Memoria N° 2

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Me quiero perder en tus ojos.


Me quiero perder en tus ojos. Me Quiero ahogar en tus labios y resucitar en tus brazos. Quiero despertar con tu sonrisa y volverme a perderme en esos ojos ¡en tus ojos!  Y hablarte al oído cada que necesites de mi voz.

No quiero que detengamos el tiempo. ¡Vivamos sin reprimirnos!

Salgamos a pasear sin importar las tonterías que hagamos en el camino. Contémonos chistes, chismes y riámonos de todo aquello que nos parece gracioso. Tengamos muchas discusiones; infinitas e infantiles. Celebremos tus logros y los míos, con champán en New York o con refrescos en algún autoservicio. De la manera que sea, donde sea y en el momento que sea. Eso sí, si bebo sin control, quiero que me detengas, que me calles si empiezo a hablar de más y que me hables cuando me quede sin palabras.

Y solo cuando aceptemos que nunca dejamos de aprender de nuestros errores, sabremos que estamos viviendo sin guardarnos nada. Por qué habremos desnudado toda nuestra personalidad sin pudor alguno.

¡Viajemos! viajemos a Machu Picchu, a la Muralla China o las Islas Griegas. Y si no quieres ir muy lejos, la línea de la casa siempre está disponible.

Primero podemos viajar a la cocina, es un destino muy atractivo. Es bien sabido que ahí se encuentran las mejores palomitas del mundo, ¿y qué tal si compramos unas para llevar? Luego podemos viajar al sofá y ver una película en el televisor. ¿A que es una idea asombrosa? 

¿Y sabes qué? al final del día cuando el sol nos mire mientras se esconde en el océano, podemos comprar un boleto hacía la cama, en clase ejecutiva, claro está; dicen que las vistas desde ahí son inigualables. Y lo mejor de todo, es que estas tú, con esos ojos cafés-claro que me encantan.


NOTA

"Para que este proyecto pueda salir adelante les pido que me apoyen con un comentario ya que parte del proceso que estoy realizando es escuchar a la gente porque sé que tiene mucho que decir".



Entre café y melancolíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora