules, de esos pucheros tan cómicos y de esos ojos tan fríos que esquivan los míos, estás tú; completa, transparente, real. Tan real como yo.

Eres mala fingiendo, porque sé que me quieres dar un beso, que sueñas conmigo y en una que otra ocasión has idealizado un mundo a mi lado.

Eres mala fingiendo porque no te queda el papel de villana. El ser la chica mala no te va.

Eres mala fingiendo porque ahora que tengo mis labios a cinco centímetros de los tuyo, me doy cuenta cómo te cosquillean las mano y como le salen fuego a tus orejas.

Sé que estoy hablándote de más y no quiero salir fulminado.

―¡Así que cállame! Cállame, pero con un beso.


NOTA

"Para que este proyecto pueda salir adelante les pido que me apoyen con un comentario ya que parte del proceso que estoy realizando es escuchar a la gente porque sé que tiene mucho que decir".

Entre café y melancolíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora